Primero fué un autito LandRover a escala 1:24, luego la posta ha sido seguida por varios juguetitos de plástico (especialmente animalitos) ansiosos por recorrer el Perú :D

viernes, noviembre 28, 2008

Valle del Mantaro - Jauja (20-23 de Noviembre)

Salida organizada por Brunotrek Expeditions y narrada por el Autito que todos aman :D :D (bueno, Bruno ♥ ha confesado gustarle mucho):

El punto de reunión fue el Miércoles 19 a las diez y media de la noche. Con nosotros estuvieron Erika y Anabella, webmistress de Sin Gluten Perú.

El bus partió a las once de la noche y pasamos por:
12:50 am: Corcona (nos detuvimos bastante tiempo en el peaje)
2:30 am: Chicla
5:40 am: Jauja

Ya allí nos esperaba Tomás con su couster para llevarnos a su hospedaje. Éste es su misma casa, y la comida la prepara su esposa y su mamá. Aquí teníamos televisión por cable y una computadora para descargar las fotos de la cámara (lo malo es que mi dueña se olvidó el cable).

Recién está empezando la época de lluvias en Jauja. Éstas ocurren generalmente en la tarde y en la noche, mientras que en la mañana, y en especial al mediodía, está muy soleado.

Jauja es una ciudad pequeña, tranquila, silenciosa, muy diferente de la activa Huancayo. El valle del Mantaro posee hermosos paisajes y un cielo azul. Vale la pena alejarse de los centros urbanos e ir a explorar :)

Después de desayunar, fuimos al convento de Ocopa, a media hora en carro desde el hospedaje. Estuvimos allá a las diez de la mañana. No pudimos entrar inmediatamente ya que hay horas para las visitas guiadas, y la siguiente era a las once. La entrada está a cinco soles.

Hay fotos del viaje akí


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Se supone que no está permitido que los autos lleguen hasta esta parte, yo pude colarme :)


Mientras esperábamos, entramos a la iglesia que está al costado. No había absolutamente nadie. Pudimos ir hasta el altar y descubrir que había una alfombra con motivos Mochicas allí donde se coloca el sacerdote para hacer la misa. Esto es curioso: una alfombra con dibujos paganos en una iglesia cristiana.

Lo malo de Ocopa es que no permiten entrar con cámaras. Mochilas, celulares y alimentos también están prohibidos. La oposición a las fotografías es por temor a que alguien use las fotos como inventario de las cosas que hay dentro del convento para robarlas después (sí, esto ya ha pasado).

Aparte de las antiguas pinturas, la vida y obras de los sacerdotes Franciscanos, hay dos cosas destacables: La reconstrucción de una de las austeras celdas que usaban los monjes siglos atrás y, en la parte alta de una de las escaleras, un impresionante Cristo Crucificado. Está tallado de tal manera, y tan cubierto de sangre, que parece sacado de una película de terror de los años setenta.

Otra cosa digna de mencionar es su impresionante biblioteca, con libros tan antiguos que, a pesar de estar escritos en español, son casi imposibles de entender. Hubo una época en que el español no tenía ortografía, y muchas palabras se escribían juntas, casi como el alemán.

Después de visitar Ocopa fuimos a la piscigranja de Ingenio, donde se crían truchas para comer. Algunas de ellas escapan de las pozas y acaban en la pequeña laguna y los riachuelos cerca a los restaurantes. En una de las pozas, pudimos ver a las truchas saltando, intentando ascender por donde el agua caía, formando un simulacro de cascada.
En la piscigranja también se puede adquirir miel, jalea real y licor de miel.

Durante el almuerzo el cielo se tapó y llovió un poco. Después de almorzar fuimos a visitar La Virgen de Concepción, que mide más de veinte metros de altura. Tuvimos suerte, no había gente. Bruno cuenta que otros días el lugar está lleno.



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Vista desde la base de la Virgen.


La ruta que tomamos para ir a La Virgen pasaba por la heladería de la Universidad Privada los Andes en la provincia de Concepción. Cada helado cuesta un sol y aún conservan el sabor a leche. Aquí también venden yogurt y queso.


Viernes 21:

A las ocho de la mañana dejamos el hospedaje y, en la couster de Tomás, tomamos rumbo a las ruinas de Tunanmarca, a una hora de distancia. Tomás nos acercó lo más posible a las ruinas gracias a que el camino no estaba embarrado. Existe una vereda de piedra que asciende por el cerro y que lleva a un pequeño mirador, pero para ir a las ruinas hay que subir un poquito más.

Tunanmarca data de la época preinca y se ubica en el distrito de Tunanmarca, en la provincia de Jauja.


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Contemplando Tunanmarca


Tunanmarca es, o era, un complejo arqueológico inmenso, de varias hectáreas de extensión. Está bastante deteriorado porque los campesinos sacan piedras para hacer chacras y tienden a quemar el suelo para que crezcan pastos para las vacas. pero hay partes que aún han sobrevivido al descuido y al maltrato, y están mejor conservadas. Hay chulpas que aún se mantienen enteras, incluso con sus entradas.

Después tomamos camino a Shutuymarca, otro complejo arqueológico mejor conservado que Tunanmarca.
Desde donde Tomás dejó la couster, en el pueblo de Sacas Malacate al mediodía, fueron más de dos horas para llegar a las ruinas, ascendiendo un cerro, con una pendiente no muy pronunciada. Fue una caminata fácil y bonita.
Aquí se encuentran varias chulpas en buen estado, e incluso una, de dos pisos, en donde aún se realizan rituales chamánicos (encontramos restos de cigarrillos).

Dominando Shutuymarca, está un cerro de roca que sirve como mirador natural. No es difícil trepar allí, sólo meterse entre las plantas y apoyarse bien para ascender entre las rocas. Desde allí se puede apreciar todo Shutuymarca, y ver las formas circulares de sus construcciones.



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Este es el bonito cielo que nos acompañó ese día.

El regreso desde Shutuymarca sólo nos llevó algo más de hora y media. En el camino nos encontramos con gente se arriaba sus burros y sus cerdos. Como dijera Yelinna "Es la primera vez que veo un pastor de chanchitos".

Es época de siembra y por todos lados hay campesinos abriendo los surcos (ya sea con arados o tractores) para luego empezar a sembrar.
En el valle del Mantaro hay chacras de papa (se reconocen por sus flores moradas), alcachofas (ya era época de cosecharlas), maiz, trigo y habas (recién asomando de la tierra).

En Hualhuas, donde están los telidos artesanales, nos encontramos con que en la casa donde se vendían tenían a una llama bebé como mascota. Contaba la señora que la mamá había muerto, y como los campesinos no podían mantenerla, se la dieron a ellos. Dijo que se le debe dar leche cada dos horas, como a un bebé.


Sábado 22:

Este día salimos del hospedaje un poquito más tarde, a las nueve de la mañana. Íbamos a tomar el camino que une Jauja con Malca, el cual pasa por un acantilado desde donde se ven Los Cañoncillos.


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Helos aquí, los cañoncillos.


En realidad éstos no tienen nombre, así los ha bautizado Bruno. No son de roca, sino de tierra, y estas formas resultan de la erosión del viento y la lluvia.

Observando los cañoncillos, cerca del borde, vimos gente que salía de una pequeña caverna, en donde vivían, eran verdaderos cavernícolas del siglo XXI!

Después de salir de Los Cañoncillos (como es una quebrada estrecha hace más calor allí dentro) tomamos rumbo a la laguna de Paca, pasando por las ruinas a las que Bruno y Tomás han bautizado como La Calle, porque es una hilera de casas pre-inca desde donde se ve la laguna.

Paca puede considerarse como una versión en chiquito del Titicaca por una razón: también tiene islas flotantes, pero en Paca éstas están pegadas a la orilla, donde están los restaurantes, y a diferencia de las islas de los Uros, las de Paca no necesitan mantenimiento. Una vez que están allí, con pastito verde encima, sólo se les ponen las sillas y las mesas. Cuando el agua se agita, se siente cómo se mueven las islas, cuyo suelo es húmedo y algo esponjoso.

La comida más disponible para turistas en Jauja es la trucha, preparada frita o en ceviche. En la carta ponen que se puede pedir a la parilla, pero también es trucha frita.

De regreso pasamos por la campiña del río Yacus. Es hermosa al atardecer. Nos detuvimos en San Pedro de Chunán donde es notable su plaza con enormes sombreros que dan sombra a las bancas. Además cada farola tiene su sombrerito también. Pasamos por Acolla, Yauli, Huala, Pancan y Huasquicha.

Erika y Anabella regresaron a Lima esa noche pues necesitaban descansar el domingo para poder ponerse a trabajar el lunes.


Domingo 23:

Salimos del hospedaje con Tomás muy temprano y nos reunimos con Jaime, con quien iríamos a las ruians de los Walis. En Jauja se toman station wagons que lleven al pueblo de Tragadero, cerca a Tragadero, el lugar donde el suelo absorbe el agua y forma una laguna con un totoral adentro a donde van a pastar las vacas, y a donde suelen quedarse dos o tres días inclusive porque allí dentro no hace tanto frío.
Luego de una breve caminata subiendo un cerro, llegamos a las ruinas. No están en buen estado ya que gran parte de las piedras que una vez fueron los muros se han usado para hacer chacras. Pero hay unas pocas chulpas y parte de la escalera original, así como el camino, que se han conservado.

Más fotos hay akí.

La provincia de Jauja es un gran jardín botánico natural. Recién empiezan las lluvias y ya existen multitud de hierbas y flores, muchas de las que se usan en medicina popular. Yelinna hizo una pequeña recopilación de las plantas con las que se toparon y sobre las que iba preguntando a Jaime, se puede leer en esta página.

Desde las ruinas tomamos rumbo al pueblo de Marco donde tomamos transporte a Jauja. Llegamos allá alrededor de las dos de la tarde. Eso daba tiempo de ir a la feria que se hace todos los domingos en Jauja y ocupa varias cuadras donde se vende de todo: ropa, comida, algunas artesanías, sombreros... recuerda a cómo eran los mercados informales en Lima hace varios años.

La plaza de Jauja se ve más animada en domingo. pero la mayor ventaja de esta ciudad es que, siendo tan pequeña, es posible salir al campo caminando unas pocas cuadras.

Como el bus de regreso salía tarde de noche, hubo tiempo para descansar el resto del día. Tomás nos regaló pan de maíz que había hecho en su panadería para Anabella.

El bus a Lima salió a las once de la noche, y ya de regreso toma menos de seis horas el trayecto de Jauja a Lima. Por ejemplo, a medianoche ya estábamos por La Oroya.


miércoles, noviembre 05, 2008

Mirador de Cóndores - Cerro Lagartija (25 y 26 de Octubre)

Salida organizada por Bruno ♥ y narrada por Mauri, la cabra montañesa.

El cerro Lagartija está ubicado en el distrito de San Mateo de Otao. A los pies de este cerro suelen anidar los cóndores. Y esta vez, aparte de mi dueña y su amado, fueron con nosotros Don Raúl y Jesús.

