Primero fué un autito LandRover a escala 1:24, luego la posta ha sido seguida por varios juguetitos de plástico (especialmente animalitos) ansiosos por recorrer el Perú :D

lunes, diciembre 25, 2006

17 de Diciembre - Chocna

Con la gente de AirePuro. El punto de reunión fué en la "Cueva" o el local de Airepuro el sábado 16 a las 3 de la tarde y partimos una hora después cargando bolsas y cajas con donaciones, cosas para la chocolatada, medicinas, ropa y libros. Dos horas después ya estábamos en Chosica, y a las 7:15 pm llegamos a San Mateo.

Como éramos demasiados, la gente se dividió en dos grupos, los que dormirían en el hostal Patrón y los del hostal América, junto a la carretera. Dicen algunos que es difícil dormir junto a una carretera, pero los del Patrón no tuvieron mejor suerte: hubo fiesta por ahí cerca, algunas personas se emborracharon, hicieron bulla y hasta pelearon ¡!

Es noche, salimos a pasear por San Mateo. En la plaza existe una casa muy colorida que pertenece a un escultor, aunque todo el tiempo se la ve vacía.

A las 6:30 am del Domingo 17 ya la gente terminaba de desayunar, los del América fueron a reunirse con los del Patrón y a eso de las siete, salíamos haca Chocna.

Chocna es un pueblito situado a casi 4000msnm, siguiendo un desvío desde el camino que lleva a la laguna Rapagna. Desde Chocna se pueden ver dos o tres nevados, muy a lo lejos, detrás de la niebla matutina. Conforme pasaba la mañana empezó a salir el sol y no hizo tanto frío.

Las fotos de este día están akí

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Aquí en Chocna, esta foto fué tomada con la cámara de Jimmy

Mientras se realizaban los juegos con los niños, un grupo preparaba los regalos, otro la chocolatada y otro la obra de teatro. La obra no podría haber sido más improvisada, se ensayó justo ese día y para los actores y actrices era difícil contener la risa. Era la misma obrita del año pasado, por lo que había quienes ya sabían de qué se trataba.

Durante los juegos, fué notable la resistencia física de Carolina: saltar, gritar y entretener a una docena de niños a 4000 metros de altura es más fatigoso que una caminata (eso afirma Yelinna), y mientras mi dueña y el resto de los ayudantes ya estaban jadeando, Carolina parecía incansable. Toda una proeza.

Después de los juegos, y la casi improvisada obrita de teatro (que al final salió bastante bien, los niños se estaban riendo mientras comían el panetón y tomaban el chocolate), se repartieron los regalos. El cielo empezaba a oscurecerse y amenazaba lluvia. El paisaje desde Chocna es bellísimo, especialmente con la niebla y las nubes que esconden las montañas... pero nadie quiere una lluvia en plena repartición de regalos ¿verdad?

Felizmente hubo tiempo hasta de limpiar, poco después de la una de la tarde ya se había recogido la basura y a la 1:30pm empezaba a llover fuertemente.

Llovió durante casi dos horas. La gente se refugió en el policlínico. allí, las señoras del pueblo les dieron a todos trucha con ensalada de lechuga y papas, según cuenta Yelinna, la cual tenía mucho mejor sabor que la de la mayoría de restaurantes a los que ha ido. Era su forma de agradecer el tiepo dedicado a los niños :.)

Los buses que debían llevarnos de regreso primero debían llevar a los niños que no eran de Chocna a sus repectivos poblados. Había niños de Yuracmayo, Parac y Caruyac, por lo que tuvimos que esperar en el colegio hasta su regreso, poco después de las tres de la tarde. A esa hora ya sólo caía una fina garúa, pero seguí haciendo mucho frío.

Chocna está apenas a 40 minutos de San Mateo, donde nos detuvimos un cuarto de hora para recoger las cosas que se dejaron en el Patrón y comprar algo para el camino. A medida que se va bajando hacian Chosica se puede ver cómo cambia el paisaje y se puede sentir cómo aumenta la temperatura. En este momento, debido a las lluvias, la sierra está toda verde, pero ya por debajo de los 1500 msnm los cerros están casi desprovistos de vegetación.

