Primero fué un autito LandRover a escala 1:24, luego la posta ha sido seguida por varios juguetitos de plástico (especialmente animalitos) ansiosos por recorrer el Perú :D

lunes, diciembre 25, 2006

17 de Diciembre - Chocna

Con la gente de AirePuro. El punto de reunión fué en la "Cueva" o el local de Airepuro el sábado 16 a las 3 de la tarde y partimos una hora después cargando bolsas y cajas con donaciones, cosas para la chocolatada, medicinas, ropa y libros. Dos horas después ya estábamos en Chosica, y a las 7:15 pm llegamos a San Mateo.

Como éramos demasiados, la gente se dividió en dos grupos, los que dormirían en el hostal Patrón y los del hostal América, junto a la carretera. Dicen algunos que es difícil dormir junto a una carretera, pero los del Patrón no tuvieron mejor suerte: hubo fiesta por ahí cerca, algunas personas se emborracharon, hicieron bulla y hasta pelearon ¡!

Es noche, salimos a pasear por San Mateo. En la plaza existe una casa muy colorida que pertenece a un escultor, aunque todo el tiempo se la ve vacía.

A las 6:30 am del Domingo 17 ya la gente terminaba de desayunar, los del América fueron a reunirse con los del Patrón y a eso de las siete, salíamos haca Chocna.

Chocna es un pueblito situado a casi 4000msnm, siguiendo un desvío desde el camino que lleva a la laguna Rapagna. Desde Chocna se pueden ver dos o tres nevados, muy a lo lejos, detrás de la niebla matutina. Conforme pasaba la mañana empezó a salir el sol y no hizo tanto frío.

Las fotos de este día están akí

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Aquí en Chocna, esta foto fué tomada con la cámara de Jimmy

Mientras se realizaban los juegos con los niños, un grupo preparaba los regalos, otro la chocolatada y otro la obra de teatro. La obra no podría haber sido más improvisada, se ensayó justo ese día y para los actores y actrices era difícil contener la risa. Era la misma obrita del año pasado, por lo que había quienes ya sabían de qué se trataba.

Durante los juegos, fué notable la resistencia física de Carolina: saltar, gritar y entretener a una docena de niños a 4000 metros de altura es más fatigoso que una caminata (eso afirma Yelinna), y mientras mi dueña y el resto de los ayudantes ya estaban jadeando, Carolina parecía incansable. Toda una proeza.

Después de los juegos, y la casi improvisada obrita de teatro (que al final salió bastante bien, los niños se estaban riendo mientras comían el panetón y tomaban el chocolate), se repartieron los regalos. El cielo empezaba a oscurecerse y amenazaba lluvia. El paisaje desde Chocna es bellísimo, especialmente con la niebla y las nubes que esconden las montañas... pero nadie quiere una lluvia en plena repartición de regalos ¿verdad?

Felizmente hubo tiempo hasta de limpiar, poco después de la una de la tarde ya se había recogido la basura y a la 1:30pm empezaba a llover fuertemente.

Llovió durante casi dos horas. La gente se refugió en el policlínico. allí, las señoras del pueblo les dieron a todos trucha con ensalada de lechuga y papas, según cuenta Yelinna, la cual tenía mucho mejor sabor que la de la mayoría de restaurantes a los que ha ido. Era su forma de agradecer el tiepo dedicado a los niños :.)

Los buses que debían llevarnos de regreso primero debían llevar a los niños que no eran de Chocna a sus repectivos poblados. Había niños de Yuracmayo, Parac y Caruyac, por lo que tuvimos que esperar en el colegio hasta su regreso, poco después de las tres de la tarde. A esa hora ya sólo caía una fina garúa, pero seguí haciendo mucho frío.

Chocna está apenas a 40 minutos de San Mateo, donde nos detuvimos un cuarto de hora para recoger las cosas que se dejaron en el Patrón y comprar algo para el camino. A medida que se va bajando hacian Chosica se puede ver cómo cambia el paisaje y se puede sentir cómo aumenta la temperatura. En este momento, debido a las lluvias, la sierra está toda verde, pero ya por debajo de los 1500 msnm los cerros están casi desprovistos de vegetación.

A las siete de la noche ya estábamos en Chaclacayo donde mi dueña y yo nos despedimos del resto de la gente de AirePuro, ellos seguirían viaje hasta La Cueva.

Lunes 18: Chaclacayo: 11:00 am

Si alguien se para en la carretera central, a la altura de la Plaza/Parque de Chaclacayo, mirando hacia Chosica, recomiendo que se dé una vuelta por las calles que quedan a la mano derecha, más allá del parque. Esta parte no tiene nada qué envidiar a distritos de Lima como La Molina o San Isidro. Además las golondrinas que solían verse por La Molina hace un año parecen haberse mudado a los árboles del Parque de Chaclacayo.

:)

lunes, diciembre 18, 2006

Huaraz 8, 9 y 10 de Diciembre

Esta vez con la gente de la facultad de Ingeniería y Arquitectura de la USMP

La hora de encuentro fué a las nueve de la noche del jueves 7 en la terminal de Ormeño en el centro de Lima, aunque los bultos ya habían llegado antes. Como no se permite más de 20 kilos por persona, cada caja o bolsa tenía un nombre distinto. Tantas eran las donaciones que se necesitaron dos buses para transportarlo todo. Contrariamente a otros viajes que hemos hecho mi dueña y yo, esta vez el bus salió aa la hora esperada: 10 de la noche.

Después de perder más de media hora en el control de buses y camiones, pasamos por:
Medianoche: Peaje el Serpentín
1:30 am Peaje Paraíso - Huacho
1:40 am: Huaura
2.15 am Supe
2:50 am: Peaje de Tunan
6:30 am: Peaje de Catay
6:40 am: Recuay
7:00 am: ciudad de Huaraz

Tuvimos que esperar una media hora hasta que el párroco con el que se había coordinado la repartición de regalos llegara con su camioneta.
Un grupo se hospedó en un albergue cerca al colegio Fé y Alegría, mientras que otro (conformado sólo por estudiantes), nos alojamos en la casa de la tía de Cristian, la cual está desocupada desde hace meses, y queda en el condominio destinado a los ingenieros de la mina (oh! no preguntamos qué mina). La casa no tiene muebles excepto la mesa y las sillas del comedor, una vitrina, una cama desarmada y dos colchones arrinconados en la pared. No había luz pero sí agua, disponíamos de dos baños, tres habitaciones y un amplio primer piso. Para mi dueña, acostumbrada a dormir en una carpa a la intemperie, esto fué todo un lujo :D
El problema es que la casa quedaba en Taricá, a unos 20 minutos del centro de la ciudad en auto, y como Huaraz es tan pequeña en realidad, también estábamos a 20 minutos de la parroquia. Las combis suelen ser reacias a ir por ese lado en la noche por la falta de pasajeros, y los taxis escasean después de las ocho de la noche. Aún así, a pesar del gasto en transporte, resultó más barato que el albergue.
Yelinna y yo nos acomodamos en la habitación del fondo, el resto de los chicos, que ya eran amigos entre sí, ocuparon las otras dos habitaciones. Eran nueve personas en total y casi sin querer, Yelinna acabó con una habitación para ella sola :D


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Sí, acá pasamos la noche.

Organizar una repartición de regalos es una tarea ardua. Se tenían que preparar los panetones y hacer la chocolatada, arreglar los juguetes, adornar la capilla donde se haría todo.
La actividad empezó a las 2:30 pm. Se esperaban menos de 400 niños, al final se presentaron 500. Felizmente se comportaron bien con el Barney que los saludaba a la entrada, ya que sabemos por otras fuentes que los niños tienden a ser algo malos con las personas disfrazadas de grandes y vistosos animales.
A eso de las cuatro de la tarde empezó a llover fuertemente, pero dentro de la capilla hacía calor. Antes de repartir los juguetes se les dió a los niños panetón y chocolate (espero que haya alcanzado para todos), y luego una obra de teatro, muy graciosa, a cargo del profesor de teatro: Carlos Rengifo. Era difícil contener el entusiasmo de tantos niños, que por poco se suben al escenario. Aunque ya por ahí se oían reclamos del tipo "¿a qué hora reparten los regalos?".
El problema es que no alcanzaron juguetes para todos, las que más reclamaban eran las madres, exigiendo regalos que ya no teníamos para sus hijos e hijas. Algunas incluso se portaron bastante mal. La capilla recién quedó vacía a las 7:15 de la noche, justo antes de la misa.
Había sido un día agotador, la gente del albergue no había almorzado, y los de Taricá teníamos que volver a la casa. Esa noche, el resto de la gente se reunió en la habitación de al lado a tomar algunos traguitos y jugar a los dados. En cambio mi dueña se fué directo a dormir, pues no había dormido nada la noche anterior.

Sábado 9:

Como había mucha gente en la casa y sólo dos baños, el aseo matutino tomó más tiempo del acostumbrado. Y es aquí donde la gente comprobó que se puede tomar una ducha con agua helada a más de 3000 msnm (Huaraz está a 3100 metros, no a 3600 como creíamos). El siguiente problema era conseguir desayuno, ya que al parecer sólo existe una sola tienda en todo Taricá, donde la gente compró algo para el camino a Huaraz.
Ya eran entonces las diez de la mañana.

Por algunos deslices administrativos resultó que este día lo teníamos libre. Después de mucho deliberar decidimos hacer un pequeño tour por la ciudad en un pequeño micro, con el dueño del albergue. Partimos casi al mediodía, primero rumbo a la Iglesia del Señor de la Soledad.
Por dentro, la Iglesia recuerda un tanto a las del Cusco, con sus enormes imágenes, pinturas y altares. En ese momento una pareja se estaba casando, y ya afuera, no faltó quien bromeara acerca de quedarnos para la fiesta. Junto a la Iglesia es posible comprar recuerdos.
Luego enrumbamos hacia la calle José Olaya, según nuestro guía, la más antigua de Huaraz. Es una calle estrecha, como las que existen por la avenida Sucre en Lima, por las que antaño transitaban carretas. Aún así, la calle José Olaya tiene entrada a pasajes estrechos, los cuales durante los terremotos que han asolado Huaraz (en la década de 1930 y luego en la de 1970) se convirtieron en trampas mortales. José Olaya no es muy larga, se la recorre en pocos minutos, y al final hay un pequeño mercado de artesanías, incluso se puede comprar chica de jora a dos soles.
A un paso de José Olaya, está el criadero de truchas, el cual usa agua derivada del río Quilcay.

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No, no es una represa, es el criadero de truchas :)


Siguiendo la carretera se llega al mirador, desde donde se ve toda Huaraz. Esta carretera fué construída por la empresa Antamina, por lo que para llegar al mirador se debe pasar por la residencial Los Pinos, donde viven los ingenieros extranjeros que trae Antamina a Huaraz desde Canadá. Es decir: hay un pequeño pedazo de Canadá en Huaraz, ya que estos ingenieros no salen de allí más que para ir a la mina, pues allá tienen todo lo que necesitan: un colegio, un parque, tiendas, televisión, teléfono, energía eléctrica, etc. etc. no tienen necesidad de bajar a la ciudad. Pero antes de que alguien empiece a pensar mal de los extranjeros con plata que viven en su propio mundo, diré que en el momento en que pasamos por allí se vió gente con niños que salía con paquetes envueltos, es decir: también habían organizado una repartición de regalos, al igual que nosotros.
Frente a la residencial hay un bosque de pinos, el cual ya pertenece a otra empresa, un hotel.
A eso de las 2:45 pm estuvimos en las ruinas de Wilcahuaín. Donde la gente no dejó de bromear porque el guía no dejaba de repetir la palabra "prácticamente" al explicarnos la historia del lugar. En la entrada de las ruinas es posible comprar el equivalente a un plato de chocho a un sol. El choco es un cereal de la sierra y se lo suele preparar de la misma manera que el pescado para hacer ceviche (sólo que sin ají). Para quitarle el sabor amargo, después de cocerlo, se lo suele remojar una semana en el río.