El punto de reunión fué a las cinco de la tarde del sábado 25 en el Óvalo Santa Anita. Desde allí tomamos rumbo a Chosica, a donde llegamos a las siete de la noche. Luego, tomamos una couster que nos dejara en San Juan de Lanca. Según se ve en este mapa, San Juan de Lanca ya no está en el valle del Rímac, sino en el del río Canchacalla.

Antes de llegar a Lanca, los carros hacen un desvío para ir a Tapicara, luego regresan al cruce y de allí toman rumbo a Lanca, a donde (2000 msnm) poco antes de las 8:30 pm.

Como cuenta Bruno, Lanca es la capital del distrito de San Mateo de Otao, y lo es porque, hasta hace poco, era más fácil llegar a Lanca que a San Mateo.

Desde Lanca, caminaríamos parte del trayecto para estar temprano en el mirador. La idea era caminar hasta más allá de las torres de alta tensión cerca a la cima de los cerros.

El problema con estas torres es que suenan casi como una cascada. La cantidad de electricidad debe ser impresionante, porque aún estando a varios metros de las torres, podíamos escuchar su fuerte zumbido.

Ascendimos por el cerro hasta las diez y media de la noche. El clima es bastante bueno (aún no es época de lluvias) y no hubo necesidad de llevar carpas. La gente durmió en las bolsas de dormir, al aire libre. Esto se llama "vivaquear".


Domingo 26:

Despertamos a las cinco y media de la mañana. Se recogieron las cosas, y tras beber un poco de agua (el desayuno se comería al llegar al Mirador). Ya eran las seis de la mañana.

En el ascenso, pasamos por Buenos Aires, la Quebrada Maldita, pues hace años, hubo gente que ha muerto aquí al dar un mal paso. El camino es muy malo y está al borde del abismo.

ya casi llegando al mirador, ascendimos por los restos del camino pre-inca que construyeran los Yauyos. Las vacas, que vienen hasta aquí a pastar, suelen destrozarlo más. El camino cruza un paso estrecho y desaparece poco antes de llegar al Mirador, donde estuvimos poco después de las ocho de la mañana.


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Aquí se puede ver la pared donde suelen anidar los cóndores.


Las paredes del Mirador son distintas a las de todos los otros cerros de alrededor: escarpadas, parecen cortadas con cuchillo. Un cóndor pasó volando por encima de nuestras cabezas y Jesús asegura haber visto otro. Lo que mñas hay por aquí son halcones.

Esta vez no tuvimos suerte, el Mirador estaba despoblado. Los cóndores vienen cuando hay comida, y eso ocurre en la temporada de lluvias. A pesar de todo, es un hermoso paisaje, y se puede ver en las fotos :D

Por mayoría de votos, y como no queríamos repetir el recorrido, decidimos ir a San mateo de Otao, que está muy cerca, a una hora de caminata. Por ello subimos a la meseta detrás de la pared del Mirador. Aquí vimos algo digno de documental: cómo un cernícalo atacaba a un halcón que pasaba por su trozo de cielo. El cernícalo sólo lo dejó en paz cuando se hubo alejado.

Hasta San Mateo de Otao (3400 msnm) es una hora de caminata por un camino de herradura.



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Esta es la meseta. Las lloviznas han hecho verdear las plantas.


San Mateo de Otao es un pueblo silencioso, con casas de aspecto antiguo, casi sin movimiento. Aquí nos enteramos que recientemente se ha inaugurado la carretera que lo une con Canchacalla (esto fue el 22 de Octubre). Así que ahora es posible venir en carro a San Mateo de Otao.

Pero nosotros no íbamos a Canchacalla, sino a Cupiche, porque está junto a la Carretera Central y es mucho más fácil regresar a Chosica desde allí.

A las 11:25 am salimos de San Mateo. El camino va bajando por una pendiente que a veces se hacía pronunciada. Pero incluso en las partes más planas había que tener cuidado al caminar: el sendero es muy estrecho, resbaloso, junto al abismo, y para colmo: inclinado hacia él. Yelinna afirma que ha sentido más temor en este camino que en la morrena y la arista cimera del Sulcón.

Pero no íbamos a permitir que la maldición se cumpliera ¿verdad?

Cosa curiosa, en una parte del camino, en el que crecía pasto muy alto, varias aves se levantaban en bandadas gritando y volviéndose a esconder. Bruno dice que esos son periquitos. Mi dueña incluso vio a dos pelear junto el camino antes de levantar vuelo.

Ya una vez dejada la parte fea atrás, el traycto se hace mucho más fácil y bonito. El paisaje está verde gracias a las pocas lluvias que han habido. Y ya por los 2600 msnm encontramos una cosa inusual: Tabaquillo.

Medio seco, con apenas un metro de altura y hojas más pequeñas, no tienen comparación con sus hermanos de dos metros y hojas inmensas que crecen y florecen en Los Cicasos. Pero están aquí, y en gran cantidad, creciendo junto a esas flores tan características de la sierra: los zapatitos.

¿qué hace el tabaquillo a esta altura si pertenece a las lomas? ¿o es que desde la sierra logró viajar con los animales que bajan a la costa buscando comida? ¿o fue desde la costa que conquistó las alturas a lomo de bestia?

No lo sabemos aún, y si hay alguien que pueda dilucidar el misterio, se lo agradeceríamos mucho.

Desde la piedra conocida como El Cucurucho (desde arriba tiene la forma de un sapo) se puede ver la quebrada que lleva a Cupiche y la diferencia entre los secos cerros y las chacras en el fondo. A lo lejos, pelado, también está el cerro Chaymillán.

La vista engaña, Cupiche aún estaba a varias horas de camino, y bajo el fuerte sol. Y el agua se estaba agotando.
Todo es parte de la aventura :)

A Cupiche llegamos a las cinco y media de la tarde y directamente a comprar algo de beber en una bodeega junto a la carretera. Y también comer el pan y el atún que había quedado. Cupiche está a 1150 msnm, lo que hace un total de 20 kilómetros y más de 2200 metros de desnivel.
Un nuevo récord.

Para regresar a Chosica tardamos un poco más de lo esperado ya que los micros pasaban llenos y no querían detenerse a recoger más gente. Felizmente era temprano aún y estuvimos en Chosica al anochecer, y de allí volver a Lima es muy fácil.

viernes, octubre 24, 2008

Lomas de los Cicasos: 8 de Octubre 2008

Salida organizada por Bruno (no sólo por el feriado, también fue su cumpleaños ♥♥♥♥♥♥) y narrada por Yaneera, la zorrita :D

El punto de reunión fué el cruce del final de las avenidas Canadá y Circunvalación a las ocho de la mañana. Aparte de Bruno y mi dueña nos acompañaron Fernando, Patty y Ceci. Ya de aquí nos trasladamos a la playa San Bartolo, a donde llegamos después de las nueve.

Desde la carretera, se debe ingresar hacia donde están las avícolas. Se debe saber por dónde pasar, ya que los terrenos están divididos por éstas, y suelen echar a los desconocidos por temor que les contagien algo a sus pollos. Lo bueno de las avícolas es que sin querer protegen también a las lomas, a cinco kilómetros de distancia, que no se ven desde aquí.

Y desde aquí todo es arena gris y desierto. pero, como nos cuenta Bruno, existe una delgada franja entre los 400 y los 800 metros que se cubre de vegetación gracias a las lluvias. Fuera de este rango todo vuelve a ser desierto.

En la costa, el techo de nubes está a 800 metros del nivel del mar. En la sierra, a más de 3000 msnm, se pueden ver nubes que se encuentran a 6000 msnm. Así, existe una nubosidad costera, de baja altura, y otra, ya ansiando llegar a la estratósfera, que se aprecia en las alturas andinas.

Y se ha descubierto nubes aún a más altura!!


Después de caminar durante una hora y algo, se posible distinguir un tenue verdor. Quien no sabe nada acerca de las lomas podría decir que los cerros contienen cobre en oxidación, pero éste color verdoso no es mineral, son los primeros signos de vegetación. Aún no son hierbas, si no que se trata de musgo.

Fotos? Aquí hay fotos!

A medida que nos adentramos en la quebrada, la vegetación va en aumento hasta que aparecen las primeras hierbas que superan fácilmente el metro de altura.

Buena parte del camino está cubierta por rocas, entre las que crecen las plantas. Bruno cuenta que todas esas piedras son los restos de una ciudad pre-inca. Apenas quedan un par de trozos de muros en pie. Aún quedan también algunos pozos de los que antiguamente se extraía agua. Por la cantidad de piedras, es posible que el pueblo tuviera más de un kilómetro de largo.

En uno de los mueros que han sobrevivido, crece el único árbol de las lomas. No es muy alto, apenas sobresale de entre las otras plantas. Se confunde entre el tabaquillo y las flores amarillas de los tréboles. A diferencia de los que se ven en los jardines de la ciudad de Lima, éstos aquí llegan a ser muy grandes.

Tomamos un breve descanso en los restos de una casa de piedra. Bruno cuenta que estas lomas sólo las conocen los chivateros que bajan de la sierra y algunos motociclistas que pasan por aquí. Es lo bueno, ya que si no estuvieran escondidas, si se vieran desde la carretera, no estarían tan bien conservadas.

No sólo hay plantas. Aquí también viven insectos, arañas y muchas lagartijas (nos las cruzamos varias veces en el camino).

A las dos de la tarde llegamos a la parte más alta del recorrido: el cerro Cicasos, a 700 msnm.


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Si se observa bien, se verá que todos los cerros de esta foto están verdes verdes.


De regreso bajaríamos por otro camino igual de verde. O podría considerarse más verde, porque la hierba estaba mucho más alta. Mediría unos dos metros y si no hubiera sido por los senderos dejados por los motociclistas, no habríamos podido atravesarla. (es contradictorio que algo que destruye las plantas por las que pasa nos haya ayudado).

En la mañana hubo algo de sol, pero éste se fue al atardecer. Ya debjada nos encontramos con flores de un color morado más intenso que las que encontramos al principio. Bruno las llamó "Flores color Octubre".


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¡Color Octubre!


Fotos de las flores de las lomas de los Cicasos están aquí (correspondientes a una salida anterior).

Pero lo mejor fué encontrarse con la Quebrada XP.

Lo que sucede es que las quebradas por aquí no tienen nombre. Y ésta se parecía tanto al fondo de escritorio del Windows XP que la bautizamos así.


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Atrás, a la izquierda, se la puede ver: La quebrada XP. Aumentando la saturación del color quedaría igualita al wallpaper del XP (las manchas amarillas son flores)


Hay más fotos aquí.

Dejada atrás a la Quebrada XP, la vegetación vuelve a disminuir. por un momento recuerda al paisaje de la sierra: rocas, musgo, líquenes, y algo de hierba, cada vez más pequeña. Una vez pasados los cerros color óxidode cobre, nuevamente el paisaje es invadido por la arena.


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Aquí se puede ver el límite de las lomas y el desierto.


En la arena se ven als huellas de las 4x4, las motos y una que otra planta rebelde, cuyo lugar debería ser en las lomas y no en medio de la arena. Luego la vegetación da lugar a plantas espinosas, características del desierto.