A las siete de la noche ya estábamos en Chaclacayo donde mi dueña y yo nos despedimos del resto de la gente de AirePuro, ellos seguirían viaje hasta La Cueva.

Lunes 18: Chaclacayo: 11:00 am

Si alguien se para en la carretera central, a la altura de la Plaza/Parque de Chaclacayo, mirando hacia Chosica, recomiendo que se dé una vuelta por las calles que quedan a la mano derecha, más allá del parque. Esta parte no tiene nada qué envidiar a distritos de Lima como La Molina o San Isidro. Además las golondrinas que solían verse por La Molina hace un año parecen haberse mudado a los árboles del Parque de Chaclacayo.

:)

lunes, diciembre 18, 2006

Huaraz 8, 9 y 10 de Diciembre

Esta vez con la gente de la facultad de Ingeniería y Arquitectura de la USMP

La hora de encuentro fué a las nueve de la noche del jueves 7 en la terminal de Ormeño en el centro de Lima, aunque los bultos ya habían llegado antes. Como no se permite más de 20 kilos por persona, cada caja o bolsa tenía un nombre distinto. Tantas eran las donaciones que se necesitaron dos buses para transportarlo todo. Contrariamente a otros viajes que hemos hecho mi dueña y yo, esta vez el bus salió aa la hora esperada: 10 de la noche.

Después de perder más de media hora en el control de buses y camiones, pasamos por:
Medianoche: Peaje el Serpentín
1:30 am Peaje Paraíso - Huacho
1:40 am: Huaura
2.15 am Supe
2:50 am: Peaje de Tunan
6:30 am: Peaje de Catay
6:40 am: Recuay
7:00 am: ciudad de Huaraz

Tuvimos que esperar una media hora hasta que el párroco con el que se había coordinado la repartición de regalos llegara con su camioneta.
Un grupo se hospedó en un albergue cerca al colegio Fé y Alegría, mientras que otro (conformado sólo por estudiantes), nos alojamos en la casa de la tía de Cristian, la cual está desocupada desde hace meses, y queda en el condominio destinado a los ingenieros de la mina (oh! no preguntamos qué mina). La casa no tiene muebles excepto la mesa y las sillas del comedor, una vitrina, una cama desarmada y dos colchones arrinconados en la pared. No había luz pero sí agua, disponíamos de dos baños, tres habitaciones y un amplio primer piso. Para mi dueña, acostumbrada a dormir en una carpa a la intemperie, esto fué todo un lujo :D
El problema es que la casa quedaba en Taricá, a unos 20 minutos del centro de la ciudad en auto, y como Huaraz es tan pequeña en realidad, también estábamos a 20 minutos de la parroquia. Las combis suelen ser reacias a ir por ese lado en la noche por la falta de pasajeros, y los taxis escasean después de las ocho de la noche. Aún así, a pesar del gasto en transporte, resultó más barato que el albergue.
Yelinna y yo nos acomodamos en la habitación del fondo, el resto de los chicos, que ya eran amigos entre sí, ocuparon las otras dos habitaciones. Eran nueve personas en total y casi sin querer, Yelinna acabó con una habitación para ella sola :D


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Sí, acá pasamos la noche.

Organizar una repartición de regalos es una tarea ardua. Se tenían que preparar los panetones y hacer la chocolatada, arreglar los juguetes, adornar la capilla donde se haría todo.
La actividad empezó a las 2:30 pm. Se esperaban menos de 400 niños, al final se presentaron 500. Felizmente se comportaron bien con el Barney que los saludaba a la entrada, ya que sabemos por otras fuentes que los niños tienden a ser algo malos con las personas disfrazadas de grandes y vistosos animales.
A eso de las cuatro de la tarde empezó a llover fuertemente, pero dentro de la capilla hacía calor. Antes de repartir los juguetes se les dió a los niños panetón y chocolate (espero que haya alcanzado para todos), y luego una obra de teatro, muy graciosa, a cargo del profesor de teatro: Carlos Rengifo. Era difícil contener el entusiasmo de tantos niños, que por poco se suben al escenario. Aunque ya por ahí se oían reclamos del tipo "¿a qué hora reparten los regalos?".
El problema es que no alcanzaron juguetes para todos, las que más reclamaban eran las madres, exigiendo regalos que ya no teníamos para sus hijos e hijas. Algunas incluso se portaron bastante mal. La capilla recién quedó vacía a las 7:15 de la noche, justo antes de la misa.
Había sido un día agotador, la gente del albergue no había almorzado, y los de Taricá teníamos que volver a la casa. Esa noche, el resto de la gente se reunió en la habitación de al lado a tomar algunos traguitos y jugar a los dados. En cambio mi dueña se fué directo a dormir, pues no había dormido nada la noche anterior.