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Akí junto al templo en Wilcahuaín

Esa tarde el grupo se dividió y Yelinna fué a hacer un poco de turismo con la gente del grupo de teatro. La mejor referencia en Huaraz es la avenida Luzuriaga. Y justo en el cruce con jirón José de la Mar venden helados artesanales a un sol, los que no tienen nada qué envidiar a los que venden en Lima, los que equivalen a poco más del doble de los de Huaraz, pero cuestan cinco soles. Pasamos por la feria artesanal permanente que existe cerca a la plaza y compramos algunos pequeños recuerdos. Si este día llovió, lo hizo muy ligeramente.
Al anochecer se reunieron todos en el albergue para hacerles una pequeña comida a la gente de la cuadra, las que sumaban 13 niños y niñas con sus madres. Es increíble cómo se entusiasmaban, especialmente las niñas, con las cámaras, pedían que les tomaran fotos. Antes de la comida un grupito salió a jugar con los niños a la calle, llevarlos en la espalda y correr con ellos. Dentro, preparaban la mesa y las demás cosas.
Esta vez fué mucho más tranquilo. Las señoras no dejaban de agradecer la comida, las gaseosas y los caramelos que les dimos a sus hijos e hijas, llovió un poco más fuerte y al final, una vez que se fueran todos, la gata del albergue empezó a maullar por comida.
Esa noche Yelinna se unió un par de horas al resto de la gente que tomaba algunas cervezas y fumaba. Ana sorprendió a todos con su equipo para hacerse sus propios cigarrillos: sacaba el tabaco de una bolsa, el papel de otra, y liaba los cigarros en un aparato parecido a un estuche. Contó que todo eso se consigue en "La Casa del Fumador" en Lima. Incluso nos contó una anécdota que le pasó con una amiga de Italia:
- Como en Italia los cigarros son caros, la gente suele comprar el tabaco y hacérselos ellos mismos. Entonces estábamos en un restaurante y ella empezó a liar sus cigarros (ya sabe cómo hacerlos sin el aparatito), cuando uno de los mozos se le acercó y le dijo:
- Chicas, aquí no, para eso váyanse al baño.
- Pero señor, es sólo tabaco.
- Sí, sí, yo sé que es tabaco ;) pero váyanse al baño ¿si?

Las fotos de todo el viaje están akí :)


Domingo 10:

En Taricá: toda la mañana se empleó en el aseo matutino y el aseo de la casa, pues debíamos dejarla presentable otra vez. El desayuno se compró en la tienda cercana, y mientras esperábamos que las últimas personas tomaran un baño se recogieron las cosas y nos dió el mediodía.
Ese día, en el estadio de Huaraz (que no es muy grande y se lo reconoce fácilmente desde el mirador) jugaba Alianza Lima vs. Ancash de Huaraz. Todos fueron a ver el partido excepto mi dueña, a la que le fastidia el fútbol y ya extrañaba las largas caminatas así que prefirió ir a recorrer Huaraz por su cuenta y de paso almorzar, ya que la hora apremiaba y aún los demás no habían comprado las entradas, incluso cuando las compraron debieron revenderlas para poder comprar las del lado correcto del estadio. El partido empezaba a las 3 de la tarde.
Las calles de Huaraz recuerdan mucho a las que existen en Lima, en el límite de los distritos del Cercado de Lima y San Martín de Porres. En las calles más alejadas del río (donde en una recta sirven comidas como pachamanca y cuy) apenas se ve gente. Es posible recorrer Huaraz de lado a lado a pie, cuando nos dimos cuenta estábamos en el jirón José Olaya nuevamente, donde, por ser domingo, la habían llenado de puestos de comida. En ese momento hacía mucho sol.
De allí bajamos hasta la avenida Luzuriaga (preguntando el camino ya que nos perdimos un par de veces) pasando por el Mercado Central (el cual recuerda a los mercados de Magdalena en Lima) y llegando hasta la feria de artesanías del día anterior. Como a Yelinna le encanta mirar artesanías no le molestó entrar otra vez.
Y fué entonces que empezó a llover. Pero a llover de verdad, mucho más fuerte que cuando estuvimos en Mazamari, más fuerte que en Huayllay. El agua caía como una ducha y pronto las pistas (que tienen una notoria pendiente) se convirtieron en ríos, y en todo momento recordábamos Huayllay por la cantidad de agua por todas partes, pero aquí no hay yaretas o ichu para saltar, sólo asfalto, y muy mojado.
De una manera misteriosa, las calles quedaron vacías. Yelinna pudo hacer como todos, refugiarse bajo una cornisa y esperar a que pase la lluvia, pero ya se hacía tarde, debía volver al albergue, así que no quedaba más que caminar bajo la lluvia, sorteando los ríos en los que se habían convertido las pistas e ignorando la lluvia que caía. Por un momento Yelinna pensó que tendría que permanecer durante horas bajo el plástico que protegía el puesto donde una señora cocinaba patitas de pollo. Le preguntó por dónde podía tomar las combis que pasaban por el colegio Fé y Alegría. La señora contestó que estaba apenas a una dos o tres cuadras. Luego se apareció otro señor, también de Lima, que preguntó por el paradero de los buses que van a Lima. Él sí tenía problemas, ése estaba mucho más lejos. Felizmente la casaca de Yelinna era impermeable y llevaba las botas de trekking, las que, aunque no lo parezca, protegen muy bien contra la lluvia. Después de caminar una cuadra, teniendo sólo seco el polo que llevaba bajo la casaca, al parecer un chico se apiadó de ella y le mostró dónde tomar las combis hacia el colegio. Contó que se llamaba Leonardo y que tenía un albergue en la misma ciudad y que hacía visitas guiadas, además que las combis que debía tomar era la 20. Ésta llegó justo a la hora en que el partido debía estar terminando, apenas mi dueña tuvo tiempo de agradecer y despedirse de Leonardo.
Desde la combi, pudimos ver a la gente que salía del estadio, envuelta en plásticos o con paraguas. Llevamos al albergue justo después que los demás, y notamos que la más mojada de todos era Yelinna. La señora Rosalva había comprado plásticos para que se protegieran, pero todos ellos tenían los pies empapados (sus zapatillas eran las que usaban en Lima), incluso Cachorro empezó a sentirse mal a causa del frío. Yelinna, como tenía la misma ropa con la que suele salir de trekking, le bastó cambiarse el pantalón y las medias (pues se habían humedecido un poco en la punta) para resolver el problema.
La señora del albergue nos ofreció café, pan y mantequilla, más que nada para los que habían ido al estadio, pues no habían almorzado. Luego se fueron a buscar algo más qué comer mientras Yelinna se quedaba descansando dentro de la habitación. La gente regresó a eso de las ocho de la noche, y el bus salía de vuelta a Lima a las diez.
Nos despedimos de la señora del albergue con un fuerte abrazo. Se hacía tarde y hemos estado en la terminal de ZBus justo a tiempo.
El bus salió a las 10:00 pm (la puntualidad es algo que sigue sorprendiéndonos).

Como es época de lluvias, el cielo de Huaraz se mantiene tan nublado como el de Lima, pero entre las 10:40 y las 11:30 pm pasamos por una zona que estaba tan despejada que permitía ver todas las estrellas, incluyendo la nebulosa en la constelación de Orión (que de paso es la única constelación que mi dueña sabe ubicar). Como le Yelinna decía a Rony al día siguiente: "Se han perdido de un cielo!!". Las Pléyades debían estar por algún sitio, y se sabe que mirándolas, los campesinos saben si se retrasará la temporada de lluvias ya que indican qué tan despejado está el cielo.
Y ahora, unos datos acerca del cielo nocturno, aportados por mi dueña:
"El ecuador celeste cruza paralelo al cinturón de Orión, y esta constelación es visible desde todas las regiones habitadas de la Tierra. Desde Lima o Huaraz la Cruz del Sur deberá aparecer justo por encima del horizonte (si éste es llano). Y en cielos excepcionalmente despejados, es posible ver la Vía Láctea (Camino de la Leche, o en inglés "Milky Way") que es una franja un poco más clara que el cielo y que está formada por las estrellas en uno de los brazos de nuestra galaxia".

El bus iba bastante rápido. De regreso pasamos por:
2:00 am: Barranca
2:20 am: Supe
2:45 am: Huaura
3:00 am: Peaje Paraíso - Huacho
4:30 am: Distrito Los Olivos en Lima
5:00 am: paradero del bus.

Y ahora quiero dejar un link en honor a Cachorro:
http://www.calicoelectronico.com/

domingo, noviembre 12, 2006

Algunas cosas interesantes que tenía la abuela


En un estante de uno de los baños, el cual usaba la abuela antes de mudarse a Chaclacayo, quedaron unas misteriosas cajitas de aspecto antiguo:


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Ya la mamá de mi dueña nos había hablado de estas cajitas, lo que contienen son jeringas antiguas:


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Lo especial de estas jeringas es que están hechas de vidrio, no de plástico. Fabricadas en Alemania, este tipo de jeringas se usaron hasta la década de 1960 y, tanto en hospitales como en clínicas, una vez usadas se hervían en agua o se esterilizaban mediante un autoclave, tipo de cámara de vapor que se sigue usando actualmente para esterilizar instrumental médico o de laboratorio (el "hornito" donde el dentista esteriliza sus instrumentos es un autoclave).
Después de esterilizadas, se volvían a usar.
La pequeña se usaba para inyectar insulina (eso dice la caja).

Pero no sólo las jeringas eran reutilizables ¡También lo eran las agujas!


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Algo completamente impensable hoy, las agujas se esterilizaban también después de ser usadas... y se usaban otra vez, y otra vez, y otra vez... cuenta la mamá de mi dueña que, con el uso, iban perdiendo el filo de la punta, y colocarse una inyección con una aguja usada era muy doloroso.

Eran otros tiempos. Ahora cosas como éstas son dignas de un museo.

Un consejo: después de usar una aguja, antes de desecharla es mejor romperla, por razones obvias.

sábado, octubre 28, 2006

Más fotos :)

Marko nos ha dejado su álbum de fotos de Marcapomacocha :D
http://www.worldisround.com/articles/315837/index.html

domingo, octubre 15, 2006

Marcapomacocha - 7 y 8 de Octubre

Marcapomacocha es un pueblo situado en el límite del dpto de Junín con el dpto de Lima, a más de 4000 msnm. Esta salida la hicimos con la gente de Aire Puro :)

Mi dueña y yo estuvimos en el paradero de San Mateo en Chosica a eso de las 7:30 de la noche, nos retrasamos por tomar café con la abuela y la tía Maggi en Chaclacayo :)

8:15 pm: salida a San Mateo. Hubo que esperar a que saliera otro micro ya que Yelinna no quería viajar de pie.

10:15 pm: llegada a San Mateo.

Pasamos la noche del sábado 7 en el hostal Patrón a donde ya la gente había llegado a eso de las nueve. Había baile en la plaza y los borrachitos se reunían en las esquinas, haciendo ruido y molestando a muchos de los que intentábamos dormir.