Ya cerca a las avícolas notamos las huellas de lo que creímos sería un perro, pero por aquí nadie tiene perros, incluso están prohibidos para evitar que contagien algo a las aves. ¿sería un zorro que se accercó buscando un pollito para cenar?

No lo culpo :)

Ya llegando a la carretera, descubrimos una avioneta que pasaba volando. Cerca hay un aereodromo que posiblemente hace paseos pagados, un par de vueltas sobre la playa y eso debe ser todo.

Ya cruzando la carretera, a donde estuvimos antes de las seis de la tarde, estábamos muy cerca del paradero de los micros que van a Lima. Es lo bueno de estar cerca a la ciudad y junto a una carretera, esperamos muy poco para que un micro nos llevara de regreso a casa.

Más fotos hay aquí.

lunes, octubre 13, 2008

28 de Septiembre al 3 de Octubre: Juliaca - Puno - Arequipa

Viaje organizado por... la universidad :P
En realidad fue por motivo del Coneimera 2008 en la Universidad Andina Néstor Cácerees Velásquez.
Narrado por Tomoyo.

Igual que en Trujillo, íbamos a una convención universitaria que nos tendría atados y atadas durante una semana completa. Ésta vez sólo fueron: Jose Luis "El Pepón", Luisa, El ing. Marcos Ramos y Yelinna. Todos de la escuela de ingeniería electrónica, a concursar en el concurso de proyectos que incluía las carreras de ingeniería mecánica, eléctrica, electrónica y ramas afines.

La partida fué el sábado 27 a las cuatro y cuarto de la tarde y pasamos por:
5:4o pm: Asia
6:15 pm: Imperial
7:10 pm: Chincha
7:30 pm: Partida de la terminal de Chincha
9:00 pm: Ica (convenientemente pasamos por el cementerio)
9:30 pm: Salida del terminal de Ica
11:40 pm: Nasca
6:00 am: Pucchun
8:30 am: Peaje de Uchumayo
9:00 am: Arequipa
10:00 am: Partida del terrapuerto de Arequipa (hubo tiempo de comprar golosinas)
11:50 am: Reserva Salinas Aguada Blanca
12:30 pm: Imape
3:30 pm: Juliaca

Nuevo récord: más de 23 horas viajando.

La terminal de Juliaca queda no tan cerca del centro de Juliaca y un tanto lejos de la UNACV, la que en realidad está ya en las afueras, junto a la carretera que lleva a Puno.
Quien dice que en Juliaca hace muuuuuucho frío exagera muuuuuucho. Hace frío, pero no es peor que el frío normal que se esperaría a poco menos de 4000 msnm. No es ese frío que entumece las manos y congela el agua que tan bien conocen quienes se han aventurado por encima de los 4700 metros. Es bastante soportable.
Y hace viento. Con justicia a Juliaca se la llama "la ciudad de los vientos". Felizmente no es ese viento frío de cordillera que lo congela todo. Es un viento que levanta todo lo que no esté adherido al suelo y que amenazaba con destruir las ventanas de los pabellones nuevos de la universidad (felizmente están diseñadas para soportar semejante arremetida).
Apenas llegamos fuimos a ver las inscripciones. En la UANCV aún hay pabellones a medio construir, pero los que ya están listos, son muy bonitos.

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Atrás: la entrada de la UANCV que da a la carretera.



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El pabellón nuevo que ya está terminado.

En la inauguración se incluyó una exposición del señor Nicolás Antezana.

Juliaca no es una ciudad turística, se dedica más al comercio. Hay varios centros comerciales, el nº1, el nº2 o el Túpac Amaru. Nos hospedamos en un hotel que quedaba a unas cuadras de ellos, un tanto alejado del centro. Como medida de seguridad, si se está por estas zonas, es mejor no salir a la calle pasadas las nueve y media de la noche.

Un dato curioso: de día, cuando la actividad comercial es intensa, las calles (que de noche quedan desiertas) se llenan de comerciantes informales, los cuales colocan sus puestos en todas partes, incluyendo las vías del tren. Cuentan que por aquí el tren suele ir despacio, tocando su pito, dando tiempo a la gente a hacerse a un lado.

Existe un tren que hace la ruta desde Puno a Arequipa, pero por falta de pasajeros, ya hace tiempo que no se detiene en Juliaca. La estación del tren sólo sirve como recuerdo.

El concurso de proyectos de ingeniería (al igual que en otras convenciones universitarias) consistió en que cada grupo expusiera su proyecto ante un jurado, distribuidos en las mañanas desde el lunes al jueves.
A Luisa le tocó exponer el martes. Su proyecto fue "Desarrollo y Automatización de un Sistema de Arquero Electromecánico Basado en Procesamiento Digital de Imágenes, para Aplicaciones en Juegos de Mesa Infantiles".

Debido a que no hay restaurantes cerca (la carretera de Juliaca a Puno pasa por campos infinitos y una que otra casa a la distancia) toda la semana la delegación de la USMP prácticamente sólo comía una vez al día (había una pequeña cafetería donde servían pequeños tamales y empanadas). Las conferencias duraban hasta la noche. En la oscuridad, era fácil distinguir algunos relámpagos entre las nubes, en la dirección en la que está Bolivia.

En el centro de Juliaca existe una pequeña feria artesanal ubicada en una galería. COnviene comprar aquí las artesanías ya que son mucho más baratas que en Puno. Y en los mercados como el Túpac Amaru es posible encontrar cosas a un precio muy bajo, en algunos casos más barato que en el Mercado Central de Lima. inolvidable es el paquete de cuatro pilas Duracell a cinco soles! (lo más barato en Lima son seis soles).

También en uno de los mercados, hallamos a un señor vendiendo yaca traída desde Quillabamba. Es como una guanábana gigante (del tamaño de un conejo), consistencia semejante y mucho más dulce.


El último proyecto programado para concursar fué el de Jose Luis y Yelinna: "Software de Simulación y Procesamiento de Respuestas Farmacológicas en Animales", el jueves 2 de octubre cuyo jurado fueron los expositores de México. En esta primera fase los proyectos concursaban por carreras. De aquí, de los primeros lugares de cada carrera, saldrían los cuatro finalistas que competirían entre sí por el primer, segundo y tercer lugar del Coneimera (de esto no nos enteramos sino hasta el mismo jueves, justo cuando cantábamos ¡Libertad!!).


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Otra vista del camino de entrada de la UANCV.

Juliaca posee un ambiente hostil. Seco, alto, frío y ventoso. Los caminos de tierra y piedras destrozaron los zapatos que mi dueña usaba para las exposiciones. El viento levantaba tales remolinos de polvo que era posible verlos desde la distancia. Es, como se diría, un paisaje salvaje y surrealista.

Debían ser cuatro los proyectos finalistas, pero cosa curiosa, fueron dos los proyectos de electrónica que empataron el primer lugar: El de Luisa y el de Jose Luis y Yelinna. Así que fueron en total cinco los proyectos que se fueron a la final de la mañana del viernes junto con proyectos de la Universidad del Callao, la UNI y la Universidad del Centro del Perú.

La premiación sería durante la clausura, pero los resultados ya se conocerían unas horas antes.
Ganaron el primer lugar Jose Luis y Yelinna, el premio: una laptop Toshiba con tanta memoria que es difícil de creer :D

Esa fue la noche de las felicitaciones por parte de la gente de la UANCV, la UNI, los chic@s de la del Callao, los expositores (de México y uno de Argentina), y un montón de gente más de muchos otros lugares y universidades. Había incluso una de Bolivia.


Sábado 4:

¡Libertad por fin! Éste día se dedicó a pasear y conocer Puno, a una hora en micro de Juliaca.
Salimos hacia Puno poco después de las siete de la mañana y llegamos a las ocho. Esa mañana, en la plaza que da al puerto de donde salen las lanchas a las islas flotantes de los Uros, también estaba la banda de la Marina de Guerra. Las lanchas a las islas flotantes salen a las nueve de la mañana así que tuvimos que esperar un rato, mientras la gente se tomaba fotos y paseaba por el muelle.


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Éstos son los barquitos que navegan por el Titicaca.

EL trayecto hacia las islas dura unos veinte minutos. El barco que el ing. Marcos contrató era más grande que los demás, y permitía subir al techo y sentarse en la parte de afuera. Viajar con el ing. Marcos fue un deleite. Prácticamente se convirtió en el papá de Jose Luis, Luisa y Yelinna durante todo el viaje.


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Aquí estoy, ya saliendo del puerto.

Adentrándose en el lago gracias a una península, está el hotel Los Libertadores, en el que una noche cuesta de 200 a 300 dólares.

Ya lleganso a una de las islas, en la que viven unas 35 personas, nos recibió el jefe de la comunidad, Martín, quien nos explicó cómo se hace una isla flotante: las raíces, casi como cubos de tierra, se agrupan de a cuatro y se amarran entre sí o a partes de laa isla ya construídas. Encima, entrelazados, van los tallos de la totora. Cada 15 dáis se deben poner más tallos porque éstos se van descomponiendo. Encima van las casas. Si se tiene que añadir más totora al suelo, simplemente se levanta la casa y se mueve, pues no es pesada. Algunas islas también tiene su mirador, además de botes y barcas hechas todas de totora. Son muy resistentes y casi no se mecen con las turbulencias del agua al pasar una lancha (como pudimos comprobar).
El paseo en bote de totora cuesta siete soles.

Los Uros comen pescado, así como aves acuáticas como flamencos (pudimos ver cómo cocinaban uno), y también hacen unos pequeños pancitos parecidos a las cachanguitas que hacen en San Mateo de Huanchor, pero del tamaño de galletitas.


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Aquí todo está hecho de totora. El señor de amarillo de la izquierda era igualito a Papá Noel.

Como nos explicara Martín, la pronunciación es algo parecido a "TitiKjakja" que significa, en Aymara, "Puma de Piedra". El suelo de totora es esponjoso, y al menos mi dueña no se mojó los zapatos en ningún momento.

La profundidad máxima del lago es de casi 250 metros, pero la isla, relativamente cerca a la orilla, flotaba sobre unos 20 metros de agua.


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Visto así, parece el océano.

Las salidas a las islas de los Uros se pueden encontrar desde diez soles. La entrada a las islas cuesta otros cinco. Hay circuitos que incluyen las islas naturales que existen en el lago. Gracias a un mapa, supimos que no estábamos a muchos kilómetros de Desaguadero.

Ya de regreso en Puno visitamos la feria artesanal y nos encontramos con una vendedora de pulseras y collares de Argentina. Nos contó que estaba con su familia (a quienes conocimos después): su hijita y su esposo. Venían desde Bolivia. Iban de trotamundos, financiándose el viaje con las ventas de su joyería y ya se habían recorrido innumerables ciudades. Desde Aquí les deseamos suerte en su viaje!

Estuvimos de regreso en Juliaca a las cinco de la tarde. Hubo tiempo de comprar algunas cosas, comer y guardar todo para el viaje de retorno el día siguiente.


Domingo 5:

Esa mañana desayunamos muy temprano mientras el cocinero del hotel preparaba bandejas de carne aderezada y bandejas llenas de papas sancochadas que le habían encargado para la tarde. Nos dijo que esa carne era de caballo, aunque como estaba troceada no se veía diferente a la de cerdo.