Sábado 9:

Como había mucha gente en la casa y sólo dos baños, el aseo matutino tomó más tiempo del acostumbrado. Y es aquí donde la gente comprobó que se puede tomar una ducha con agua helada a más de 3000 msnm (Huaraz está a 3100 metros, no a 3600 como creíamos). El siguiente problema era conseguir desayuno, ya que al parecer sólo existe una sola tienda en todo Taricá, donde la gente compró algo para el camino a Huaraz.
Ya eran entonces las diez de la mañana.

Por algunos deslices administrativos resultó que este día lo teníamos libre. Después de mucho deliberar decidimos hacer un pequeño tour por la ciudad en un pequeño micro, con el dueño del albergue. Partimos casi al mediodía, primero rumbo a la Iglesia del Señor de la Soledad.
Por dentro, la Iglesia recuerda un tanto a las del Cusco, con sus enormes imágenes, pinturas y altares. En ese momento una pareja se estaba casando, y ya afuera, no faltó quien bromeara acerca de quedarnos para la fiesta. Junto a la Iglesia es posible comprar recuerdos.
Luego enrumbamos hacia la calle José Olaya, según nuestro guía, la más antigua de Huaraz. Es una calle estrecha, como las que existen por la avenida Sucre en Lima, por las que antaño transitaban carretas. Aún así, la calle José Olaya tiene entrada a pasajes estrechos, los cuales durante los terremotos que han asolado Huaraz (en la década de 1930 y luego en la de 1970) se convirtieron en trampas mortales. José Olaya no es muy larga, se la recorre en pocos minutos, y al final hay un pequeño mercado de artesanías, incluso se puede comprar chica de jora a dos soles.
A un paso de José Olaya, está el criadero de truchas, el cual usa agua derivada del río Quilcay.

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No, no es una represa, es el criadero de truchas :)


Siguiendo la carretera se llega al mirador, desde donde se ve toda Huaraz. Esta carretera fué construída por la empresa Antamina, por lo que para llegar al mirador se debe pasar por la residencial Los Pinos, donde viven los ingenieros extranjeros que trae Antamina a Huaraz desde Canadá. Es decir: hay un pequeño pedazo de Canadá en Huaraz, ya que estos ingenieros no salen de allí más que para ir a la mina, pues allá tienen todo lo que necesitan: un colegio, un parque, tiendas, televisión, teléfono, energía eléctrica, etc. etc. no tienen necesidad de bajar a la ciudad. Pero antes de que alguien empiece a pensar mal de los extranjeros con plata que viven en su propio mundo, diré que en el momento en que pasamos por allí se vió gente con niños que salía con paquetes envueltos, es decir: también habían organizado una repartición de regalos, al igual que nosotros.
Frente a la residencial hay un bosque de pinos, el cual ya pertenece a otra empresa, un hotel.
A eso de las 2:45 pm estuvimos en las ruinas de Wilcahuaín. Donde la gente no dejó de bromear porque el guía no dejaba de repetir la palabra "prácticamente" al explicarnos la historia del lugar. En la entrada de las ruinas es posible comprar el equivalente a un plato de chocho a un sol. El choco es un cereal de la sierra y se lo suele preparar de la misma manera que el pescado para hacer ceviche (sólo que sin ají). Para quitarle el sabor amargo, después de cocerlo, se lo suele remojar una semana en el río.