Domingo 8:
Nos despertamos a eso de las seis de la mañana para ir a tomar desayuno junto al puente. Estuvo lloviendo durante la madrugada, y amenazaba con seguir lloviendo durante el resto del día, así que Nancy (la guía del grupo) recorrió varias tiendas buscando plástico para que tuviéramos impermeables.
La idea era viajar en una combi que nos llevaría hasta Marcapomacocha, ya en el departamento de Junín (justo en el límite con Lima), pero una llanta se reventó así que se alquilaron 3 taxis (todos blancos y casi idénticos) que ya nos estaban esperando a la salida del hostal.

7:25 am: salida de San Mateo.
Tomamos el camino que va a Chicla a donde llegamos a eso de las ocho.

9:00 am: Nevado Rajuntay. El que se pueda ver un nevado indica que ya estábamos a unos 4500 msnm. Había mucha neblina, la que cubría parcialmente al nevado. En ese momento empezó a caer escarcha, algunos decían que era nieve, mirándola de cerca se trató de diminutas partículas de hielo, demasiado pequeñas y ligeras para ser granizo. Yelinna repetìa las palabras de Garfield: "Eso no es caspa que cae".

Casi no tuvimos que caminar ya que todo el trayecto prácticamente lo hicimos en taxi, salvo la bajada hasta la cascada de Carispaccha la cual es muy empinada. Desde lejos pareciera que el agua saliera desde dentro de la roca, hay que acercarse hasta el nacimiento de la cascada para ver el pequeño río que la origina. El agua es muy fría, y el suelo es resbaloso, si hubiera hecho calor hubiera sido hermoso meterse a nadar.


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Sí, acá junto a la cascada :)
No permanecimos mucho rato en Carispaccha. Retornamos a los taxis y tomamos rumbo a Marcapomacocha a donde llegamos a eso del mediodía.
Hay fotos del viaje aki :D

Marcapomacocha es un pueblo junto a una gran laguna del mismo nombre, a los pies de un nevado. En esta laguna se suele pescar trucha, y también dicen que suelen haber botes para alquilar e ir al interior de la laguna, pero no vimos ninguno. El pueblo parecía desierto, así que la gente se dedicó a caminar por la orilla de la laguna, descansar un rato y también comer.
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Aprovechamos para almorzar, aunque los choferes de los taxis fueron a comer trucha, el resto de nosotros no quisimos gastar y preferimos atacar lo que habíamos traído, era mejor a esperar hasta el regreso a San Mateo. Nancy llevó pan, queso y jamonada, y se puso a repartirlos entre todos.
Junto a la laguna habían puesto algunos juegos: resbaladillas, columpios, y demás juegos. Creo que tiene algo de especial eso de columpiarse junto a una tranquila laguna, al pie de un nevado, a 4400 msnm. Como me decía Yelinna: "hacía años que no me columpiaba".

Durante el viaje de retorno hizo un poco de sol, lo que nos permitió tener una mejor vista del nevado Rajuntay, con la nieve prácticamente brillando bajo el sol (sí, se hizo la parada de rigor para tomar fotos).
Jean no parecía muy entusiasmado con el nevado, sus palabras exactas fueron:
"ya le he tomado bstantes fotos del cerro ése".
¿¿¿"Cerro ése"??? Un poco gracioso, también un poco sarcástico, llamar a un nevado "el cerro ése".
El camino de regreso se hizo algo pesado, ya que según Nancy, ya no estábamos con la espectativa de qué íbamos a encontrar. Pero hizo sol el resto de la tarde, y dentro de los taxis no se sentía frío.

Estuvimos de regreso en San Mateo a eso de las 4:00pm y en Chosica a las 7:00 pm aproximadamente, después de darle a Nancy los plásticos que compró, se quedarán en "La Cueva" de Aire Puro hasta que se necesiten.

En Chosica había baile y una pequeña feria. Del baile no se podía ver nada debido a la muralla de gente alrededor, pero caminando por el parque se podían ver a los bailarines caminando, aún con sus trajes. Había mucha gente lo cual era un tanto agotador después de un largo viaje. Unos minutos después, luego de darle una vuelta al parque de Chosica, errumbamos hacia Chaclacayo, donde pasamos la noche.
Los del grupo Wayra estuvieron por allá en otra fecha, y acá hay más fotos.

viernes, setiembre 15, 2006

Nevería 9 - 10 de septiembre

Sábado 9 de Septiembre:

Esta vez con el Grupo Wayra. El punto de encuentro fué la puerta del Museo de Arte a las cinco de la tarde, y partíamos media hora después. Pasamos por:
7:00 pm - Chaclacayo
7:20pm - Chosica (paradero de San Mateo)
Tuvimos que esperar hasta casi las ocho para que partiera el bus que iba a San Mateo.
9:45pm: San Mateo.

Nos hospedamos en el Hostal Patrón, el mismo que frecuenta la gente de Aire Puro. Después de escoger los cuartos (mi dueña y yo tuvimos uno pequeño sólo para nosotros :D) todos salieron en busca de algo para comer. Junto al río había algunos puestos de comida donde la gente pidió pollo con arroz, cachanguitas y café caliente. San Mateo está a unos 3300 msnm, a la misma altura que el Cusco.

Akí y hay fotos!

Eran las once de la noche cuando todos regresamos al hostal. A pesar de que teníamos cuarto propio, las paredes y el suelo son tan delgados que se podían sentir las voces y los pasos de los demás en los otros cuartos. Debía ser medianoche cuando recién se hizo silencio.

Domingo 10 de Septiembre:

La gente se despertó alrededos de las 4:30 de la madrugada pues estaba planeado partir a Chicla a las cinco. a Yelinna la despertaron los pasos en el cuarto de al lado los que confundió con un temblor (¡así de delgado es el suelo!).
Después de desayunar y comprar comida para el camino, partimos de San Mateo a las 5:30am después de despedirnos de un borrachito que hablaba más o menos así:
- VEeeraáusted, quie uo conossco asuppadgree, él ha sido cura e inginiero akien SanMatteo, io lo he vishto lasemanapa sadda, despuésh deanios ki novenia alpuevlo...

¿Alguien entendió?
Nosotros tampoco.

5:50am: llegada a Chicla. Altura: 3800 msnm, más alto que Huaraz, que está a 3600 msnm. Diez minutos después empezábamos el ascenso a Nevería.

A diferencia de Huayllay, el trayecto aquí es muy empinado. Desde temprano hizo mucho sol y es posible ver cómo cambia el paisaje a medida que se sube. Alrededor de los 3000 msnm se pueden ver árboles y arbustos, pero por encima de los 4000 msnm sólo se ve Ichu y cactus. Abdel y Erick iban delante, muy rápido, mientras Erica subía con un poco de más calma. Un grupito de Wayra vino aquí para entrenar para su salida al Misti en unas semanas.



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oh dusty dusty road!!

7:20am: nos anunciaron que estábamos a 4100 msnm.

Nuestro objetivo era el abra Pisha, el cual es el acceso más bajo a la laguna Nevería. Está a 4500 msnm y llegamos allí a eso de las 9:10 am. Corría un viento muy fuerte y frío y sólo nos quedamos allí lo suficiente para esperar a los que iban atrás pues la gente se estaba helando, al igual que la cámara de Yelinna, que por momentos se negaba a funcionar :(

Felizmente el resto del recorrido era casi llano, siguiendo la quebrada. Desde el abra no es posible ver la laguna, aún estaba mucho más allá.

10:30 am: llegada a la laguna Nevería, al pie del nevado del mismo nombre, en el que se veía un poco de nieve, y en la laguna: algunos patillos. Personalmente a mí me gustó más que Rapagna, que es un poco más pequeña, aunque nos han contado que si se va allá alrededor del mes de Abril es posible ver cómo el hielo llega hasta el agua. Habremos de comprobarlo en algún momento.

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Sí, aquí estoy contemplando la laguna :D

Esta vez sí hay muchas fotos: akí y akí. Y Erick me tomó una a .

La gente se dedicó a descansar, comer y tomar fotos durante un par de horas (especialmente tomarle fotos a la bandera del grupo Wayra y a las tres chicas del grupo: Angélica, Yelinna y Erica modelando sendos chullos). Hubo un momento memorable cuando se pusieron a preguntar qué era lo que le había hecho a cada uno salir a la montaña a caminar. Yelinna respondió que fué lo increíblemente hermosa que le pareció la orilla del río Tambo, al atardecer y bajo las estrellas.

Para regresar fuimos de frente s San Mateo, ya no pasaríamos por Chicla. No hay camino, hay que bajar siguiendo la quebrada. Abdel, Erica, Angel, David... bueno, la mitad se adelantaron mucho como si no quisieran esperar a nadie, bajaban muy rápido mientras mi dueña tenía que hacer magia para no caerse con las rocas, pues había piedras y rocas sueltas por todo el sendero (que no había en realidad, como ya dije). Por ahí dijeron que habían vizcachas, pero nosotros dos (mi dueña y yo) no vimos ninguna.

Casi había que adivinar por dónde seguir avanzando, mi dueña se ayudaba con un palo que recogió de la laguna y el cual rompió en un arranque de rabia de un rodillazo.

El paisaje es hermoso, pero tomábamos tanto cuidado por no caer, por ver sobre qué rocas se podía saltar, que no había muchas oportunidades para admirarlo. Después de mucho saltar por las rocas a eso de las 4:10pm ya habíamos salido de la quebrada. La carretera estaba a unos pocos pasos más allá, la cual hay que seguir para llegar a San mateo. Los micros y camiones pasan muy cerca a mucha velocidad, en cambio en la carretera que pasa por Huayllay es mucho menos transitada, pasa un carro cada tantos minutos como promedio.

4:45pm Llegada al paradero de San Mateo. El micro demoró un tanto en salir pues esperaba a llenarse.

6:50pm Chosica. Aquí la gente aprovechó para cenar. Yelinna y yo preferimos partir hacia Chaclacayo, donde la abuela, después de darle una vuelta al parque, sólo para curiosear. En Chosica los fines de semana siempre arman una feria allí.

7:30pm Chaclacayo :D

10:00 pm Mirando South Park en la tele (je je). En este momento, Yelinna le daba vueltas a la pregunta ésa, ¿qué es lo que te hace salir de caminata a la montaña?

He aquí la respuesta:

"La orilla del tambo es bellísima, pero ese no es el motivo. En realidad sucede que los Apus te llaman, es una cosa así de rara."

domingo, setiembre 03, 2006

Más fotos de Huayllay!

Erick nos pasó más fotos de Huayllay, él estuvo por allá antes que nosotros :)
Los links están akí y akí

domingo, agosto 27, 2006

Introducing: GIJoe

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¡Los muñequitos de GIJoe! parece que todos han tenido al menos un GIJoe durante su vida, todos... excepto Yelinna.
Ella nunca tuvo un GIJoe hasta la semana pasada, cuando Kikín (un amigo de la facultad) le regaló a los dos que están posando en la foto. El de la derecha es Tunnel Rat, el de la izquierda es Freefall, y ambos estaban en pedacitos, bueno, son tan articulados que tienen que estar hechos de muchos pedazos y también por eso son muy fáciles de volver a armar. Sólo bastó un destornillador, un poco de alambre para sujetar el ganchito que va por dentro y sujeta las piernas, un par de pinzas y mucho amor :D :D

Kikín luego confesó que tiene otros, más antiguos, pero que esos ya son de colección.

Los GIJoe datan de la década de los setentas y en los ochentas tuvieron su propia serie de dibujos animados. Además de éstos pequeños existen otros, de 30 cm de altura, los cuales mi dueña sólo conoce por Internet ya que nunca los ha visto vendidos en Lima. El año pasado era posible encontrar pequeños GIJoes como éstos (pues aún se siguen fabricando) en algunas tiendas, lo malo era su precio: un muñequito con una moto costaba de $15 a $18, no era un precio excesivo considerando que eran GIJoes, pero tampoco era, digamos, un regalo.