El terminal del bus estaba junto a un camino polvoriento. Nuestro bus salió a las diez de la mañana y llegamos a Arequipa a las dos de la tarde.


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Aquí, en el terrapuerto de Arequipa.

Dado que todos los pasajes que salían en la tarde ya se habían vendido, sólo pudimos hallar asiento en uno de los buses que salían hacia Lima a las diez de la noche.
Así que se decidió ir al centro a comer y pasear.

Las fotos están aquí, incluyendo unas muy bonitas de la plaza de Arequipa de noche :D

Ese día había una feria gastronómica en el Mirador, desde donde se ve el Misti. Aquí nos encontramos con Patty, una chica que trabaja para InkaFarma y que ha estado en varias ciudades del Perú. Ése era su último día en Arequipa, su bus salía dos horas antes que el nuestro y (si no recuerdo mal) iba rumbo al Cusco.

El ing. Marcos contaba cuando antes ha venido a Arequipa con gente de la universidad. Almorzaron en uno de los restaurantes que existen en los balcones frente a la plaza. Comer allí es muy caro, pero si lo paga la universidad está muy bien :D

Nuestro bus partió a las 10:20pm y pasamos por:
12:05 am: Provincia de Castilla
3:20 am: Atico
7:00 am: Nasca
9:15 am: Ica
10:30 am: Pisco
11:05 am: Chincha
Mediodía: Cañete
2:00 pm: Lima

domingo, setiembre 14, 2008

Laguna Curiguay - Nevado Sulcón: 1 al 8 de Septiembre

Narrado por: Mauri, la cabra montañesa, y Kurt, el lobo.

Esta salida fue una expedición organizada aparte por Bruno y José Usquiano. La expedición iban a hacerla ellos dos, pero luego permitiern que Yelinna se les uniera :D

Llevamos dos carpas Doite exactamente iguales (una de Bruno y la otra de José), en las que los expedicionarios se distribuirían así: Bruno y Yelinna (siendo novios tenían que compartir una carpa :D ♥♥♥♥♥♥) , y en la otra José y las mochilas (quienes tienen la desventaja de no dar calor durante la noche).

El punto de reunión fue el lunes 1 al anochecer, en el parque detrás del cine Orrantia de donde salen los carros a Chosica. Ya en el paradero a San Mateo, pudimos abordar la última couster que saslía hacia San Mateo de Huanchor, llena de gente a más no poder. No convenía llegar demasiado tarde ya que el minimarket Maná cierra poco después de las diez de la noche y hacía falta comprar algunas cosas más, como las barritas de cereal y coca que tanto gustan a Bruno (un sol cada una).

Felizmente llegamos a San Mateo (exactamente al hostal Las Américas) a las nueve de la noche. La cena fue una hora después. Nos acostamos temprano, pues al día siguiente había que partir hacia Yuracmayo.

Martes 2:

Después de desayunar cerca al puente en el paradero último en San Mateo, partimos hacia Yuracmayo, a las siete de la mañana, y llegamos a nuestro destino hora y media después. Aquí José y Bruno empezaron a buscar alguien que alquilara burros que llevaran las mochilas, pues no era buena idea fatigarse desde apenas empezar el viaje. Un solo burro no iba a poder cargar todas las mochilas, así que se alquilaron dos.
Los burros fueron delante con José, mientras que Bruno y Yelinna se retrasaron por acomodar las cosas.

Nuestro destino eran las inmediaciones de la laguna Huallacocha, donde acampamos hace algunos meses atrás. Pasamos por el punto donde se ve el nevado (ahora sin nieve) Cuncusyantaj, hacia el paso que asciende a 5000 msnm y que separa las regiones de Lima y Junín.

Durante el trayecto, no vimos a José por nungún lado hasta que llegamos a la ladera que, trazada por caminos de vicuñas, llega al paso. Y encontramos a José descansando junto a todas las cosas. Los burros y su dueño habían desaparecido. Como dijo José, los burros ya no daban más, por un momento incluso casi se habían caído, y el señor decidió regresar con ellos. Estábamos a unos quince minutos del paso, y después de descansar media hora, Bruno, Yelinna y José se cargaron sus mochilas y continuaron el camino.

Después del paso, continúa un largo trecho de bajada hasta llegar cerca a Huallacocha. A pesar del sol, correo un viento frío, por lo que no es buen lugar para acampar sino hasta haber llegado a la quebrada que une a las lagunas Huallacocha y Curiguay.

Pudimos avistar Huallacocha ya a las tres de la tarde. No bajamos hasta allá, sino que Bruno y José decidieron acampar mucho más arriba, junto a una casita de piedra que había sido usada, y ensuciada, por las ovejas. La cocina se colocó junto al muro exterior, y las carpas un poco más allá. Antes se tuvo que limpiar el lugar de piedras y excrementeo seco de llama. El agua para cocinar, la proporcionó un riachuelo que corría cerca del otro lado de la casita.
Huallacocha tiene menos agua que la vez anterior. Aquí José y Bruno se dieron una decepcionante sorpresa: los nevados que pensaban escalar estaban sin nieve. Además mostraban cerca a las cimas glaciares desquebrajados, llenos de inmensas grietas. Más abajo todo era morrena. Como aquí no había nada alpinísticamente que valiera la pena, se decidió seguir al día siguiente seguir hasta Curiguay, y el glaciar que existe hasta casi tocar la laguna.

Altutud: 4765 msnm.


Miércoles 3:

Todo amaneció helado. El riachuelo se congeló por completo, y a esta altura nada se derrite sino hasta que le da el sol. Las carpas se cubrieron de finísimas capas de hielo.
Justamente estos dáis el cielo estuvo muy despejado, y eso significa más frío en la noche, pues las nubes ayudan a atrapar el calor que la tierra acumula durante el día.


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Caminando sobre el hielo :D :D

El desayuno fue a las siete de la mañana. Luego se pusieron las carptas y las bolsas de dormir a secar al sol, que estaba muy fuerte. Entre esperar a que todo se secara y guardar las cosas, ya eran más de las once de la mañana cuando partimos hacia la laguna Curiguay. Fuimos por la ladera derecha de la quebrada, para evitar las tremendas subidas y bajadas entre la morrena, más hacia el fondo de la quebrada.

Casi a mitad de camino, vive un pastor, el cual posee una manada entera de perros que cuidan sus ovejas contra zorros y pumas, los cuales habitan estas alturas.
Lo malo es que estos perros tienden a ladrar y perseguir a todo extraño que se acerque, incluyendo caminantes que sólo están de paso. Contra los perros, nada mejor que los palos de trekking para mantenerlos a raya.

A la laguna Curiguay llegamos a las tres de la tarde, donde pasamos un rato buscando un lugar protegido del viento para armar el campamento. Como es fines de la temporada seca, esta laguna también se ha encogido, y ha dejado una extensa playa a su alrededor, formada por barro arcilloso seco. El tipo de suelo que rodea esta laguna es un problema, ya que si se moja forma un barro pegajoso, difícil de quitar. La solución era apoyarlo todo en las muchas rocas esparcidas por todas partes y no pisar lo que se hubiera mojado. El agua que necesitáramos, la sacaríamso de la misma laguna. Bruno afirma que es demasiado fría para contener microorganismos peligrosos, per eso no quita el que sea necesario hervirla antes de cocinar o beberla.

El plan era ir a explorar los glaciares que se extendían en los cerros atrás de la laguna. Exactamente acampamos bajo el nevado Carhuachuco, el cual espera la siguiente nevada para recuperarse.

Jueves 4:

Esta vez no sentimos tanto frío como la noche anterior, aunque el campamento se situaba a 4800 msnm. Posiblemente porque era un lugar más protegido, o porque ya nos estábamos aclimatando, o ambas cosas.

El desayuno también fue a las siete de la mañana. Igual que el día anterior: leche, avena, trozos de manzana, pan y queso. A las ocho y media ya iniciábamos el ascenso por la cara norte del nevado Sulcón. Bruno y José querían ver el glaciar de cerca y si se ofrecían buenas condiciones para escalar. Era un día muy soleado, auqne algunas nubes solitarias ya se debajan ver en el cielo.

Para llegar al glaciar, por encima de los 5000 msnm, hay que caminar un buen trecho de pura morrena siguiendo los caminos trazados por las vicuñas, pues por aquí nadie viene. Nuestre primera vista, fue la lengua del glaciar que casi baja hasta la laguna.


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El glaciar está lleno de grietas.



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Desde aquí hay mejor vista, el cielo ya se nublaba por ratos.

Entrar al glaciar era imposible. Tenía demasiadas y peligrosas grietas, además de estar separado de la morrena por paredes y simas rocosas. Continuamos ascendiendo por un costado, mirando siempre el cielo pues parecía querer empezar mal tiempo.

Llegamos más arriba, ya a unos 5200 msnm donde la nieve y el viento forma los penitentes, pequeñas cúspides de nieve y hielo que pueden servir como escalera para el ascenso, junto a otro glaciar, el cual ya empezaba a derretirse.


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Estas son las estalactitas de hielo al borde del glaciar. Más abajo ya había un riachuelo.



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Conquistando los penitentes.

Bruno cuenta que en Argentina pueden alcanzar el metro y medio de altura, o más. Pudimos seguir ahsta la cima, pero las nubes ya se mostraban amenazantes, así que se decidió volver.

Y de pronto los vientos se llevaron las nubes de tormenta hacia el valle del Mantaro, que desde aquí se puede ver muy a lo lejos. Ya era tarde para intentar la cumbre, pero esto da a entender lo impredecible que es el tiempo en la montaña.


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Ya de bajada, volvió a brillar el sol.

Regresamos al campamento después de cruzar la resbalosa morrena del Sulcón, a eso de las cuatro de la tarde, en compañía de la puesta de sol. Bruno y José discutían acerca de intentar la cumbre del Sulcón, pero eso quedaría para el sábado, después de un buen descanso.

La comida fue poco antes del anochecer. Ya a las siete, todos estaban en las carpas dispuestos a dormir.

Esa noche, empezaron las visitas nocturnas. José y Bruno sintieron fuertes pisadas cerca de las carpas. Yelinna no sintió nada, pero los pasos daban a entender que pudiera ser un puma joven, o un zorro. Ya era tarde cuando salieron a la entrada de las carpas, y alrededor de la cocina, a intentar distinguir las huellas, pero en la oscuridad no se veía nada. Apenas oía voces desde dentro de las carpas, el visitante nocturno huía y desaparecía en la oscuridad.


Viernes 5:

Esta vez todo el mundo se levantó un poco más tarde. El desayuno fué a las 8:30 de la mañana. Temprano hizo sol, parecía ser la mañana perfecta para bañarse en la laguna, pero cuando Bruno y Yelinna fueron a bañarse, el cielo se tapó e hizo mucho frío. José les mostró un lugar mejor en la laguna, más protegido del viento, pero grandes nubes tapaban el sol y aparentaban no querer moverse. Aprovechando un hueco entre las nubes, Burno y Yelinna pudieron darse una zambullida, aunque seguía haciendo frío, y el viento no ayudaba.

