Primero fué un autito LandRover a escala 1:24, luego la posta ha sido seguida por varios juguetitos de plástico (especialmente animalitos) ansiosos por recorrer el Perú :D

domingo, febrero 15, 2009

Laguna Pocacocha: domingo 8 de Febrero 2009

Salida organizada por Bruno y también nuestra primera salida de altura del año :D

Narrado por Mauri, la cabra montañesa.

El punto de reunión fue el cine Orrantia a las cuatro y media de la tarde, en el parque donde se estacionan los colectivos que van a Chosica. Con nosotros fueron Juanito, Carlos de la Borda y Antauro.

Ya en Chosica tomamos los micros que van a San Mateo de Huanchor. pasaríamos la noche allí para salir muy temprano hacia Chinchán.
Llegamos a las ocho y media de la noche al hostal Las Américas. Había llovido y el suelo estaba mojado. Cuando fuimos a comprar al minimarket Maná la luna brillaba clarísima, pero al salir ya las nubes la habían ocultado.

Una de las cosas que más le gustaron a mi dueña eran als revistas que prestaban en Las Américas para los huéspedes: Muy Interesantes, Mecánica Popular, National Geographics... todo un deleite :D :D


El domingo nos levantamos muy temprano para ir a desayunar frente al puente en San Mateo en el puestito donde la casera de Bruno vende quinua, maca, soya, avena, pan con camote o queso. Como a Bruno le dolía un poco el estómago ella le sirvió un vaso de intimuña con sábila, lo que le quitó el malestar mejor que cualquier medicamento de farmacia.

Tomamos un station wagon que nos dejó en Chinchán a las siete y media. Este es un lugar muy frío, y enciam el día estaba nublado. Mejor no contar con que el sol nos calentara, era poco probable que apareciera.

Caminamos por la fría puna sintiendo cómo la temperatura iba cayendo. A media mañana, Bruno calculó que estaríamos a cero grados. Incluso ya se veían montículos de escarcha y hielo entre las plantitas.

Después de un par de horas caminando nos encontramos con algo impresionante ¡Hongos!

Hongos a más de 4400 metros y soportando temperaturas que en la noche caen por debajo de cero grados. Creciendo por montones y entre el hielo. Algunos tan grandes que parecían pancitos mojados que alguien había tirado. Aquí Yaneera, que quiso acompañarnos, posó junto a algunos:


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Invasión de hongos en la puna!

Carlos comentaba que parecían la aldea de los Pitufos.

Después de caminar una hora más descansamos un rato junto a un corral del que ya no quedaba el techo a excepción de un poco de paja. Este año las precipitaciones han sido intentas, y durante casi todo el viaje pudimos ver nevados.

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Nublado nublado, y muy frío también.


Y durante casi todo el viaje también hizo mucho frío. Como Bruno comentó, lo usual es que el sol se vea y sienta a partir de las diez de la mañana, pero ya eran más de las once y aún estaba nublado.

Para llegar a la laguna Pocacocha debíamos subir una cuesta de roca, el cual marca el límite donde termina Lima y empieza Junín. Fue nuestro punto más alto: 4890 msnm y todo el mundo terminó agotado a causa de la altura, pero a diferencia del inestable terreno de Lurín, esta roca es firme y permite agarrarse y apoyar los pies. Subir no fue muy complicado.

Al mediodía llegamos a la laguna, rodeada también de nevados. A esta hora el cielo se despejó un ratiro y permitió que el sol nos calentara. Nos quedamos poco más de una hora antes de partir, ahora de regreso. El cielo se volvió a tapar y así se quedó por el resto del día.

Como contaba Bruno, Pocacocha no es una sola laguna. Esta vez sólo llegamos a la primera de ellas.



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Aquí juntoa la laguna. A lo lejos: más nevados. Ha sido un buen año para la nieve :)


Aún nos quedaban varias horas de caminata. Lo ideal era ya estar en San Mateo antes del anochecer.

A media tarde nos cayó un poco de granizo y lluvia y, al otro lado de los cerros, se desató una fuerte tormenta. Estaba tan cerca que en dos (tres?) ocasiones vimos destellar los relámpagos. Contando los segundos, Yelinna pudo calcular que la tormenta estaba a unos cuatro kilómetros de nosotros (el sonido recorre aproximadamente un kilómetro cada tres segundos) . Podría parecer mucha distancia, pero en realidad no lo es, hubo un trueno que sonó tan cerca que su eco rebotó por todas las montañas de los alrededores )lo admito, me asusté).

El camino de bajada lo hicimos siguiendo la carretera que va de regreso a Chinchán. Aquí nos cayó lluvia y un poco de granizo. La gente tuvo que sacar los impermeables. Pasando una capilla, donde nos detuvimos para que el grupo sacara sus casacas (hacía frío de verdad) llegamos al límite entre Junín y Lima. Altura: 4850 msnm.

Ya eran más de las cuatro de la tarde y el cielo se oscurecía. Lo bueno es que Bruno pudo contactarse con el chofer que siempre contrata en San Mateo y éste, muy cumplidamente, vino a recogernos. Nos vio desde lejos y nos dio el encuentro. Eran un cuarto para las cinco cuando abordamos el carro y partimos de vuelta hacia San Mateo.

El trayecto hasta Lima se hizo un poco más largo de lo usual: eran las ocho y media de la noche cuando llegamos al óvalo Santa Anita.


Hay fotos aquí.