Quienes quieran deleitar sus ojos con los hermanos mayores de GIJoe y leerse algunas fotohistorias, hechas con un verdadero acabado profesional, pueden ir a:

http://members.verizon.net/~vze34fnk/pages/gijoe/gijoe.htm

Mientras tanto, estos dos amigos recibieron la bienvenida que se les da aquí a todos los recién llegados:

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;)

miércoles, agosto 02, 2006

Tingo Maria (selva alta) - 28-29 y 30 de Julio


Con la gente de Aire Puro :) Nos encontramos con viejos amigos del viaje a Masamari: Luis, Roxana, Adin, Paul y Anace.

La hora de partida del Bus debía ser a las 6:45pm del 27 de Julio, pero salimos recién a las 8:00pm. Los lugares por los que pasamos fueron:

9:00 pm: distrito de Sta Anita y parada para cambiar la llanta.
10:10 pm: Chaclacayo
10:20 pm: Chosica
11:00 pm: peaje de Corcona y demora por culpa de la balanza de pesaje de camiones y buses.
Medianoche: Matucana
12.45 pm: San Mateo de Huanchor
1:20 am: Tablacancha
3:00 am: La Oroya
3:30 am: Peaje de Casaracra
6:00 am: Yanacocha
6:40 am: Presa Cajamarquilla
7:00 am: Huariaca
8:00 am: parada para revisar las llantas
9:00 am: Universidad de Huánuco
Mediodía: Llegada a Tingo María.

Es decir: por culpa de las llantas del bus, el viaje que debió durar 12 horas duró un total de ¡16!!
(si mis llantitas estuvieran en tan mal estado no osaría cruzar los Andes con ellas, en fin...)

De este lado de la cordillera predomina el verde, el cual cubre cerros y montañas por igual, enmarcados por un cielo azul y nubes blanquísimas. Es muy distinto a la sierra, donde predominan el ichu y los cactus y, a la costa con sus desiertos.

Tingo Maria (en la selva alta) es una ciudad pequeña, rodeada de verde, al pie de los cerros conocidos como la Bella Durmiente. Muchas de sus calles no son asfaltadas y por cada auto hay cinco mototaxis y motos. Incluso es posible alquilar una moto presentando solamente el DNI. Por todas partes hay mercados informales que recuerdan un poco el aspecto de las calles de las ciudades hindúes que aparecen en la televisión.
Aquí la gasolina es más barata que en Lima pues no paga impuestos (una buena noticia para mí). También en la calle se pueden encontrar vendedoras de hojas de coca para chacctar.
Ya en Tingo Maria el calor se hace bastante opresivo, el grupo deambuló por la ciudad buscando dónde almorzar. Un dato: en el chifa, el pollo con piña y arroz chaufa lo sirven sin salsa de tamarindo, a diferencia de Lima.

Otro dato dado por Adín: el pollo suele ser más caro en el interior del país que en Lima, lo contrario ocurre con la carne de res.

A eso de las dos de la tarde partimos a hacer el recorrido de las 8 cascadas (por ahí dicen que en realidad son 12 e incluso 14). Este recorrido le hizo recordar a mi dueña Songos y sus cascadas, sólo que aquí hace más calor, es más lodoso y el camino es un tanto más vertical. Una de las cascadas (posiblemente la cuarta o la quinta) tiene una caída de 10 metros y para pasarla se debe subir con soga, escalando la pared vertical. Se ve más difícil de lo que realmente es, las piedras por las que cae el agua son ásperas, a diferencia de las otras que son resbalosas. A pesar de esto siempre se tiene la sensación de "si te sueltas te mueres".

La última cascada asemeja a una pequeña piscina, en su parte más honda supera los dos metros de profundidad, por lo que quién no sabe nadar es mejor que no vaya muy al fondo. La cascada no cae con fuerza y Yelinna se sentó justo debajo diciendo:
- Soy una con la cascada...
Sí, esto es sacado de un dibujo animado ;)
El regreso fué más difícil que la subida. El camino estaba cubierto de barro resbaloso. No debería quejarme pues me pasé todo el tiempo dentro de la mochila de Yelinna mientras el barro le destrozó un par de zapatillas. Fabio amablemente la ayudó a descender auqnue los últimos diez minuto de camino ambos los hicieron descalzos (a pesar de las piedras) pues las sanbdalias de Fabio se llenaron de barro y las zapatillas de Yelinna ya habían perecido. La meta era una casita donde vendían comida, junto a un riachuelo donse la gente pudo lavarse.

De allí tomamos una combi hasta cerca dela Cueva de las Pavas, la cual no es una cueva, si no un refugio formado por plantas en el que las pavas aliblancas solían esconderse; ahora debido a la depredación ya no hay pavas. Se armó el campamento allí. Mientras el resto de la gente iba a cenar y a conversar junto a la fogata, Yelinna y yo nos fuimos a la carpa, ella para cambiarse la ropa mojada y luego a dormir. Puede más el cansancio y el sueño que el hambre.



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Esta foto fué tomada cerca al campamento, a eso de las seis de la mañana


Sábado 29 de Julio:

Después de desayunar, fuimos hacia la cascada Gloriapata, pasando el puente sobre el río Huallaga, en la parte en que tiene poco caudal (es allí donde nos dejó la combi). Esta vez el camino es mucho más fácil, se va pasando el mirador y a eso de las diez de la mañana ya estábamos allí.

Esta cascada es un poco más grande, el agua cae con más fuerza y es un tanto más profunda.
Las fotos del viaje están aquí.
Regresamos al mediodía a la entrada hacia las Cueva de las Pavas. En Tingo María los juanes se venden a un sol y son una especie de tamales hechos de arroz y envueltos en hojas de bijao. Los juanes en Lima los envuelven en hojas de plátano, pues las de bijao no llegan frescas a la capital.
A la una y media salimos rumbo a la cueva de las lechuzas, llamada así porque al principio la gente creyó que allí habitaban lechuzas cuando en realidad son guachacos, los cuales emigran a mitad de año y anidan en Noviembre, que es cuando se intenta limitar el acceso a los turistas.
Quien explicaba todo esto era una estudiante de biología de la UNAS quién añadío que dentro de la cueva, además de murciélagos los que se pueden ver volando a cada instante, existen ratas, un depresadro natural de la selva.
Acerca de los murciélagos mencionó que al anochecer salen a bañarse a las aguas sulfurosas que quedan cerca para luego ir a alimentarse de insectos. Regresan al alba.
Se podría esperar al anochecer para verlos salir de la cueva pero no es seguro permanecer fuera de la ciudad cuando oscurece. Tingo María está muy cerca de la meseta del Monzón, que es zona cocalera y un tanto peligrosa. Durante el día no hay problema, pero es mejor estar de regreso a eso de las cinco de la tarde.
Salíamos de la Cueva de las Lechuzas cuando se ofreció la oportunidad de conocer otras dos cuevas más, cuyo acceso es mucho más difícil pues hay que internarse en la espesura. No todos fueron, a este otro trekking se apuntaron menos de la mitad de los viajeros. La primera cueva está a una media hora trepando el cerro, por un camino en el que hizo falta un buen machete y por donde transitaban cordones de hormigas de un centímetro de longitud cada una. Era un poco fastidioso oír a las otras chicas chillar al verlas, pues en realidad no hacen daño. Raúl dijo después que lo único que se debe procurar es no pisarlas.
No pudimos llegar a la segunda cueva pues era necesario escalar un muro de piedra de un par de metros de alto y muchos prefirieron no arriesgarse.
La otra cueva está a unos veinte minutos más ascendiendo entre la selva. Pero vale la pena el esfuerzo. La entrada a esta cueva es un hoyo entre unas rocas y algo estrecha y resbalosa, pero ya dentro se abre una enorme cámara de piedra en cuyo interior existe una pequeña colina de tierra suelta, y al fondo, en el techo, se abre una abertura que permite ingresar a los rayos del sol... es algo digno del mejor documental del NatGeo

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Aquí estoy dentro de la cueva, no salen bien las fotos porque estaba muy oscuro.

Salir de la cueva es más fácil que entrar, sólo hay que trepar unos pocos metros de roca. Mi dueña, casi sin querer, siguió al señor Raúl (sale en esta foto con una gorra blanca) de bajada, sin saber que él suele seguir su propio camino, descubriendo rutas alternativas. Es decir: estaban en medio de un verdadero camino de selva, sólo se veían plantas por todos lados y si había alguien más adelante o más atrás era imposible saberlo a menos que se llamaran unos a otros, Yelinna carece de sentido de la orientación así que sólo quedaba seguir adelante, siempre detrás y muy cerca de Raúl. Prácticamente la única ayuda que mi dueña recibió fué que al avanzar, Raúl iba apartando un poco las lianas, eso fué todo a pesar que el trayecto exigía trepar, descolgarse, etc. Él es un experto explorador. Comentó que ha escrito un libro titulado "Rutas terrestres del Perú".

Sí, Yelinna pasó la prueba con creces :)

Ahora, una foto del regreso de la Cueva de las Lechuzas:

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A las 5.30 pm ya estábamos en Tingo María y después de una larga deliberación (pues todos los hospedajes y hoteles estaban llenos) fuimos al centro recreacional Palmeritas donde la gente pudo lavarse y comer (o alrevéz dependiendo de la preferencia de cada uno).

A eso de las diez de la noche empezó el baile de los Putumayos acompañado de una musiquilla muy alegre aunque un tanto repetitiva. Los bailarines son estudiantes de la UNAS en donde existe un taller de danzas. Tiene algo de especial ver un baile en su mismo lugar de origen, ya de noche. Memorable es el baile del Sacolargo, donde las mujeres agarran a patadas a los hombres, les roban la cerveza, se quitan los calzones y los obligan a lavarlos, etc. Después de este baile se encendió la fogata y los bailarines trajerone n andas a una de las chicas, para luego seguir bailando alrededor. No recuerdo quién comentaba que la música de la selva es mucho más alegre que la de la sierra, la cual tiende a ser melancólica.

Uno de los primeros occidentales que llegó a estas selvas fué un misionero llamado padre Blas, quien vió que más allá en la selva, habitaba otra tribu que solía robar y causar destrozos a los Putumayos. Siguiendo sus huellas encontró el paso que ahora lleva su nombre.

¡Se perdieron el baile la gente que se fué a la discoteca!

De paso, Yelinna le agradece el vaso de jugo de carambola que le invitó Raúl.

Domingo 30 de Julio:

Salimos temprano de Palmeritas. Susan tiene familia en Tingo Maria por lo que pudimos dejar las mochilas más grandes en su casa. Tomamos rumbo a la cascada Santa Carmen.

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Sí, akí rumbo a la cascada Santa Carmen.

Apesar de existir un camino, llegar a la cascada es un tanto fastidioso por lo resbaloso que es el barro (había estado lloviznando la noche anterior). De todas las cascadas que visitamos ésta es la mejor: es más grande, más honda y más bonita. El agua no cae con tanta fuerza como en la cascada Gloriapata, incluso (según me contó mi dueña) es como un buen masaje.

A la entrada del camino que lleva a la cascada de Santa Carmen venden comida: Juanes, patitas de pollo (Carlos se aficionó a ellas), plátano a la parrilla, gaseosas, etc. En Lima la gente no es muy aficionada a las patitas de pollo (a excepción de Carlos quien se destacó por su polo de Star Wars), pero la señora que las vendía nos aseguró que allí suelen pedirlas mucho.