El almuerzo fue alrededor de las tres de la tarde. Bruno, el chef de la expedición, preparó fideos canutos con atún y salsa pomarola y sopa de sobre con un huevo (sí, había llevado huevos dentro de una de las ollas y bien protegidos para que no se rompieran).

Esa tarde, poco antes del anochecer, José, Bruno y Yelinna, fueron a ver las inmediaciones del Carhuachuco. Bruno y José querían ver de cerca si era posible escalarlo con el equipo que tenían, pero ya de cerca se notaba que la pared era vertical, en algunas partes mojada por el derretimiento del hielo, y con una morrena resbalosa y peligrosa en las parts más altas. José y Bruno conversaban de regreso que aquella pared podía escalarse, pero con equipo para escalar roca. Esto ya quedará para otra ocasión. Se acordó intentar la cumbre del nevado Sulcón, el cual conserva sus glaciares y una buena porción de nieve en las alturas.

Debíamos dormir temprano, ya que debíamos salir al Sulcón antes del amanecer.


Sábado 6:

4:30 am: Se despertó a todo el mundo. Era hora de irse preparando para la subida al Sulcón. Esta vez el desayuno fué más frugal: cocoa, galletas y queso. Para el camino se reservaron varias barritas de cereal, un par de manzanas y el resto de los bocaditos salados de José, los que sobraron de la primera tentativa al glaciar del Sulcón. El gatorade ya se había acabado hacía dos días, así que se mezcló el agua hervida de la laguna con jugo en polvo. A las cinco y media, bajo la luz de la luna creciente, se inició la expedición.


Ya era de día cuando dejamos atrás Curiguay. Esta vez, en lugar de dar tantos rodeos, fuimos directamente hacia la arista cimera del Sulcón, a donde llegamos en poco más de cuatro horas. Ya eran las diez de la mañana cuando Bruno y José empezaron el ascenso a la cima, dejando a Yelinna en la arista.

Ya para entonces se avecinaba mal tiempo. Podía esperarse que el viento y las presiones cambiaran y se llevaran las nubes de tormenta a otro lugar, pero eso no se puede predecir. Aprovechando las horas de sol, Bruno y José se alejaron hacia lo alto del Sulcón.


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Esta es la vista que se tiene del glaciar desde la arista cimera. Altura: 5300 msnm.


El glaciar tenía varias grietas, aquí dos fotos de una de ellas:


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Esto sucede cuando el glaciar ya no soporta su propio peso.



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Es mejor no acercarse demasiado, no se sabe si aguantará el peso ni que tan profundo sea.


EL primer par de horas hizo muy buen tiempo. Bruno y José se quedaron buen rato en una parte en la que el camino se hacía casi vertical, y Bruno cuenta lo agotador que fue estar clavando en la nieve, durante una hora casi. Yelinna se encargó de tomarles fotos hasta perderlos de vista, luego de recorrerse un trecho de la arista cimera.


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Esos dos puntitos cerca a la cumbre son Bruno y José. Ese fue el tramo donde se atascaron.

Ya hacía rato que no se los veía cuando el cielo volvió a nublarse. Al mediodía se tapó todo y empezó a nevar, primero un poquito, luego más y más fuerte. Ya no se podían ver las montañas en el horizonte, todo parecía estar cubierto de neblina. Para no tener frío, Yelinna empezó a golpear la nieve con sus bastones, esperando a que Bruno y José volvieran. Felizmente no tuvo que esperar mucho rato, menos de una hora después ya estaban de regreso, justo cuando la tormenta se ponía más fuerte. Incluso llegaron a escucharse un par de truenos. Hacía mucho frío y era menester regresar cuanto antes a la seguridad del campamento.

El camino de bajada parecía largo, pero con el entremamiento de subir y bajar morrena, no era tan difícil. Yelinna aún no se explica cómo Bruno y José podían ubicar el camino de bajada, en medio de la neblina que lo tapaba todo. A medida que bajábamos, la tormenta iba quedando atrás, y ya en la base del Sulcón casi no caía nieve. No eran las tres de la tarde cuando pudimos, por fin, volver al campamento.

Después de almorzar (y de su respectiva taza de té, que Bruno siempre había preparado después del almuerzo) todo el mundo se fue a descansar. Se pensó en hacer sopa para la cena, pero no hubo cena, todo estaban tan cansados que nadie volvió a salir. Además hacía frío.

Esa noche, se volvieron a sentir los pasos del visitante nocturno. Husmeaba alrededor de la carpa de José, buscando, u oliendo, comida. Bruno, sacando la cabeza de improviso de la carpa, llegó a verlo: era un zorro, grande como un perro. Como nunca viene gente por estos lugares, en realidad no tenía qué temer de unos campistas solitarios.

Domingo 7:

Se acabó la comida sólida. Bruno preparó una última tortilla para el desayuno con galleta desmenuzada y el último huevo. Lo que sucede es que los tres estuvieron comiendo demasiado bien los primeros días (nuggets de pollo, fideos canutos con mantequilla, puré de papas, pan con queso o atún, sopa ramen, tortilla de huevos y atún, sopa de sobre con huevo, café y cocoa... todas especialidades de Bruno :D :D ) y ya para los últimos días de la expedición las reservas de comida estaban casi agotadas. Quedaba té, café, cocoa y avena, pero ya no había leche, ni manzanas, ni chocolate, ni bocaditos salados.

Este era el día de iniciar el regreso. Después de guardar todo (y después de esperar a que se secara antes deguardarlo), a las once y media de la mañana íbamos de vuelta al paso camino a la laguna Huallacocha. Para evitar al pastor y sus perros pasaríamos más arriba, por la ladera de los cerros de la quebrada. José, quien se fué por el fondo, tuvo que encararlos a todos, espantándolo con sus palos y llamando a Bruno por radio, la que, para su mala suerte, se había quedado sin batería.

Caminar a semejante altura y con hambre no es cosa agradable, pero se puede soportar (entre Bruno y Yelinna se comieron la última barra de cereal). No fueron muchas horas de camino. El cielo estaba despejado y había agua con jugo suficiente para beber, lo cual es más importante. Ese día no llegaríamos hasta el paso. Antes, hay una pampa lo suficientemente llana para acampar, lo que no hay del otro lado. Lo malo es que está muy expuesta al viento, y hace mucho mucho frío. Al final se pudo hallar un lugar cerca a una loma pequeña, no muy lejos de una cascadita de donde se podía sacar agua.

A las cuatro de la tarde ya estaba armado el campamento.

Ese dái el almuerzo fue lo último que quedó del puré de papas, la mantequilla y la leche de soya. Se acabó el café y se hirvió agua para el día siguiente. Estábamos a 4840 msnm y fue el campamento más frío de toda la expedición.

El pastor de la quebrada le había advertido a José que esta es zona de pumas, los cuales suelen ir detrás de las vicuñas, cuyos gritos oíamos venir desde la cima de los cerros frente a nosotros. Era preferible no salir de noche, por precaución.


Lunes 8:

Siete de la mañana: Desayuno(?) Según cuenta Yelinna, éste sólo fue cocoa y lo que quedaba en los sobres de mermelada. Ya no quedaba nada excepto agua con jugo en polvo disuelto. Eso sería todo lo que mantendría a los expedicionarios hasta llegar a Yuracmayo (o dónde se pudiera comprar algo de comer).

Era poco después de las diez de la mañana cuando se pudo iniciar el camino de regreso. Una vez pasado el paso, ya era todo de bajada. Y salimos justo a tiempo: una vez pasado el punto de donde se ve el Cuncusyantaj, una tomrenta empezó a perseguirnos, cubriendo la quebrada y descargando justo a neustras espaldas. Ya habíamos dejado atrás los senderos de vicuñas, y en algunas partes se veían huellas de herraduras. La represa se ve desde lejos, y da la engañosa apariencia de estar más cerca de lo que realmente se encuentra.

A las dos ya estábamos en Yuracmayo, exactamente en el mismo punto donde se empezó la expedición. Tuvimos suerte: el carro que contrató Bruno llegó justo a tiempo (sí, él ya conoce al chofer).

Media hora después partíamos hacia San Mateo, a donde llegamos antes de las cuatro de la tarde. Ya en el paradero de los carros que salen a Chosica se pueden comprar golosinas, papa rellena y gaseosas. A veces también se suben a vender humitas y tamales. Todo ello le cae muy bien a quien ha pasado un día entero sin casi comer nada.

En Chosica, estuvimos poco después de las seis de la tarde. Si se toman los colectivos que cobren ocho soles, es posible estar en San isidro en Lima en una hora como máximo.

Las fotos de todo el viaje están aquí.

domingo, agosto 31, 2008

Último Día del InkaFest - Huaraz 23 y 24 de Agosto

Narrado por: Indiana Jones, quien después que su última película estuviera ambientada en un Perú de ficción, ahora quiere conocer el real :)

El Inkafest es un festival de cine de montaña que se realiza todos los años desde el 2005 en la ciudad de Huaraz. El tour InkaFest continúa luego en Lima y en el Cusco.

Por culpa de la tesis de mi dueña, sólo pude estar el último día (por lo que yelinna y yo nos perdimos un montón de películas incluyendo todas las ganadoras). Recién el viernes 22 al mediodía pudimos embarcarnos a Huaraz.

Pasamos por:
12:50 om: Salida del bus
(nos detuvimos bastante rato en la terminal de los Olivos)
1:40 pm: Salida de la terminal de los Olivos
2:30 pm: Peaje el Serpentín
3:45 pm: Huacho
4:00 a 4.30 pm: Barranca (parada para comer)
5:00 pm: Pativilca
6:00 pm: Control en Chasquitambo (nos detuvieron como veinte minutos)
7:00 pm: Cajacay
9:00 pm: Huaraz

Llegamos justo terminando la proyeccción de películas del viernes. Ya allá Bruno nos esperaba para llevarnos al auditorio Monttrek, donde se realizaba el InkaFest. A la entrada se podían comprar revistas Viajeros a un precio muy bajo: tres por diez soles. Además de dulces hechos a base de hoja de coca.

Quien estuvo a cargo de la proyeccción de las películas fué José "El Marrano", el maestro de ceremonias era Bruno y el organizador: Iván.


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Esta es la sala de control desde donde se ponían las películas.

Llegamos justo a tiempo de recoger todo, guardar las bancas y cerrar :(

Esa noche cenamos en Las Brasas, un agradable restaurante cercano. La proyección de las películas continuaría el día siguiente en la tarde.


Sábado 23:

Esa mañana, Germán había llevado a la gente inscrita a un trekking que iba del distrito de Monterrey a Wilcahuaín, templo pre-inca ubicado a la salida de Huaraz. Mientras tanto, el resto de la gente preparaba todo (desde el proyector hasta ordenar las sillas) para la tarde. También se organizó un concurso de escalada en roca, pero mi dueña y yo no pudimos ir :(

Huaraz tiene un clima muy agradable por estos meses. Aún no llueve (no demasiado), hace sol durante el día, y de noche no hay demasiado frío.