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Akí junto al templo en Wilcahuaín

Esa tarde el grupo se dividió y Yelinna fué a hacer un poco de turismo con la gente del grupo de teatro. La mejor referencia en Huaraz es la avenida Luzuriaga. Y justo en el cruce con jirón José de la Mar venden helados artesanales a un sol, los que no tienen nada qué envidiar a los que venden en Lima, los que equivalen a poco más del doble de los de Huaraz, pero cuestan cinco soles. Pasamos por la feria artesanal permanente que existe cerca a la plaza y compramos algunos pequeños recuerdos. Si este día llovió, lo hizo muy ligeramente.
Al anochecer se reunieron todos en el albergue para hacerles una pequeña comida a la gente de la cuadra, las que sumaban 13 niños y niñas con sus madres. Es increíble cómo se entusiasmaban, especialmente las niñas, con las cámaras, pedían que les tomaran fotos. Antes de la comida un grupito salió a jugar con los niños a la calle, llevarlos en la espalda y correr con ellos. Dentro, preparaban la mesa y las demás cosas.
Esta vez fué mucho más tranquilo. Las señoras no dejaban de agradecer la comida, las gaseosas y los caramelos que les dimos a sus hijos e hijas, llovió un poco más fuerte y al final, una vez que se fueran todos, la gata del albergue empezó a maullar por comida.
Esa noche Yelinna se unió un par de horas al resto de la gente que tomaba algunas cervezas y fumaba. Ana sorprendió a todos con su equipo para hacerse sus propios cigarrillos: sacaba el tabaco de una bolsa, el papel de otra, y liaba los cigarros en un aparato parecido a un estuche. Contó que todo eso se consigue en "La Casa del Fumador" en Lima. Incluso nos contó una anécdota que le pasó con una amiga de Italia:
- Como en Italia los cigarros son caros, la gente suele comprar el tabaco y hacérselos ellos mismos. Entonces estábamos en un restaurante y ella empezó a liar sus cigarros (ya sabe cómo hacerlos sin el aparatito), cuando uno de los mozos se le acercó y le dijo:
- Chicas, aquí no, para eso váyanse al baño.
- Pero señor, es sólo tabaco.
- Sí, sí, yo sé que es tabaco ;) pero váyanse al baño ¿si?

Las fotos de todo el viaje están akí :)


Domingo 10:

En Taricá: toda la mañana se empleó en el aseo matutino y el aseo de la casa, pues debíamos dejarla presentable otra vez. El desayuno se compró en la tienda cercana, y mientras esperábamos que las últimas personas tomaran un baño se recogieron las cosas y nos dió el mediodía.
Ese día, en el estadio de Huaraz (que no es muy grande y se lo reconoce fácilmente desde el mirador) jugaba Alianza Lima vs. Ancash de Huaraz. Todos fueron a ver el partido excepto mi dueña, a la que le fastidia el fútbol y ya extrañaba las largas caminatas así que prefirió ir a recorrer Huaraz por su cuenta y de paso almorzar, ya que la hora apremiaba y aún los demás no habían comprado las entradas, incluso cuando las compraron debieron revenderlas para poder comprar las del lado correcto del estadio. El partido empezaba a las 3 de la tarde.
Las calles de Huaraz recuerdan mucho a las que existen en Lima, en el límite de los distritos del Cercado de Lima y San Martín de Porres. En las calles más alejadas del río (donde en una recta sirven comidas como pachamanca y cuy) apenas se ve gente. Es posible recorrer Huaraz de lado a lado a pie, cuando nos dimos cuenta estábamos en el jirón José Olaya nuevamente, donde, por ser domingo, la habían llenado de puestos de comida. En ese momento hacía mucho sol.
De allí bajamos hasta la avenida Luzuriaga (preguntando el camino ya que nos perdimos un par de veces) pasando por el Mercado Central (el cual recuerda a los mercados de Magdalena en Lima) y llegando hasta la feria de artesanías del día anterior. Como a Yelinna le encanta mirar artesanías no le molestó entrar otra vez.
Y fué entonces que empezó a llover. Pero a llover de verdad, mucho más fuerte que cuando estuvimos en Mazamari, más fuerte que en Huayllay. El agua caía como una ducha y pronto las pistas (que tienen una notoria pendiente) se convirtieron en ríos, y en todo momento recordábamos Huayllay por la cantidad de agua por todas partes, pero aquí no hay yaretas o ichu para saltar, sólo asfalto, y muy mojado.
De una manera misteriosa, las calles quedaron vacías. Yelinna pudo hacer como todos, refugiarse bajo una cornisa y esperar a que pase la lluvia, pero ya se hacía tarde, debía volver al albergue, así que no quedaba más que caminar bajo la lluvia, sorteando los ríos en los que se habían convertido las pistas e ignorando la lluvia que caía. Por un momento Yelinna pensó que tendría que permanecer durante horas bajo el plástico que protegía el puesto donde una señora cocinaba patitas de pollo. Le preguntó por dónde podía tomar las combis que pasaban por el colegio Fé y Alegría. La señora contestó que estaba apenas a una dos o tres cuadras. Luego se apareció otro señor, también de Lima, que preguntó por el paradero de los buses que van a Lima. Él sí tenía problemas, ése estaba mucho más lejos. Felizmente la casaca de Yelinna era impermeable y llevaba las botas de trekking, las que, aunque no lo parezca, protegen muy bien contra la lluvia. Después de caminar una cuadra, teniendo sólo seco el polo que llevaba bajo la casaca, al parecer un chico se apiadó de ella y le mostró dónde tomar las combis hacia el colegio. Contó que se llamaba Leonardo y que tenía un albergue en la misma ciudad y que hacía visitas guiadas, además que las combis que debía tomar era la 20. Ésta llegó justo a la hora en que el partido debía estar terminando, apenas mi dueña tuvo tiempo de agradecer y despedirse de Leonardo.
Desde la combi, pudimos ver a la gente que salía del estadio, envuelta en plásticos o con paraguas. Llevamos al albergue justo después que los demás, y notamos que la más mojada de todos era Yelinna. La señora Rosalva había comprado plásticos para que se protegieran, pero todos ellos tenían los pies empapados (sus zapatillas eran las que usaban en Lima), incluso Cachorro empezó a sentirse mal a causa del frío. Yelinna, como tenía la misma ropa con la que suele salir de trekking, le bastó cambiarse el pantalón y las medias (pues se habían humedecido un poco en la punta) para resolver el problema.
La señora del albergue nos ofreció café, pan y mantequilla, más que nada para los que habían ido al estadio, pues no habían almorzado. Luego se fueron a buscar algo más qué comer mientras Yelinna se quedaba descansando dentro de la habitación. La gente regresó a eso de las ocho de la noche, y el bus salía de vuelta a Lima a las diez.
Nos despedimos de la señora del albergue con un fuerte abrazo. Se hacía tarde y hemos estado en la terminal de ZBus justo a tiempo.
El bus salió a las 10:00 pm (la puntualidad es algo que sigue sorprendiéndonos).

Como es época de lluvias, el cielo de Huaraz se mantiene tan nublado como el de Lima, pero entre las 10:40 y las 11:30 pm pasamos por una zona que estaba tan despejada que permitía ver todas las estrellas, incluyendo la nebulosa en la constelación de Orión (que de paso es la única constelación que mi dueña sabe ubicar). Como le Yelinna decía a Rony al día siguiente: "Se han perdido de un cielo!!". Las Pléyades debían estar por algún sitio, y se sabe que mirándolas, los campesinos saben si se retrasará la temporada de lluvias ya que indican qué tan despejado está el cielo.
Y ahora, unos datos acerca del cielo nocturno, aportados por mi dueña:
"El ecuador celeste cruza paralelo al cinturón de Orión, y esta constelación es visible desde todas las regiones habitadas de la Tierra. Desde Lima o Huaraz la Cruz del Sur deberá aparecer justo por encima del horizonte (si éste es llano). Y en cielos excepcionalmente despejados, es posible ver la Vía Láctea (Camino de la Leche, o en inglés "Milky Way") que es una franja un poco más clara que el cielo y que está formada por las estrellas en uno de los brazos de nuestra galaxia".

El bus iba bastante rápido. De regreso pasamos por:
2:00 am: Barranca
2:20 am: Supe
2:45 am: Huaura
3:00 am: Peaje Paraíso - Huacho
4:30 am: Distrito Los Olivos en Lima
5:00 am: paradero del bus.

Y ahora quiero dejar un link en honor a Cachorro:
http://www.calicoelectronico.com/