En Tingo María estuvimos a eso de las tres de la tarde, teníamos hasta las cinco para estar en la empresa de trasnporte ya que el bus salía a las seis (sin retraso, le aseguraron a Adin). La gente se dividió en varios grupos, nosotros fuimos al zoológico de la UNAS. Aquí pudimos ver al picuro, animalito que comieron algunos el sábado y que se parece mucho al cuy, sólo que es bastante más esbelto. Dió la impresión que ni el puma ni el tigrillo estaban contentos con la presencia de tantos humanos pues no dejaron de rugir amenazadores. Otro gatito de respeto es el jaguar, bastaba mirarle el tamaño de los colmillos.

Increíblemente el bus salió a las seis y media de la tarde. Y esta vez no hubo retrasos ni paradas por llantas defectuosas. Éstos fueron los lugares por los que pasamos:

9:00 pm: Huánuco, posiblemente un distrito llamado Amarilis

1:30 am: Peaje de Casaracra

1:45 pm: la Oroya

3:00 pm: San Mateo de Huanchor. Pasamos por un pasaje entre el cerro el cual mi dueña lo describió como "un camino parecido a un sendero bajo el mar" en el viaje de regreso de Huancayo en la semana santa del 2005, nunca creímos que estaría tan cerca de Lima, justo al costado de la embotelladora San Mateo.

5:50 am: Santa Anita (Lima)

Antes de las seis y media ya bajábamos del bus, aunque bastante más tiempo tomó hallar un taxi de regreso a casa.

Finalmente, Yelinna quiere agradecer a Marcelo el haberla ayudado a soportar el frío, una hora antes de llegar a La Oroya (posiblemente en ese momento pasábamos Ticlio) y a Raúl por haberla bautizado como Aventurera.

Antes de finalizar: muchos de los viajeros recordarán que mi dueña compró una curiosa artesanía: una canoa de madera de juguete. Hubo a quienes les pareció extraño, incluso hubo alguien que propuso usarla como plato para el gato (aquí nos seguimos riendo) pero la verdad es que ella la quería para hacer esto.

Me despido.

The Traveling Picture Show

domingo, julio 16, 2006

Muchos muchos viejos muñequitos

¿habrá alguien que no los recuerde?

¡Los muñequitos de Playmobil! Conocidos en todo el mundo sólo se vendieron en Perú durante un par de años en la segunda mitad de los años ochentas y (si Yelinna no recuerda mal) muy a principios de los noventas. Éstos amigos de aquí datan de la navidad de 1987 (aunque fueron fabricados mucho antes) y a lo largo de su existencia han conquistado jardines, pasamanos, lavaderos y charcos. Los Playmobiles son prácticamente indestructibles y actualmente es imposible encontrar quién los venda en Perú. Además de las secciones de juguetes de tiendas grandes como Ripley, Saga Fallabella, Metro y Wong, existen galerías harto conocidas por los coleccionistas de juguetes y frikadas como el Centro Comercial Arenales y Polvos Azules. Además existen también pequeños "huecos" para los coleccionistas de juguetes escondidos en la profundidad de las galerías cerca al Mercado Central, Jirón Quilca (entre las librerías de viejo) y en los mercados de Magdalena y Jesús María donde venden desde juguetitos de los Fast Foods hasta juguetes cuyos precios alcanzan las 3 cifras (en soles, claro): El Señor de los Anillos, Star Wars, Gi Joe, Transformers, etc. demás está decir que Yelinna se los ha recorrido TODOS (y no compró nada porque ni plata tiene) ...

... y en ninguno vió un sólo Playmobil.

La última vez que Yelinna vió una tienda vendiendo Playmobiles fué hace más de una década. Ya no se los ve, han desaparecido, ni siquiera en el hueco en Jr. Quilca donde venden antigüedades y donde hay cosas impensables como las viejas muñecas de She-Ra, los viejos Ponys de la Basa, los viejos muñecos de He-Man y antiguos juguetes de hojalata ¡no hay ni un sólo Playmobil!

Pero esto sucede sólo en este país (y posiblemente en algunos otros también). Ya lo dije al principio: los Playmobiles son conocidos en todo el mundo, hasta tienen una web de gente que los adora: http://www.collectobil.com/ y ahora los fabrican de formas y colores mucho más variados que los básicos que posee mi dueña.

Yelinna dice que los Playmobiles son caritas felices con cuerpo. Un artista dijo que la carita feliz es el símbolo de la felicidad más ingenua. Ser feliz simplemente porque sí, sin necesidad de que haya un motivo.

¿es eso posible?

Déjenme intentar:

:)

martes, junio 27, 2006

sábado, junio 17, 2006

Sábado 10 - Domingo 11 de Julio: San José de Parac - Choccna

Esta vez con la gente de Aire Puro

Fué una día un tanto agitado el del sábado 10. Fuí con mi dueña, la mochila de trekking y todas las cosas necesarias a la facultad donde tenía clases hasta las ocho de la noche. Su amiga Nury ya la conoce: si carga esa mochila es porque se va de caminata. Es más fácil partir desde la facultad que desde la misma casa (esto ya lo hemos hecho antes ). Salimos de la facutad a eso de las 7:20 pm con la mala suerte que el micro que nos llevaba hacia Chosica iba desesperantemente lento (en palabras de Yelinna: "Si vamos un poco más despacio, retrocedemos!").

Estuvimos recién en Chosica a las nueve de la noche donde nos encontramos con otros rezagados, incluyendo a uno de los guías: Omar, que había ido de última hora. El micro partió hacia San Mateo a las nueve y media y llegamos allá a las once de la noche. Nos hospedamos en el hostal de siempre: hostal Patrón. Donde nos encontramos con Paul, viejo compañero de aventuras, ya que también estuvo en Chacaya en Navidad, en Mendieta y en Satipo :D (nos cuentan que no durmió nada esa noche por estar pendiente de la hora a la que debía despertarnos).

Domingo 11:

6:00 am: hora de despertar. Después de desayunar en el mismo hostal y de alistarnos salios de San Mateo a las 7:30 am donde hicimos el viaje en auto una hora más hasta llegar a Parac.

Parac es un pequeño pueblito situado a más de 3500 msnm. En el momento en que llegamos no vimos a nadie, excepto a un perrito que salió a saludarnos :D

Por supuesto, las fotos de todo el trekking están akí.


No nos detuvimos mucho en Parac, después de tomar algunas fotos empezamos la caminata hacia Choccna.
Este camino fué parte del Apu Raid, competición de alta montaña que organiza Aire Puro todos los años.

El trayecto es hermoso. Por momentos recuerda un tanto al camino entre Huancaya y Vilca, un poco también a Huayllay pero más en pequeño. Hubo un inconveniente casi insignificante: hay que subir un cerro. La gente le calculó una inclinación de 30 a 45º, bastante para cansar a cualquiera. A las 10:45 am habíamos superado los 4000msnm y aún había mucho qué subir. La meta era un lugar llamado abra, es decir: esa hondonda resultante de la intersección entre dos cerros.




Yelinna descubrió que para ascensos así es mejor subir gateando que caminando. Puedes cansarte igual pero vas más rápido. La parte divertida fué cuando hubo un trecho de roca desnuda en la ladera del cerro y Yelinna quiso averiguar si podía subir por ahí... sí también gateando. No se podía a pie. Por supuesto esto fué infinitamente más fácil que subir por las resbalosas y lisas rocas de Songos, en las que había que colgarse con dedos y uñas para no resbalar.

Alcanzamos el abra a las 11:45 am. Aquí ya no hay pasto y se puede ver Choccna muy abajo. Es un lugar bonito: la tierra es gris por un lado y roja por otro. Se hizo una parada aquí para comer algo y la gente se puso a conversar acerca del Apu Raid y de otras competencias más extremas que se hacen en Chile y en especial en el Tíbet.

Sí, aquí estoy en el abra :)




Los Andes son tan hermosos!

El camino de bajada se hizo un poco más pesado ya que la pendiente es también pronunciada, hay pequeños cactus escondidos entre los arbustos y es fácil resbalarse y caer (más de uno de arañó las manos). Pero encotnramos más cosas interesants en el descenso. De este lado se
encuentran vacas pastando, incluso vimos volando algo en el cielo demasiado lejos para fotografiarlo con la vieja cámara de mi dueña, algunos afirmaban era un cóndor, otros decían que era un águila. Ni yo mismo estaré jamás seguro del todo.


Llegamos a Choccna a eso de las 2:00 pm donde descansamos media hora dentro del jardín del colegio (eso creo que era), mientras ya más de uno veía con codicia a las gallinitas, tan gorditas, que se paseaban entre nosotros (es broma!).

Alguien comentó: "y pensar que trabajas toda tu vida para que cuando eres viejo venir a vivir tus útimos días en un lugar así".
Sí, es hermoso, tranquilo, no como la ciudad, pero como decía Yelinna "no podemos elegir donde nacemos", y es verdad, si hubiéramos podido, muchísima gente estaría en lugares diferentes a los que se encuentran ahora.

Pero quienes piensan que la vida en el campo es pacífica, tranquila, sin tensiones de ninguna clase, se engaña. Como nos explicaba Cristian (nuestro guía en Huayllay) en el campo también las horas se hacen cortas al trabajar, ese rebaño o ese ganado que posees es una inversión a futuro. Él nos contaba sobre los 400 soles que debía gastar al mes para mantener a su rebaño de ovejas sano, pues en la puna existe un parásito en el agua que no les hace dañoa las llamas pero a las ovejas sí. Si una oveja muere todas las demás están casi seguramente condenadas. También nos contaba cómo debía cuidarse de los ladrones de animales y los zorros. Esto es algo que pocos notan: el campesino o el ganadero también debe ser negociante y empresario, a pesar de muchas veces no manejar dinero en absoluto. Hasta para el simple intercambio de productos y especies se necesita sabiduría.

Partimos hacia Rio Blanco a las 2.30pm. Esta es la parte que más recuerda a la provincia de Yauyos (donde están Huancaya y Vilca). Se sigue un camino de herradura que va descendiendo suavemente hasta llegar a la carretera. Es tan placentero que llega a tenerse la sensación de querer recorrer un camino así, de longitud infinita, durante toda la vida, con ese paisaje al costado.
Casi llegando a Rio Blanco vimos algo gracioso: a una señora peleándose con dos carneros que se habían puesto tercos, incluso se le cayó su atado de cosas. Yelinna intentó ayudar pero la señora ya lo tenía todo bajo control. Ambas han lidiado con animales toda su vida (en el caso de mi dueña han sido conejos) y ambas saben lo que sucede cuando esos mismos animalitos se ponen tercos y malcriados. llega un momento en que no respetan ni a sus dueños y araña y muerden a todos por igual.

A las 3:45pm pasamos por el criadero de truchas de Rio Blanco y quince minutos después alcanzábamos la carretera. Los autos que debían llevarnos de regreso a San Mateo ya nos estaban esperando. Yelinna y yo estuvimos en Chaclacayo a eso de las 6:30 pm y pasamos la noche del Domingo al Lunes con la abuela (aquí se pueden añadir corazoncitos).
:D

domingo, mayo 21, 2006

Para ustedes será sólo una mesa con partes de computadoras...


Pero para mí es como conducir por la Ciudad del Futuro



;)

domingo, mayo 14, 2006

Ruta de las Cascadas: Huanano - Palacala (domingo 7 de Mayo)

Salida organizada por el Grupo Wayra.

San Jerónimo de Surco es un pueblito que queda a una hora de Chosica siguiendo la carretera central (km 67) en la provincia de Huarochirí, departamento de Lima. Partimos de la puerta del Museo de Arte a las ocho de la mañana y llegamos al parque Echenique en Chosica a eso de las nueve y cuarto. Tuvimos unos minutos para desayunar y comprar algo de comida para la caminata. A eso de las diez y media ya estábamos en Santiago de Surco.
Allí nos encontramos con un heladero que ya era conocido por la gente de Wayra y nos acompañó todo el camino hacia Palacala (clientela asegurada ¡Qué mas podía querer! en esta época del año hace mucho calor por aquí) .