Este día el alcalde invitó a toda la gente del InkaFest (jurado, organizadores, voluntarios, staff...) a un almuerzo a las afueras de la ciudad. Desde Huaraz, ya sea desde la misma ciudad o afuera, se puede apreciar la Cordillera Blanca.


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Momento en que recién preparaban la pachamanca.

Las fotos de este fin de semana están aquí.

la pachamanca, recién preparada, tiene muy buen sabor. Como nos explicaba Bruno, se debe hacer apenas llegan los comensales, ya que si se enfría pierde el gusto. Y toma tiempo prepararla. Ya casi teníamos que regresar para el InkaFest cuando abren la tierra y nos dicen que ya está lista.

Compuesta de carne de cordero, humitas de maiz, camote, habas... ahora hubo algo que no siempre hay: humitas de yuca, y oca (el "alimento de los incas" la llamaban).

No pudimos probar la carne, porque ya Bruno, Marrano y Yelinna debían volver al auditorio Monttrek.

Ese día, también se proyectaron algunas películas en el auditorio de la municipalidad de Huaraz. Yelinna se hizo cargo de una parte de esta proyección hasta que llegara su reemplazo. Desde el Monttrek a la municipalidad son unas pocas cuadras de camino por la avenida Luzuriaga y un par de calles. Junto a la Plaza de Armas siempre hay una feria artesanal, la cual vale la pena visitar pues venden infinidad de cosas.

Era la noche de la clausura del InkaFest y la estrella fue Sebastián Alvaro, uno de los jueces y director del programa de la tv española "Al Filo de lo Imposible". presentó y narró un excelente video acerca de sus expediciones y aventuras. Notable fué la narración de la escaladora que se cayó desde varios metros de altura mientras rapeleaba junto a una cascada. Se rompió un brazo, la cadera y muchas otras cosas más, esperó 16 horas hasta que un helicóptero la sacó de allí, le dijeron que no volvería a caminar... dos años después cruzaba el Sahara con una expedición, llegaba hora y media después del último caminante diciendo "Zebastián... me duele la cadera". Y él le respondía: "Puez a mí me duelen hazta las peztañaz, azí que dale".

Otro momento memorable fue, en el video, cuando Sebastián le daba ánimo al escalador Juanito, quien, con un edema pulmonar y a una cantidad escandalosa de metros sobre el nivel del mar (era una escalada en el Himalaya si no recuerdo mal) :
- Me importan trez cojonez tuz congelacionez. Ponte la mázcara de oxígeno que todo va a mejorar.
Finalmente Juanito logra regresar al campo base diciendo, en broma: - Ezpero que tengan una habitación en el hotel".
A medida que pasaba el video, Sebastián iba narrando lo que ocurría: los saltos en globo, las expediciones al ártico, al Everest, un poco de historia acerca de la conquista de esta montaña, la cual se remonta a principios del siglo veinte (el Everest será la más alta, pero la más difícil es el K2).

En total, son 14 las montañas que pasan de los 8000 metros. El paisaje en el Himalaya a poco más de 5000 metros es exactamente igual al aspecto de los Andes a esa misma altura. Mientras más alto se está, más frío y más seco es, y el oxígeno más escaso. Algunos consideran a los 7000 msnm como el umbral de la muerte, otros lo ponen más arriba.

Esa noche nos encontramos con Richard Hidalgo, quien ya se ha escalado el Cho Oyu (llevaron calendarios de Richard con la foto de esta montaña y no quedó ni uno). Esa noche hablaba del día que ya tenía que partir a Nepal.

En la ceremonia de clausura estuvo el alcalde de Huaraz, y al final, un grupo de música folklórica bailó una danza de la cultura chavín.

Una película memorable fué el documental acerca de la Rinconada. Un pueblo ubicado en Puno, a 5000 msnm, y que aún vive en condiciones dignas de la época colonial. Dedicado exclusivamente a la minería, la gente trabaja extrayendo el poco oro que se puede sacar de minas hechas, literalmente, de hielo. Este pueblo es como un Lejano Oeste polar: en el único día en que los mineros pueden extraer oro para sí, lo poco que encuentran lo cambian por dinero en las casas de cambio.

Aconcagua Speed Flying es la filmación del descenso en paracaídas y esquiés desde el punto de vista del protagonista pues la cámara va filmando todo el descenso, sin cortes ni arreglos. Es fácil caer en el vértigo viendo esta película.

Y ojalá pudiera comentar acerca del resto de las películas, pero me las perdí casi todas. Lo bueno, es que van a volver a proyectarse en Lima a partir del 11 de septiembre en el Centro Cultural España (Natalio Sánchez 181, Parque Washington, Santa Beatriz) y en el Cusco a partir del 25 de septiembre.

Y los jueces especialmente pudieron por fin descansar. Como dijo Sebastián, ser jurado no es sencillo, están todos durante once horas al día en una habitación para ver películas y salen, cual prisioneros, sólo para comer, dormir y entre otras cosas muy necesarias.

Ya después de la clausura, vino una sesión de fotos con el jurado y los organizadores (aún estamos esperando que nos las pasen!) y luego, la cena de celebración del final del Festival.

Domingo 24:

Ya era hora de recoger todo y prepararse para el regreso, esa noche. Hoy la gente se dió el lujo de levantarse tarde y desayunar aún más tarde (no tanto, porque había un almuerzo para antes de las dos pm). toda la mañana la pasamos en el hotel, hasta poco antes de almorzar, momento en el que Bruno y Yelinna aprovecharon para recorrer los mercados de Huaraz, y ya después del almuerzo, fueron conmigo a los baños termales de Monterrey.

Monterrey es un distrito a unos quince o veinte minutos desde Huaraz. El paradero está cerca al puente, y desde allí, se puede ver la enorme mole de hielo que es el Huascarán.

La entrada para los baño privados es de 3.50 soles, por media hora. Algo caro comparando los dos soles en Huancahuasi por tanto tiempo como quieras. Pero es un lugar perfecto para pasar la tarde. Posee una piscina al aire libre y está junto a un bonito hotel. Las aguas de estos baños termales contienen hierro y cobre, por lo que su color es oscuro. Hay una poza, de la que sale el agua directamente, hirviendo. Aquí se pueden ver costras de hierro y cobre, oxidándose al sol.

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Esto está mejor que la calavera de cristal :D :D

Como es fin de semana hay mucha gente. Ya eran casi las cinco de la tarde y el sol empezaba a caer. Bruno contó que solía venir con su familia cuando era niño. En el hotel Monterrey, hospedarse no es caro: las habitaciones comparditas salen a menos de cincuenta soles por persona, considerando que éstas tienen no sólo camas y baño, sino también una pequeña salita junto a una chimenea. Lo único en contra es la ubicación, un poco lejos del centro de Huaraz.


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Otra vista de los baños de Monterrey, el balcón da a la piscina.


Volvimos ya al anochecer y nos reunimos en el hotel con el Marrano, a esperar la hora de la cena: Lomo saltado, y para quien deseara: café o té. Nos encontramos con los jueces por última vez, y nos despedimos de todos.

EL bus de mi dueña salía una hora antes que el del resto (un grupito partía al día siguiente). Bruno nos acompañó a la terminal y luego fue a reunirse con el resto de la gente al restaurante.

Pasamos por:
10:15 pm: partida
12:45 am: Cajacay
1:20 am: Chamana
3:15 am: Huacho
4:00 am: Chanchay
5:00 am: Ventanilla
6:40 am: llegada a la terminal de la Victoria.

El bus en el que vinimos es probable que en otro tiempo fuera un camión, pues, a mayor velocidad de bajada, en cada curva se balanceaba, se balanceaba...

Felizmente sobrevivimos!

Wilmer nos pasó sus fotos del viaje a Oyón por fiestas patrias!

miércoles, agosto 13, 2008

Intercon 2008 - Trujillo - 4 al 8 de agosto

El Intercon es un congreso de ingeniería que se realiza todos los años en una universidad del Perú. Esta vez tocó en la UPAO de Trujillo. El Intercon también incluye un concurso de proyectos de ingeniería, y por ello la universidad nos mandó para allá :D

Esta vez, narrado por Tomoyo.
Del grupo de proyectos fuimos Jose Luis "El Peón", David, Héctor, Luisa, Alejandro (quien se quedó menos días por trabajo) y Yelinna.

El punto de partida fué la terminal de la empresa ITTSA a las ocho y media de la noche donde ya esperaban Hector y el ingeniero José Rosales. Habían que llevar muchas cosas: mesas, computadoras y herramientas, todo para el concurso de proyectos.
A las nueve ya se habían entregado las cosas que irían en la bodega del bus y media hora después iniciábamos el viaje.

Pasamos por:
10:30 pm: Ancón
11:00 pm: Pasamayo
11:50 pm: Huacho
12:30 am: Barranca
2:00 am: Huarmey
3:00 am: Casma
3:50 am: Chimbote

Llegamos a Trujillo a las seis de la mañana, justo al amanecer. El ingeniero Jorge Tejada (el director de la escuela de electrónica) ya estaba en Trujillo desde hacía un par de días. Después de llamarlo por el celular (y despertarlo) vino a llevarnos al hotel, a unos diez minutos de caminata de la UPAO.

La semana anterior se había celebrado un concurso de ramas de la IEEE,así que allá también estaban varios amigos más: Antony, Willy, Richard, Felipe (regresó a Lima ese día), Jorge y Álvaro (quienes de paso habían ganado el concurso) quienes nos ayudaron a cargar todas las cosas y guardarlas en nuestros cuartos.

Después de instalarnos (Luisa y Yelinna tuvieron un cuarto para ellas solas, mientras que los chicos tuvieron que acomodarse de a cuatro en los suyos, excepto los dos ingenieros, claro)

El concurso de proyectos sería el jueves. Hasta entonces, la gente estaría atada a sus proyectos. Ese lunes mi dueña y sus compañeros que irían al concurso sólo salieron del hotel para ir a la UPAO, ver las inscripciones y asistir a la inauguración del INTERCON en la noche.

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Esto es lo primero que se ve al entrar: la pileta de la UPAO.

El martes se dedicó casi por completo al trabajo (Yelinna apenas pudo asistir a una conferencia en la noche). Desde el principio, Héctor y Luisa tuvieron problemas con su proyecto: el circuito había soportado mal el viaje y ya no quería funcionar. Aparte, Giove, JoseLuis y Yelinna daban los toques finales a su presentación.

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Faltaban arreglar muchas diapositivas. En este menester, JoseLuis fue el más entusiasta.


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Un poquito del proyecto de JoseLuis y Yelinna

Esa noche nos quedamos despiertos hasta las dos de la madrugada. Hector y Luisa intentaban armar su circuito en la cama, aunque eso es muy difícil.

Las fotos de todo el viaje están aquí.

Dado que la universidad daba una cantidad de dinero al día para gastar en comida, durante todos estos días mi dueña y sus compañeros estuvieron gastando en almuerzo, cena y desayuno (cuando se podía) mucho más de lo que normalmente gastarían. Así, encontraron un lugar adorable dónde comer ensaladas de frutas, jugos, postres y sandwiches. Gastar seis o siete soles en un desayuno era muy fácil pues no es un lugar muy barato. La tienda se llama Damasco y queda en la cuadra 12 de la avenida Húsares de Junín y se convirtió en el lugar obligatorio para cenar y desayunar esos días.