Primero hicimos la ruta hacia la Cascada Huanano, a una media hora de camianta. El camino para por las ruinas de Huanano, las cuales datan de tiempos pre-incas y pertenecieron a la cultura Warpa, la que floreció en Ayacucho y llegó hasta esta zona.
Las ruinas son varias cuevas pequeñas parecidas a conejeras, pero las que fueron usadas como casas, también hay algunos pequeños corrales de cuyes, difíciles de distinguir de las viviendas. A unos pasos y subiendo una colina, está una pequeña cueva más alta que las otras. Su posición privilegiada indica que allí habitó el jefe de la comunidad.

En la cascada Huanano hay un pequeño mirador que en ese momento era usado como refugio por unos campistas. Llegar hasta aquí es tan fácil que se considera un paseo. El verdadero trekking empieza al subir hacia Palacala, a unas dos o tres horas de caminata subiendo la montaña.
A pesar de que no estábamos muy alto (San Jerónimo de Surco está a poco menos de 2000 msnm y Huanano apenas un poco más arriba) la pendiente es bastante pronunciada, cuando llegamos hasta la casa de un campesino (también viejo conocido de los "wayritas" gracias a una repartición de regalos en la navidad pasada) se hizo un alto de media hora para descansar.
Debido al calor abundan los insectos y encontramos bichos de todo tipo, incluyendo unas moscas grandes, de manchas blancas, zumbonas y de las que se dice chupan la sangre. El camino está bordeado de toda clase de plantas, incluyendo árboles de manzanas y arbustos de ortigas, varios fueron los que sufrieron las consecuencias de tocar sus hojas por accidente.


Qué hermosa vista :)

A la cascada de Palacala llegamos alrededor de las tres de la tarde. A diferencia de Songos, donde el agua es fría pero soportable, el agua de Palacala es tan helada que nadie osó entrar a bañarse... excepto Chicho, lo suficientemente valiente como para soportar el agua helada, según dicen de deshielo a muchos kilómetros de aquí.

El descanso duró un poco más de una hora. Entonces el grupo se dividió entre aquellos que ya deseaban regresar al pueblo (nuestro heladero había partido un poco antes) y los que querían subir hasta las ruinas de Plaza (también conocidas como Chingana), llamadas así porque formaban una plaza en la cima de un cerro. Los guías y la gente ya estaban subiendo cuando mi dueña aún no había terminado de acomodar sus cosas y tuvo que seguirlos corriendo, por ello se quedó atrás, siempre al lado de otro rezagado: Miguel, por temor a perderse. Por este detalle muchos pensaron que ella sería la última que ascendía hacia Plaza, pero luego supimos que Luz venía aún más atrás, quien tomó un camino equivocado y siguió un sendero que moría junto a un abismo.

El camino a Plaza dura apenas media hora pero es agotador por la pendiente que hay que trepar (unos sesenta grados) y especialmente porque los guías eran reacios a detenerse. Casi no hay sendero, éste se pierde entre la vegetación (y las ortigas).

Llegamos a Plaza ya avanzada la tarde para encontrarnos en que casi ya no hay ruinas, han sido quitadas para hacer cercos por lso campesinos y ahora todo eso son chacras de papa. Nos contaban que antes incluso habían chulpas (construcciones de forma cilíndrica) pero ahora no queda gran cosa, incluso lo poco que queda està medio escondido entre las plantas.

En Plaza apenas permanecimos unos minutos pues ya era tarde. Bajamos a Palacala cuidando de que la gente no se cayera (Yelinna es experta en perder el equilibrio, cosa que quedó demostrada al tropezarse y caerse en la chacra de papas). Ya bajando nos encontramos con Luz, quien no está bien de una rodilla y nos contó que se había perdido. Aún es un misterio para mí el cómo los guías (Qilmer y Erica) podían seguir un camino que prácticamente no se ve.

Ya caía la noche cuando tomamos el otro camino que une Palacala con el pueblo, el cual no pasa por Huanano. Yelinna iba con Miguel, pues el grupo se dividió y ella ya no sabía quién iba delante y quién detrás. Por allí nos eocontramos con un poblador ya mayor, quien rápidamente nos adelantó sin antes dejarnos de contar sobre los pumas que habitan en las lejanas cumbres de las montañas y a los cuales es más fácil encontrar en los meses de Dieiemrbe o Enero por esta zona y los zorros que matan a los cabritos. Nos contó de su perro que se lo había comprado en Matucana y que había matado a un zorro permitiéndole a su dueño aprovechar la piel. También contó que cada clase de puma (amarillos, grises o rojos) se alimentan de una sola clase de animales: así el puma que come vacas no ataca a las cabras o a las llamas. También contó que no suelen atacar a la gente a menos que sean hembras con sus crías,y estos encuentros tampoco son frecuentes. Aún así él llegó a toparse con un puma que lo dejó helado de miedo, felizmente el animal decidió retirarse. En realidad esto es algo que hemos notado en todas nuestras salidas: los animales tienden a huir apenas notan la presencia de seres humanos. Lo más cerca que ha estado mi dueña de ver un animal interesante fué cuando escuchó a algo pequeño correr entre las plantas en la selva de Satipo y también una noche a la orilla del Tambo, pero apenas ella quiso acercarse, el animalito había desaparecido.

Debido a la oscuridad el trayecto se hizo infinitamente largo, y ya era totalmente de noche cuando alzanzamos a ver las luces del pueblo desde lo alto, y aún faltaba bastante para descender. Felizmente era luna llena y es preferible la penumra a la oscuridad total. Es bonito el camino iluminado por la luz de la luna después de todo... aunqe Yelinna sí llegó a necesitar de su linterna para no seguir tropezándose.

Eran las siete de la noche cuando llegamos a San jerónimo de Surco. los que no fueron a Plaza nos estuvieron esperando todo ese tiempo y la couster que nos llevaría de regreso estaba a punto de partir... y repleta de gente. Aquí Luz nos contó de su aventura por el camino equivocado.

Las fotos están akí :)

Felizmente no tuvimos que hacer todo el camino de vuelta hasta Lima: pasamos la noche en la casa de Chaclacayo, con la abuela :)

martes, abril 25, 2006

13-16 de Abril (Semana Santa): Hayllay-Pasco

Huayllay es un pequeña ciudad en el distrito del mismo nombre, se ubican en la meseta del Bombóm a más de 4100 msnm en el departamento de Pasco (esta meseta abarca parte del departamento de Junín), a poco más de una hora de la ciudad Cerro de Pasco (la capital del departamento). Este viaje ha sido organizado por la gente del Grupo Wayra.

Las fotos de esta aventura están akí.

6:00 am: Salida del bus del terminal Turismo Huaral en el distrito del Rímac (Lima). Los aventureros fueron: Abdel, Erica, Yelinna, Raul, Luis (Lucho), Claudia, Miguel, Pedro, Beto, Werner, Lesly además de Gladys y Victor representando al grupo Multiaventura.

A diferencia de lo usual, esta vez salimos justo a la hora prevista, ya que cada quince minutos salen los buses hacia Huaral.
8:00 am llegada a la ciudad de Huaral, nos tomamos un tiempo (muy cortito) para desayunar (un desayuno que se asemejaba más a un almuerzo: pescado frito, arroz, ensalada, papas) y tomar el otro carro hacia Huayllay. Abordamos algunas mototaxis que nos llevaron hasta el paradero de los carros que salen a Hayllay (a unas pocas cuadras, pero con las mochilazas nos íbamos a demorar mucho). Tuvimos suerte ya que pudimos encontrar una couster en lugar de una combi, más pequeña e incómoda.
9:00 am salida de la couster hacia Huayllay.
1:00 pm Llegada a Vichaycocha, último poblado antes de salir del dpto de Lima (prov de Huaral).
La gente suele vincular a la provincia de Huaral con las naranjas, pero lo que más vimos fueron manzanas delicia, árboles cargados de ellas.
También había mangos, duraznos y la casa de los pavos reales junto a la carretera.
2:50 pm alcanzamos el punto más alto (4780 msnm) ya en el dpto de Pasco.
3:10 pm caserío Santo Rosario junto a la laguna Paricocha en donde se pesca trucha.,Antes tenía una emisora de radio pero por malos manejos ésta fué quitada. En otro tiempo fué un poblado importante.


Aproximadamente las 4:00 pm: llegada a la ciudad de Hayllay, que es tan pequeña que no amerita
el nombre de "ciudad". Pasco es un departamento minero, tanto así que existe un río que trae relaves de la mina llamado, debido a su color de río contaminado, Colorado (curiosamente hay por Huaral un sitio llamado La Florida y cerca a Chaclacayo otro llamado California). El distrito de Huayllay es zona ganadera ya que, a pesar de abundar el agua, el suelo no permite cultivar nada en él, y sólo crecen pastos como el Ichu y las Estrellitas (plantitas que crecen en grupos compactos y duros). Por todas partes se pueden ver manadas de ovejas, llamas y vacas.

Se necesitan veinte minutos para ir de la "ciudad" (mejor llamarla pueblito) de Huayllay hasta el Bosque de Piedras.
Acampamos cerca al Bosque de Piedras y ya no hubo tiempo de hacer ningún recorrido debido a que cuando terminamos de armar el campamento ya era de noche. Estábamos a unos 4200 msnm y hacía un frío tremendo. Esa parte de Huayllay pertenece a una familia que tiene su cabaña a unos cien metros de donde acampamos, los que sentían que no podían soportar el frío podían fácilmente alquilar una cama allá.


Pregunta: ¿que hace una carpa de playa a estas alturas de los Andes?
Ni yo mismo lo sé, pero hubieron dos de éstas. Una: la de Lucho, sirvió de despensa, mientras que la otra, de Gladys y Victor, la tuvieron que cubrir con plásticos para intentar que no se helara demasiado. Pareciera que estoy haciendo demasiada burla con las carpas de playa pero es que en el fondo no deja de ser un poco cómico ;-)
Aparte: Raúl, con su filmadora, parecía todo un reportero de la National Geografic :)


Abdel nos halló un guía: Cristian, hijo de los dueños de la cabaña y esas tierras. Conversamos bastante rato en la cabaña, un lugarcito acogedor, caliente y cómodo, poniéndonos de acuerdo sobre las rutas a tomar y el precio por la guía y el permiso para acampar. Después del respectivo matecito de coca regresamos al campamento para cenar (la sopa de fideos con huevo y caldo de gallina no cae nada mal en medio del frío).



Viernes Santo:


Nos levantamos a las seis de la mañana, y no digo "despertamos" ya que nadie pudo dormir de corrido toda la noche. Hubo quienes se despertaron a las dos de la madrugada, otros a las cuatro (y encima empezaron a hacer bulla). Felizmente el sol salió temprano y permitió que nos quitáramos el frío de encima.


Habíamos quedado con Cristian a las siete pero en realidad salimos a las siete y media. Tomamos camino hacia el Círculo Místico, en el Bosque de Piedras, obra de un grupo de Norteamericanos que llegaron al Perú buscando zonas de "Poder Cósmico" alrededor del mundo y hallaron una justo aquí. Es un círculo sencillo hecho de piedras traídas de otros lugares en 1998 cuando todavía se permitía la entrada a vehículos a esta parte del Bosque (yo pude escabullirme).