Trujillo es como Lima, sólo que más chiquito y con mejor clima. Los alrededores de la UPAO recuerdan a lo que es Santa Patricia en el distrito de la Molina en Lima. El sol y la temperatura en Trujillo son como los de Lima por los meses de Diciembre y Enero pero con menos humedad.

El martes no hubo tiempo para desayunar, había que arreglar varias cosas para el concurso. En la tarde: más conferencias y arreglos de los proyectos. David tenía problemas con su webcam, Hector y Luisa no avanzaban con lo suyo y a JoseLuis y Yelinna les faltaban varias cosas en su presentación.


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Lo bueno de la UPAO es que tiene una linda arquitectura.

El miércoles en la mañana les tocaba concursar a la gente de la escuela de sistemas. De paso, aprovechamos para conocer las salas donde es el concurso. A la hora del almuerzo se pudo aprovechar para conocer un poco más de Trujillo. Allá, lo que en Lima se conoce como Shopping Center, en Trujillo se le llama Mall. Existe uno atrás de la UPAO y JoseLuis, Yelinna, Hector, Luisa y David fueron para allá a almorzar.


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Parece una mezcla del Jockey Plaza y el Plaza San Miguel de Lima.

Ese día el mall estaba casi vacío. Incluso un guardia le dijo a Yelinna que estaba prohibido tomar fotos que no fueran familiares, lo cual es una gran tontería, y que fué ignorado olímpicamente. Las órdenes absurdas e insensatas (como no poderle tomaar fotos a una tienda por fuera, ya es bastante no poder hacerlo por dentro) merecen ser ignoradas :D

Existe otro Mall, un poco más lejos, donde están las tiendas Saga Fallabella y Ripley. Cruzando la pista, y justo en frente, hay dos chacras de maíz. Una parte de Trujillo recién se está urbanizando, y aún se pueden ver urbanizaciones enteras en construcción.
Almorzamos en el Mediterráneo Chicken, frente a la chacra de maíz. En la UPAO habían más conferencias en la tarde, pero ya no pudimos ir, los ingenieros les pidieron a JoseLuis y a mi dueña que les hicieran una presentación antes del concurso en el hotel y ya no hubo tiempo para nada más. Ese días nos acostamos a casi la una de la mañana.

El jueves, muy temprano, fuimo a la UPAO llevando todo lo necesario para el concurso. Davir, Hector y Luisa debían armar sus mesas y conectar sus computadoras. Alejandro les había pretado su LapTop a JoseLuis y Yelinna y ya tenía todo lo necesario instalado. El concurso fué a las once de la mañana, todos casi al mismo tiempo. Incluía una presentación en powerpoint y una demostración del proyecto. Los resultado recién se conocerían el viernes en la noche. Después de recoger todo y llevarlo al hotel, recién quedamos en libertad pasada la una de la tarde.


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Otra foto en la UPAO. Es bonito el detalle de la rueda de madera.

Esa tarde David, Luisa, Hector, JoseLuis y Yelinna, aprovechando su libertad, fueron a almorzar al Mall detrás de la UPAO y de ahí a la feria de artesanías que había cerca al estadio Mansiche. También nos dimos una vielta por el estadio. Iba a haber un concierto gratuito de música cristiana en la noche (JoseLuis quería asistir) y a pesar que eran recién las cuatro de la tarde, ya había gente esperando entrar. En una de las puertas laterales, un guardia muy enojado, echaba a cuanta persona se acercaba, diciéndole que la entrada no era por ahí. David, le dijo que éramos estudiantes que participaban en el Intercon, que veníamos de parte de la UPAO, etc etc, hasta que al final nos dejó pasar.


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Helo aquí: el estado Mansiche.



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Aquí ya estaban preparando todo para el concierto.



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La prueba de que estuvimos en Trujillo :D


Ya de aquí tomamos un taxi y regresamos al hotel (para ir a cualquier parte íbamos en taxis, se fue mucha plata en puros taxis). Después de descansar una hora, mi dueña fue a la última conferencia del día, y más tarde, JoseLuis fue al concierto. Nos dijeron que regresó a la medianoche.

El viernes fue un mejor día. En la mañana Yelinna se encontró con Jorge después del desayuno y juntos fueron a la plaza de armas de Trujillo.
El centro de Trujillo es igual al centro de Lima, sólo que más chiquito, al igual que su mercado. Es taan parecido que hasta tiene su tienda Carsa pintada de amarillo. Como se rumoreaba que es peligroso, Yelinna no llevó la cámara :( pero diré que no es peor que el centro de Lima, quien sabe moverse por este centro, puede moverse por el centro de Trujillo sin problemas.
Una versión de Lima en chiquito: más chiquita la plaza, las iglesias, el mercado. Pero igual de bonito.

Luego, en una calle, casi escondido, nos topamos con el Museo del Juguete:




La dirección es Jr. Independencia Nº 705. Las visitas son de lunes a sábado de 10 de la mañana a seis de la tarde. Hay que mirar con atención ya que la entrada es muy pequeña y Jorge no la vio.
Para entrar hay que subir una escalera. Frente a la puerta hay un letrero que dice que el fundador del museo sólo acepta para su museo juguetes anteriores de 1950 (aunque en el museo hay juguetes de hasta después de 1960). Es por una cuestión romántica: él considera que los juguetes antiguos tienen un toque personal y único que no tienen los juguetes actuales. Es verdad. Pero los juguetes actuales tienen un mejor acabado y un mejor diseño, sólo hay que comparar los transformers de hace veinte años con los actuales!

Después de caminar mucho y recolectar folletos de tours a Huanchaco y Chan Chan, volvimos al hotel. Allí descansamos hasta la hora del almuerzo, donde Hector, Luisa y Jorge notaron que les sobraba mucho de lo que les había asignado la universidad y había que gastarlo (o devlverlo, y nadie quiere hacer eso ¿verdad?).


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Ni los grafitis de Trujillo tienen qué envidiar a los de Lima.

El viernes en la noche fue la ceremonia de clausura del Intercon. El segundo lugar de proyectos de posgrado lo ganó ALejandro con su "sistema de reconocimiento y ejecución de partituras musicales usando procesamiento digital de imágenes" , y el tercer lugar en pregrado, David con su "sistema de vigilancia IP empleando procesamiento digital de imágenes".

Acerca de otros proyectos, en este link.


El sábado en la mañana ya tocaba guardar todo, pues las habitaciones debían quedar desocupadas al mediodía. JoseLuis aprovechó sus últimos soles de la universidad para comprar dulces en la tienda Castañeda, que queda casi al frente del Mall atrás de la UPAO.

Después de desocupar los cuartos, nos fuimos todos a Chan Chan (está algo lejos de la carretera, por eso fuimos en taxi. La entrada más cara, la de adultos, está a once soles, pero eso no importaba porque la universidad pagó :D :D )


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Son famosos los diseños de Chan Chan. Éstos representan nutrias marinas, las líneas representan el mar.

Chan Chan es en realidad una ciudadela inmensa. Algunas partes no han sido desenterradas aún y otras están en reconstrucción. Algunos lugares están protegidos de la lluvia, la cual es muy dañina para estas construcciones de adobe.

La manera en que tenían los Chimú para conseguir agua era cavando grandes reservorios en el suelo, los cuales se llenaban del agua que existe a varios metros de la superficie.


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Este es el reservorio de agua más grande de Chan Chan.

A pesar del tiempo, el agua sigue brotando. Para evitar que se rebalse, parte de ella se drena al mar. Cada seis meses revisan el reservorio por si el ducto de drenaje llegara a taparse.
Esto es como una laguna artificial, y aquí viven varias aves y plantas acuáticas.

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Una última foto con estos dos caballeros.

La desaparición de la cultura chimú es probable que se deba a un fenónemo del niño que ocurrió hace unos mil años. Cuando los conquistadores españoles llegaron, aquí ya no vivía nadie.

A la entrada de Chan Chan hay tiendas de recuerdos. Lo más bonito son los polos (diez soles cada uno). También venden dulces y gaseosas.

Luego fuimos a almorzar a Huanchaco. Como es una playa, las cebicherías abundan, así como los puestos de artesanías. Lo malo es que para entrar al muelle cobran cinecuenta céntimos.
Richard ya había venido hace diez años y dice que Huanchaco es diferente ahora, que ha progresado mucho. Ya en Lima nos comentaban que antes no había tantos hospedajes.
Pudimos bajar a la playa recién a las cinco de la tarde, y aún hacía un poco de calor. Las únicas que entraron al agua fueron Luisa y Yelinna, y el mar aquí no es tan frío como en Lima. Por cinco soles se puede dar un paseo en caballito de totora (sí, ambas se dieron un paseo).


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El atardecer en Huanchaco. A la izquierda se puede ver el muelle.

Estuvimos de vuelta en el hotel ya de noche. El bus partía a las diez, así que aún teníamos unas horas para pasear y/o descansar. Yelinna aprovechó para dar un último paseo por la calle. Otro grupo se fué a buscar qué comer. Una hora después ya estábamos en la terminal.

De regreso, pasamos por:
Medianoche: Provincia de Santa (Ancash)
12:15 am: Chimbote
1:10 am: Casma
3:30 am: Barranca
4:15 am: Huacho
5:20 am: Psamayo
7:00 am: Lima


Además Mario nos envió sus fotos del viaje por fiestas patrias!

sábado, agosto 02, 2008

Chiuchín - Huancahuasi - Rapazmarca: 26 al 29 de Julio

Salida por Fiestas patrias organizada por Mario López. Mientras que el pueblo de Chiuchín queda en Huaura, Huancahuasi ya está en la provincia de Oyón, la cual limita por el este con la región Pasco.
El límite entre Huaura y Oyón lo marca el río Checras. En total los afluentes del río Huaura son:

Afluentes por la margen derecha:
Río Huancoy, Río Yarucaya.
Afluentes por la margen izquierda:
Río Pampahuay, Río Checras, Río Huananque
(fuente: Ministerio de Energía y Minas).

Esta vez la salida es narrada por Chenn, la guepardo.

El punto de reunión fué el parque a espaldas del cine Orrantia a las 8:30am del sábado 26. Lo malo fue que unos polícías de la municipalidad empezaron a hacer problemas aludiendo que estaba prohibido estacionarse allí, cuando ese parque ha sido paradero para excursiones y viajes durante ya bastante tiempo. Estuvieron fastidiando durante bastante rato (y seguramente queriendo obtener algo por fiestas patrias), hasta que por fin, recién a las nueve de la mañana, pudimos partir, pero no desde el mismo parque, sino en un paradero un poco más allá, en la Javier Prado.
En total éramos 21 personas, incluyendo una familia con dos niños y una niña.