Antes de detenernos en el círculo fuimos junto a unas rocas, de las que todavía caía agua de lluvia desde las plantas de su cima, a hacer el pago a la Pachamama y una breve oración dada por Pedro (alias El Sacerdote). El pago puede consistir en unos pocos alimentos, hojas de coca, y si se quiere, fumar un cigarro. Mi dueña siempre ha afirmado que los cigarros le desagradan, pero por alguna extraña razón cuando probó ese cigarro le supo delicioso.

El pago a la tierra se realiza para evitar la muerte del ganado, los accidentes y las calamidades.

Luego cada uno se colocó bajo las gotas de lluvia que caían de las plantas sobre las rocas, varios metros arriba, para relajar un poco la cabeza. Nos detuvimos un rato en el Círculo para meditar.


El recorrido ese día debía hacerse por "La Ruta 1", pero sólo hicimos una pequeña parte a pesar de que pasamos por La Cobra, El Beso, Las Monjas, la Cueva de Cuchipinta (donde existen antiguas pinturas rupestres de origen desconocido), el Indio, el Hongo, la Tortuga y el Caracol. Desde el Hongo, y gracias a que las nubes se despejaron un poco, se pudo ver a la distancia el nevado Huaguruncho (5740 msnm), el cual, según Cristian, tiene nieves perpetuas. Fue acá (cerca al Hongo) donde Abdel hizo su primera demostración de escalada en roca sin cuerda de vida.

Estábamos tomando un breve descanso y observando las rocas cuando Cristian nos contó la leyenda de cómo habían surgido todas ellas: Hace mucho tiempo hubo dos pueblos que vivín en paz hasta que apareció un d´a una Raywana (mujer demonio) que enamoró a los jefes de ambos pueblos. Por disputarse el amor de Raywana ambos jefes lanzaron a su gente a la guerra. Como castigo los Apus (dioses de las montañas) los convirtieron en piedras cuyas manchas rojas son las ágrimas que derraman debido al castigo. Uno de los jefes pasó a llamarse Condorchichi y el otro Pumacancha.

El origen real de estas rocas es volcánico. Exactamente son del tipo Ígneo Estratificado (dato dado por Cristian).


Al regresar Víctor cayó derrotado por el soroche y se quedó a cuidar el campamento mientras el resto iba aun segundo recorrido más breve (Victor no fue el único con soroche, en la mañana dijeron que alguien estuvo con náuseas) para luego ir todos junto a la carretera para tomar un carro que nos llevara a los Baños Termales de La Calera (Victor dijo que nos esperaría junto a la carretera y allí lo encontramos). Yendo hacia la carretera nos dimos con la sorpresa que esa parte se había llenado de gente que venía de Cerro de Pasco (a una hora y media en auto) para pasar un día en el campo. Mi dueña estaba un poco fastidiada ya que una cosa que busca al salir de trekkin es alejarse de las multitudes. En realidad no tendría nada de malo que toda esta gente viniera a pasar la tarde aquí, jugar con sus hijos y comer algo... si no ensuciaran tanto.
Allí también supimos lo poco que habíamos recorrido esa mañana (apenas la vuelta al cerro) porque antes de partir hacia los Baños encontramos una maqueta a escala de Huayllay donde pudimos ver bien los lugares por los que habíamos pasado (¡a pesar de que fueron horas de caminata bajo el hermoso sol!).

Tomamos rumbo a los Baños después de regatearle el pasaje a una combi. Las instalaciones no son grandes: existe una piscina de tamaño modesto y dos o tres pozas privadas las cuales se alquilan 30 minutos a dos soles.
El interior se mantiene caliente gracias al vapor del agua. Las aguas contienen azufre y se dice que son medicinales, lo malo es que estaban demasiado calientes, la gente no estuvo dentro más de veinte minutos. (un poco más y terminan todos sancochados).
Regresamos a pie al campamento. Es menos de una hora de caminata por una carretera apenas transitada (digna de una película!), pasando por un cementerio. A Claudia, quien tiene experiencia subiendo y bajando cerros por su trabajo en zonas humildes, también le gusta fotografiar cementerios.

Al llegar al campamento nos encontramos con Chicho, quien le dijo a Abdel que nos daría el alcance ese día :) habí llegado a eso de las 3:30pm mientras el resto iba hacia los Baños.
Ya de noche se desató una tormenta a varios kilómetros a lo lejos. Los relámpagos iluminaban el cielo como "flashes de cámaras gigantes" y la gente tuvo que arreglárselas para cenar (fideos y sopa ramen) bajo la lluvia. Algunos, los más afortunados, tuvieron servicio de entrega a sus carpas, mientras que otros tuvieron que refugiarse bajo el plástico de Yelinna para comer.

A pesar del mal tiempo, esa segunda noche no se sintió tanto frío como la primera, Abdel dijo que era porque nos estábamos aclimatando.
Y mi dueña y yo tuvimos nuestra propia tormenta eléctrica dentro de nuestra carpa: la electricidad estática hizo aparecer chispitas en la ropa de lana. Esto es algo que se ha visto también a poco más de 2000 msnm (exactamente una noche en San Mateo de Otao).

Yelinna tiene una teoría sobre porqué no se ve esto en Lima, ni tampoco hay allá tormentas eléctricas, acá va:

"Para que se forme una chispa (ya sea una pequeña en la ropa de lana o un rayo o relámpago) es necesario un medio aislante entre los polos positivo y negativo (donde hay déficit y exceso de electrones, respectivamente), lo cual evita que los electrones circulen libremente y permite que se cree un potencial eléctrico, fuerza electromotriz o voltaje. Si éste es muy alto (para una chompa de lana puede ser de un par de miles de voltios), los electrones tendrán fuerza suficiente para circular a travez del aislante (el aire en este caso) reaccionar con las moléculas del aire y producir luz (la chispa). A pesar de lo alto que puede ser el voltaje, las chispas en la ropa son inofensivas ya que la corriente (los electrones en movimiento) es muy pequeña y dura muy poco. En el caso de una tormenta, el voltaje se forma entre la tierra y las nubes y puede llegar a cientos de millones de voltios y la "chispa" poseer una corriente mortal.
Ahora: ¿Por que no sucede esto en Lima? Debido al 90% de humedad relativa del aire, no es lo suficientemente aislante para permitir que se forme
el potencial necesario para generar relámpagos, rayos o chispitas en la ropa."



Sábado Santo:


Esa mañana se supone que nos despertaríamos un poco más temprano para salir antes, pero terminamos saliendo a la misma hora que el día anterior.
Felizmente Victor y Gladys pasaron la noche en la cabaña pues su carpa de playa amaneció inundada.(Ellos afirman que durmieron rico y calientito).

Ese día Cristian (gracias a sus habilidades como negociador) nos había conseguido un camión que nos llevaría parte del camino que queríamos recorrer (nuestro objetivo era la laguna Japurin a 4400 msnm). Abdel, Erica, Werner, Yelinna y Victor se subieron en la tolva mientras los demás se acomodaban en la parte de atrás. El camino estaba muy enlodado lo que hacía al camión balancearse, balancearse junto al abismo... hasta ya dar un poco de miedo (especialmente para los que iban en la tolva!).
En pleno viaje empezó a llover de nuevo, una lluvia helada que era empujada por el viento hacia el camión. Yelinna volvió a sacar su todopoderoso plástico para que los que estaban en la tolva y no tenían impermeable no se mojaran demasiado... hasta que nos dimos cuenta que con el pedazo de plástico sobrante atrás, los que estaban abajo también se protegían de la lluvia.

Cuando llegamos a la Unidad de Producción de Rumichaca (donde hacen queso, yogurt y manjarblanco) ya había dejado de llover pero hacía un frío terrible. Allí nos explicaron cómo se hace queso en un lugar sin electricidad (se necesita ponerlo en una incubadora durante unas horas, en lugar de eso ellos los envuelven en frazadas) además de yogurt y manjarblanco. Fué una pena que no tuvieran manjarblanco en ese momento, pero el yogurt estaba delicioso :)

El camión nos llevó hasta el Elefante y luego donde la Llama. No pudimos acercarnos al Elefante debido al pantano que se había formado. Un poco más allá el chofer dijo que tenía que regresar ya que tenía trabajo. Claudia se fue con él pues tenía que regresar a Lima para el Domingo. Se llevó los quesos que la gente habí comprado para llevarlos a la cabaña de los papás de Cristian.



Acá con la llama :D

Empezó así la caminata hacia la laguna. Tuvimos que atravezar saltando riachuelos y pantanos. Todo estaba húmedo y tan frío que nadie quería mojarse.... Pero al final sí nos mojamos.
Para evitar caer en los charcos es buena idea saltar sobre los montículos de ichu y especialmente de las Estrellitas, suficientemente duras como para
aguantar el peso de una persona. Pisar las Yaretas también puede servir, pero éstas tienden a ser muy esponjosas (son unas plantitas parecidas al pasto, más cortas, duras y espinosas y que sólo crecen en altura).

Alcanzamos la laguna aproximadamente al mediodía. Se ve muy tranquila, como si nada viviera en ella, pero Cristian asegura que al fondo hay truchas.
Por suerte pudimos ver dos Gaugos, pájaros parecidos a los patos de los que ya no quedan muchos. Más comunes son las Huachas y los patos.

Fue en una de las paredes de piedra donde Chicho nos mostró su destreza como escalador. Abdel quería seguirlo y escalar también por la pared de roca pero Erica no lo dejó.

El comienzo de otra lluvia nos obligó a apresurar el regreso. Las rocas sirven para protegerse un poco pero son de poca ayuda por lo que apenas permanecimos junto a ellas unos minutos. Por
momentos la lluvia parecía parar pero al rato volvía a llover... con más fuerza. El camino se hab&aiacutea vuelto un verdadero
pantanal donde si pisas mal te puedes hundir hasta la rodilla (a cada rato Abdel nos recordaba la vez en que esto le pasó a Pedro a.k.a. el Sacerdote o como le decía mi dueña: el Curita). Tomamos camino por Siete Llaves, llamado
así porque exiten siete caminos para acceder. Por esa parte también pudimos ver más pinturas rupestres, las cuales un profesor intentó catalogar hace veinte años atrás.

Se tuvo que almorzar bajo la lluvia: pan de molde, atún, frutas en conserva y galletas, tal vez demasiado cerca a las sobras de una oveja que había dejado un zorro y que alguien había colgado de las rocas.

Pasando estos pantanos todos se mojaron hasta las rodillas, mas la lluvia que caía y uno que otro resbalón (Yelinna se levantó de un salto diciendo lisuras y escupiendo de rabia) incluyendo el fenomenal panzazo al suelo que se dio Abdel al saltar un riachuelo, quedó en debate el nivel que se le debia poner a esta caminata: Erica, considerando que el camino tenia poco desnivel le puso un 2,5. Yelinna, considerando la lluvia, el barro y el frío le puso un 4. Ya
considerando la altura es posible que el nivel suba a 4+ (hay que recordar que estábamos a más de 4200 msnm, en plena Puna). El nivel 5 está reservado para los nevados.

Como nos escribió Abdel: "Creo que todos aprendimos un poco de cada uno, ya sabemos que es pesado, hermoso, lodoso y helado caminar bajo la lluvia yo puedo afirmar personalmente, al igual que Miguel, Victor, Yelinna, Werner, que el suelo de Huayllay es blandito y humedo."

Ahora, si cerca a los riachuelos se mira al suelo se encontrarán unas flores azules muy pequeñas, las que si se arrancan se irán cerrando poco a poco. Por ello su nombre en quechua significa "Flor Tímida". También existen unas flores amarillas, más grandes, que se cierran durante la noche.

También se pueden encontrar unos hongos blancos, de los cuales Cristian dice que son alucinógenos si se los come sin cocinar. Hasta nos contó de un grupo de muchachos que vienen hasta aquí solamente para recolectar dichos hongos.