Pasamos por:
11:00 am: Chancay. Aquí nos detuvimos a comer algo en una cafetería llamada Delfino. Un sitio muy bonito, pero también donde la comida cuesta casi el doble que en otros lugares.
11:50 am: partida.
1:00 pm: Huaura
1:50 pm: Sayán. Almuerzo.
En la plaza de Sayán hay una conocida dulcería llamada Lumbre, que existe desde 1904. Allí se pueden conseguir tejas, alfajores y los favoritos de mi dueña: guindones con Manjarblanco.
Sayán es un pueblo muy tranquilo, casi sin tráfico y con mucho sol. La plaza actual data del 18 de Julio (hace una semana).

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Nikolai, nuestro corresponsal para The Traveling Picture Show vino con nosotros :D

A las cuatro partíamos de Sayán (685 msnm). Tres horas después llegábamos a Chiuchín.
8:40 pm: Huancahuasi (3200 msnm). Como estaban arreglando el puente tuvimos que caminar un poquito hasta el hospedaje.

Es bonita la noche en esta época del año en Oyón, totalmente despejada (a Yelinn le recordaba a las noches a orillas del río Tambo hace exactamente tres años).

Domingo 27:

Nos despertamos a las siete y antes del desayuno y el grupo se dirigió a los baños termales de Huancahuasi, a un kilómetro de distancia del hospedaje. La entrada está a dos soles y permitía entrar nuevamente en la noche.

En Huancahuasi la gente cría aves de corral, burros, cerdos, cabras, vacas, ovejas y en especial caballos. Posiblemente es época de cría pues hay muchos potrillos, algunos aún tomando leche de sus madres, así como lechones y pequeños corderos.
Los caballos son alquilados para los visitantes.


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En lugar de ir a los baños termales, yo preferí ir a buscar el desayuno.


Los baños termales de Huancahuasi asemejan a una poza natural en la roca con una cascada de donde cae el agua caliente. El agua contiene cobalto, hierro y zinc y no es tan caliente como la de la calera en Huayllay. Después de estar casi una hora allí fuimos a desayunar al hospedaje.
De desayuno hay de todo, no sólo pan o leche: se podía pedir trucha, pollo, papas (generalmente fritas), galletas con queso, té de muña, café... También tenían gaseosas y agua mineral. La leche era leche sacada directamente de la vaca y también se podía pedir con café.


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Esta es la entrada a los baños de Huancahuasi. A la entrada encontramos a una señora que vendía té de muña.


Dos horas después partimos hacia Chiuchín. Un grupo prefirió ir caminando hasta Picoy, además de que caminando se aprecia mejor el paisaje. Hacía sol, pero también corría un viento muy frío.

En este lugar la muña y el capulí (o Golden Berry) crecen de forma silvestre. Para preparar té de muña sólo se debe arrancar unas ramitas y ponerlas a hervir, por eso es tan barato: en el hospedaje nos llenaban una botella de medio litro por cincuenta céntimos.

En el camino que va de Huancahuasi a Picoy hay una piscigranja donde paramos a tomar fotos.

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Yo seguía con hambre.

Al mediodía llegamos a Picoy. Una señora que en la plaza vendía agua de durazno, nos dijo que el nombre viene porque el pueblo está metido entre picos. Picoy está a la margen izquierda del río Checras, en Huaura.

De Huancahuasi a Picoy hay cinco kilómetros. De Picoy a Chiuchín hay ocho kilómetros, por eso una parte del trayecto la hicimos en la couster.

Llegamos a los baños termales de Chiuchín a eso de las dos de la tarde. Aquí las aguas contienen azufre y son muy calientes (o posiblemente las sentimos más calientes que las de Huancahuasi porque hacía calor afuera). Más parecidos a una piscina con una caída de agua, no tienen un aspecto tan bonito como los baños de Huancahuasi. La entrada también está a dos soles, pero pudimos convencer al cobrador que nos lo rebajara a un sol.
Alrededor de los baños hay sitios para hospedarse y hacer camping. Almorzamos en Chiuchín. Como en todas partes de la sierra, el plato de pachamanca contiene comida para dos personas. Lo mejor para pedir es la trucha, auque aquí es un poco más cara que en Huancahuasi.

Ya en la noche, y aprovechando las entradas de la mañana, volvimos a los baños de Huancahuasi. Temprano en la mañana y en la noche hay muy poca gente, por lo que los baños eran prácticamente para nuestro grupo :D


Lunes 28:

Después de desayunar (en realidad mucho después) partimos hacia el pueblo de Rapaz, a ocho kilómetros de Huancahuasi. Ya eran las diez de la mañana. Ocho kilómetros en realidad son pocos, especialmente si se camina por un camino afirmado. Un grupo prefirió quedarse en Huancahuasi e ir a los baños termales.

Hacía calor y calculamos que llegaríamos a Rapaz en dos horas, pero habíamos salido muy tarde (lo ideal hubiera sido a las ocho de la mañana). Íbamos siguiendo el cauce del río Checras. Aquí, entre Oyón y Huaura, no se nota que fuera la temporada seca, los cerros aún están verdes y el río baja con bastante caudal. POr estos meses, Huarochirí ya está desértico, así como las zonas más bajas de la región Lima.


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"Mmmnn... el Perené es más grande :) "

Ya era mediodía cuando quienes iban primero, mi dueña y Angela, avistaron las ruinas de Rapazmarca.
Un señor que cuidaba sus vacas dijo que aún quedaban como cuatro kilómetros para llegar a Rapaz. Dado que no se veía a Mario y no sabíamos si continuar, ellas decidieron ir a las ruinas, que estaban bajando la quebrada, cruzando un puente sobre el río y subiendo hacia el otro lado. La mamá de Angela se quedó cuidando las cosas.

Rapazmarca recuerda un poco a Rúpac, en Huaral, sólo que estas ruinas están peor conservadas. Las plantas las cubren, pero es fácil distinguirlas desde el camino. Después de un rato, Teresa y Carlos nos dieron el alcance.


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"I feel like Indiana Jones :D :D "


Aprovechamos para comer algo y esperar al resto del grupo, que aún estaban por la carretera. Desde aquí se pueden ver las paredes del cañón de Punguyo. Una vez que estuvo todo el grupo junto, y dado que ya se hacía tarde, se decidió ya no ir a Rapaz, cuyo atractivo reside en su iglesia colonial y no era seguro que estuviera abierta, sino al cañón, hasta donde nos alcanzara el tiempo.

Como nos comentara Mario, el problema de estas culturas antiguas es que siempre hubo más de una, vivían guerreando entre sí y si una conquistaba a otra, la cultura vencedora solía construir encima de la vencida. O si una clutura desaparecía, venía otra y se asentaba en el lugar. Esto ocurrió muchas veces, por ello, cuando se trata de culturas muy antiguas es muy difícil saber quienes fueron y cómo vivieron.


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Un último vistazo de Rapazmarca.


En el trayecto Mario nos explicó un poco de la flora de la región, él sabe diistinguir el tipo de flores que recién se encuentran por los 3500 msnm. Una flor típica de la sierra son los zapatitos, los cuales abundan también por Yauyos. Existe un árbol que atrapa la humedad en su corteza, permitiendo que otras plantas crezcan en él. Ya cerca al río hay helechos, y hay quien ha sembrado pequeñas rosas.

El cañón de Punguyo está bordeado por paredes de piedra caliza y por su interior el río forma una cascada. Su interior recuerda a los caminos llenos de plantas de la selva alta, o los que llevan a las cascadas de Bayoz y velo de la novia en Satipo. La diferencia está en que aquí hace frío.


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¡Es como estar en la selva!

Sueguimos ascendiendo por el cañón hasta que ya era hora de regresar, pues se hacía tarde. Ya en el camino hacia Huancahuasi nos encontramos con un poblador que dijo que, desde donde habíamos llegado dentro del cañón, faltaban cinco horas para llegar a Cerro de Pasco. También Mario comentó que ya habían acampado un poco más adentro. También nos contarn que por aquí hay zorros que suelen robarse las gallinas.

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Aquí se ve el cañón de Punguyo hasta donde alcanzamos llegar. Por esa dirección ya se llega a la región Pasco.

Estuvimos de regreso en los baños de Huancahuasi después de las cinco de la tarde. Al otro lado del camino, casi al frente, están los baños de Picoy, a los que no entramos, por considerar los de Huancahuasi inmekjorables. Aquí hay kioskos y puestos de comida, pero ya tan tarde la trucha ya se había acabado (en realidad mi dueña se comió la última).

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Esta es la entrada para los baños de Picoy.

Esa noche, por ser Fiestas Patrias, había fiesta en Huancahuasi. La banda del pueblo primero tocó cerca al hospedaje (hicieron mucha bulla) para puego ir a la plaza para seguir tocando toda la noche. Felizmente estaban demasiado lejos para molestar en el hospedaje. Ya más tarde se escucharon unos pocos fuegos artificiales.


Martes 29:

El grupo había acordado con Mario salir muy temprano y desayunar en Churín, pero en el hospedaje tuvieron comida preparada ya desde las seis de la mañana, por lo que una hora después toda la gente ya estaba desayunando. Algunos compraron muña para el camino.
Bajamos hasta el río, cruzamos el puente y abordamos nuestra couster. Partimos a las ocho de la mañana.

De regreso pasamos por Picoy, y Chiuchín. Antes de las diez ya dejábamos atrás el valle del río Checras para entrar al valle del río Huaura.


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Una foto de Picoy.

Ya por debajo de los 2800 msnm se puede ver cómo cambia el paisaje. Éste se vuelve desértico y caliente.

Aún no eran las diez cuando llegamos a Churín (2080 msnm), un pueblo con mucho movimiento y actividad comercial y turística. Cerca a la carretera y a la plaza es fácil encontrar tours que hacen visitas a los baños termales. Un grupo se quedó bañándose en los baños de la Mamahuarmi, mientras que otros preferimos ir a conocer Churín.
Hace calor y Churín está rodeado de cerros, por esta temporada, completamente pelados.

Se puede leer acerca de Churín y la leyenda de la Mamahuarmi en esta página.

Churín es casi como el equivalente de Chosica para Huaral. Al quedar justo en la carretera, es el sitio perfecto para comer algo o pasar la noche antes de seguir rumbo a otros lugares, o al regresar después de largos dís acampando. En el mercado se puede comprar miel de distintas variedades.

A las dos de la tade nos detuvimos en Sayán para almorzar. El pueblo se veía vacío, casi como aparece Lima la mañana de Navidad o Año Nuevo, un contraste tremendo con Churín. Fuimos a la dulcería por más guindones con manjarblanco pero ya no tenían nada. Era como si hubieran tomado la tienda por asalto llevándose todos los dulces y dejando la vitrina vacía vacía. Fué media hora después en que la señora preparó unos pocos alfajores.

Casi dos horas después abandonábamos Sayán. Tomamos desvío por Río Seco, siguiendo un camino polvoriento, entre chacras cuyas plantas alcanzaban fácilmente los dos metros de altura. Incluso vimos lo que parecía una garza, parada en la acequia. Fué la parte más calurosa del recorrido.

A las cinco ya estábamos en Chancay, a orillas del mar, donde ya hace frío y está todo nublado. Apenas dos horas después ya estábamos en el mismo punto de inicio, el paradero en la Javier Prado.

Las fotos de todo el viaje están aquí, incluyendo un mapa de Huaral y Oyón, y los planos de Sayán y Churín.