Memorable es la perseverancia de Lucho (el Gordito) quien a pesar de ir atrás no se rendía y seguía caminando. El mismo admitió después que le hace falta entrenamiento, pero no lo hizo nada mal. Abdel afirma que caminaba al ritmo de Miguel, balanceándose a un lado y al otro a cada paso.

Regresamos al campamento ya de noche. Despues de que la gente se cambiara de ropa fuimos a la cabaña de la familia de Cristian a tomar mate de coca y comer algo ya que la caminata, debido a la lluvia y a los pantanales, había sido un tanto dura.

Eran aproximadamente las ocho de la noche, las horas se pasaron lentamente mientras la gente conversaba y la lluvia caía (por momentos realmente fuerte), Raul, nacido en Argentina, nos contó de ese gobierno en 1940 cuyos congresistas casi destruyen las lineas de Nazca y un poco sobre Maria Reiche y otros intelectuales peruanos, como él mismo escribe en un mail: "mis genes son peruanos de todo corazón (Amor por el Perú...)..."


El señor Cristobal (papá de Cristian), que estaba a un lado de la cocina donde Werner intentaba hacer secar los zapatos, escuchaba nuestros chistes e historias y se animó a contarnos algunas cosas:




La Leyenda de la Araña y la Zorra



Había una vez una zorra muy altanera que iba paseando por el campo cuando se encontró a una araña entre el ichu:
- Hola Araña- le dijo -Ando buscando una manada de llamas para comerme una. Porque yo sí puedo matar a una llama y devorar su carne.
- Pues deberá saber, mi querida zorra, que yo también puedo matar a una llama.
- ¿En verdad puede hacer eso, usted?
- Es verdad, si no lo cree podemos apostar. De las dos, la que no pueda matar a una llama tendr&aaacute que morir.
La zorra empezó a pensar: - Es imposible que un bichito como esta araña pueda matar a un animal grande como una llama. Y da igual si yo no puedo matar una, no hay manera de que la araña me mate a mi.
Convencida de que no tenía nada qué perder, la zorra aceptó la apuesta.
Fueron juntas hasta donde pastaban las llamas. Primero fué la zorra la que se abalanzó hacia una grande y hermosa. Pero la llama no era tonta, cada vez que la zorra se acercaba demasiado la hacía volar por el aire de una patada, tras varios intentos, y ya bastante maltratada, la zorra tuvo que conformarse con la llama más débil y enferma de la manada, fácilmente la mató y regresó con la araña.
- ¿lo vio? al final sí pude matar a una llama.
- Lo ví, y ahora es mi turno.
La araña se colocó entre el pasto que comían las llamas y empezó a tejer su tela. Pues deberá saberse que esta araña pertenece a una especie muy especial, que teje su tela entre el ichu y no sobre las rocas.
Entonces una llama pasó por allí y se la comió junto a un puñado de pasto.
La zorra creyó que ya había ganado la apuesta - Pobre araña, ya murió devorada por la llama - lo que no sabía era que si una llama se come a una araña de este tipo ésta excreta un ácido que es capaz de perforar el estómago y la piel de la llama, por lo que la ara&ntilda puede salir al exterior y de paso matar a la llama si no se le da algo para neutralizar el ácido.
Después de un rato la llama empezó a sentirse mal y a dolerle el estómago, hasta que cayó muerta mientras la araña salia de entre el pasto.
- ¿Convencida, señora zorra? Yo también he podido matar a una llama.
- Estoy convencida, señora araña. - respondió la zorra covencida de que la araña no podróa hacerle daño - pero
algo me intriga. ¿Cómo pudo usted matar a una llama siendo tan pequeña?
- Se lo diré al instante: Sólo debe cerrar los ojos y abrir la boca.
La zorra lo hizo y al instante la araña se metió a su boca y bajó por su garganta. La zorra abrió los ojos pensando en que la araña ya debía estar muerta, hasta que empezó a sentirse mal y a dolerle el estómago.
Recordando cómo había muerto la llama, la zorra desesperada empezó a tragar tierra, a masticar y engullir pasto, tragó hasta su propia orina, pero de nada sirvió para calmar el dolor. Por dentro, la araña seguía perforando.
Fué así có la araña pudo mostrarle a la zorra su método para matar llamas y de paso cobrarse la apuesta.



La Leyenda de los dos Enamorados


(esta leyenda tiene un fondo moral acerca de la importancia de mantener una promesa)


Hace mucho tiempo existieron dos familias las que, debido a disputas de tierras, se odiaban a muerte. Como el odio se puede enseñar y transmitir, igual odiaban abuelos, hijos, nietos y bisnietos. Pero se dió, como
suele suceder, que el hijo de una familia se encontró por casualidad en el campo con la hija de la otra familia y ambos se enamoraron.
Como sabían que sus mutuas familias se odiaban decidieron mantener su amor en secreto, hasta que un dia sus padres se enteraron de su relacion y les prohibieron volver a verse. Ambos jovenes, sin poder soportar el rechazo de sus mutuas familias, juntaron comida, ropas de abrigo y mantas y huyeron hacia el Bosque de Piedras, cerca de Siete Llaves.
Permanecieron en una caverna un tiempo hasta que decidieron partir hacia otros lugares, buscar trabajo y empezar su vida juntos. Pero para ello necesitaban más comida y dinero. Por ello una noche el joven le dijo a su amada:
- Debo ir a la casa de mis padres por comida y la parte que me corresponde de la herencia. Es posible que me descubran y algo me ocurra, por eso quiero que sepas que te amaré hasta la muerte y que de todos modos volveré a tu lado.
Sacó un anillo y se lo puso en el dedo a la joven:
- Esto es para que recuerdes mi promesa.
- Yo te prometo que me quedaré aquí a esperarte, no importa cuánto demores, te esperaré hasta la muerte - juró ella.
Se abrazaron y él partió.
Ya en su casa el joven entró a escondidas y empezó a buscar dinero y comida. En eso su padre siente ruido y va a su encuentro. Debido a
la oscuridad no lo reconoce y, creyendo que era un ladrón, le da muerte.
Pasaron tres días en los que se le hicieron los funerales al muchacho. Mientras tanto, en la cueva, la joven seguía esperando su regreso, hasta que esa noche, durante una tormenta, llegó alguien a la entrada de la cueva.
Ella fue a ver quién era el visitante y reconoció a su amado, cubierto por una mortaja. En ese momento ella supo que él estaba muerto.
- Déjame entrar - le pidió él.
- Mejor no - insistió ella - estoy haciendo mazamorra y tengo que vigilar la olla - pues necesito que vayas por un poco de agua.
- Esta lloviendo, déjame entrar.
- Esta bien. pero debes seguir moviendo la olla o la mazamorra se pegará y se quemará. Mientras tanto yo iré por el agua.
Él accedió y entró mientras ella salía con su cántaro, pero en lugar de ir por agua fue corriendo a la iglesia.
- ¡Padre! ¡Padre! - llamó a la puerta.
- ¿Qué ocurre?
- Un muerto viene persiguiéndome, por favor permítame quedarme en su iglesia.
El sacerdote la dejó pasar. Poco después el muchacho llegó y llamó a la puerta.
- ¿Qué quieres? - le preguntó el sacerdote.
- Sé que ella está aquí. He venido a buscar el anillo que yo le he dado.
El sacerdote va y le pide el anillo a la joven, luego intenta deslizarlo por una rendija de la puerta.
- ¡No! ¡Así no! - exclama el chico - yo se lo puse en su dedo y ahora yo mismo debo quitarlo.
La muchacha se vuelve a poner el anillo y por la rendija de la puerta extiende su mano, entonces el joven la coge y de pronto, le arranca un dedo.
Horas después la muchacha era atacada por una fiebre muy alta y una grave infección, más tarde ese día ella también muere.

Eran casi las once de la noche cuando nos retiramos a dormir al campamento aprovechando que ya no llovía. A pesar de que una de las zapatillas de Erica se había quemado los zapatos aun no se habían secado del
todo, pero era mejor a tenerlos mojados por completo ;)



Domingo de Pascua:

Nos levantamos a las seis de la mañana. Se desarmó el campamento y se prepararon las mochilas para el regreso. Como ya se nos acababa el tiempo (la combi que Cristian nos había conseguido ya estaba por llegar) llevamos la leche sobrante, el chocolate para taza y el pan que habia quedado a la cabaña para desayunar allá. Dejamos los bultos en la cabaña y partimos hacia nuestro último destino: las Ruinas de Diezmo Antiguo.
La combi nos dejó a unos minutos de caminata de las ruinas, junto a un prado donde pastan las vacas.

Diezmo Antiguo es una antigua construcción colonial edificada sobre ruinas incaicas más antiguas y queda justo después del límite de los departamentos de Pasco y Junín. Este lugar podría considerarse también un refugio para aves pues había cantidad de pajaritos (posiblemente canarios) y más lejos, otras aves más grandes. Erica decía que daría cualquier cosa para volver en el tiempo y estar en la época en que la gente vivía en lo que ahora son ruinas, estar entre ellos, entrar a sus casas, compartir su tiempo.

Cerca a las ruinas, a unos pocos minutos caminando, están las piedras donde se pueden ver y recoger pequeños fósiles de caracoles, conchitas y choritos, moluscos más grandes impresos en las rocas y esqueletos de peces.
Le gente escarbaba en la tierra buscando conchitas petrificadas y más allá algunos escarbaron por trozos de roca, algunas con incrustaciones de cuarzo (las rocas por aquí contienen cuarzo. Cerca a los caminos, donde está pulverizada, se pueden ver brillar las partículas de cuarzo). Tuvimos que salir de allí apresuradamente porque la lluvia empezó a caer y ya nadie tenía muda de ropa seca o limpia. Es impresionante el pensar que hace 140 millones de años todo esto estuvo
bajo el mar y ahora está tan alto.

Regresamos a la cabaña donde la señora nos había preparado un delicioso caldo de cordero. Casi no hubo tiempo de terminarlo ya que la combi partía hacia el pueblo de Huayllay donde debía recoger más gente.

En Huayllay no pudimos bajar a comprar nada (adiós manjarblanco!) pues volvió a llover y luego a granizar. Lucho, quien habia salido al baño, regresó con trocitos de hielo sobre la ropa. Y a pesar de que en la combi ya no cabía más gente, el chofer seguía mentiendo pasajeros. Un abuso.
Atrás se apretujaban Yelinna, Lucho, Raúl y Gladys. Delante, Werner jura que era el que viajaba más incómodo de todos. Fueron seis horas de viajar apretados, hicimos una breve parada para tomar fotos junto al letrero que marca la división de los departamentos de Pasco y Lima, y luego la respectiva parada de emergencia en Colpa, en un hostal donde la dueña conocía a Abdel y a Erica, para cumplir necesidades importantísimas. En el camino se subieron algunas señoras que compartieron sus chirimoyas con la gente (a Yelinna le guztan las chirimoyaz) lo cual sirvió para mantener ocupado el estómago pues apenas habíamos comido.
Pasamos nuevamente por la casa de los pavos reales y tuvimos que salir corriendo de la combi al llegar a Huaral pues la gente ya hacía largas colas para abordar los buses que salían cada cinco minutos. De todos en la cola, nosotros éramos los que más abultaban con las mochilazas, las carpas y las cocinas. Tuvimos que esperar un rato para ocupar un bus en el que hubiera espacio para todos.

El bus de regreso fue el paraíso del transporte terrestre comparado con la combi. Además nos pasaron una película bonita: "La Historia sin Fin".

Estuvimos en Lima a eso de las ocho de la noche. El viaje duró lo necesario para ver la película completa :)