Primero fué un autito LandRover a escala 1:24, luego la posta ha sido seguida por varios juguetitos de plástico (especialmente animalitos) ansiosos por recorrer el Perú :D

domingo, octubre 14, 2007

Marcahuasi: 6, 7 y 8 de Octubre

Salida organizada por el grupo Andex, nuestro guía fué Luis Zavala.

Marcahuasi es una mesete ubicada en la provincia de Huarochirí, a 4000 msnm, y destino usual para quienes desean ir a acampar por el fin de semana.

Para llegar hasta allá se toman los carros que salen desde Chosica al pueblo de San Pedro de Casta, a un par de horas de viaje.

El punto de reunión fué a las siete de la mañana en la puerta del Museo de Arte de Lima y partíamos hacia Chosica 45 minutos después. Ya allí tomamos el micro que nos llevaría a San Pedro de Casta. Para llegar allá pasamos por Huinco, donde no encontramos a la señora que suele vender papa rellena, una pena.
A San Pedro de Casta llegamos después del mediodía.

En el micro nos encontramos con un grupito de estudiantes de la universidad San Martín, de la facultad de turismo, quienes contaron que dentro de esa facultad se suelen organizar salidas para los estudiantes.

Desde San Pedro de Casta a Marcahuasi son tres horas más. Aquí existe la posibilidad de alquilar burros para que lleven el equipaje. En realidad la gente que los alquila realmente se esfuerza por convencer a la gente para que alquilen sus animales, hasta incluso desaniman a quien insiste en cargar sus propias cosas. Mi dueña, que se obstinó en cargar su propia mochila de 40 litros, tuvo que oír comentarios como "el camino es empinado" (lo cual no es cierto, ya que si va de subida, la pendiente es bastante suave).
Hacía calor, mucho sol y la ruta asciende por una trocha polvorienta. A Marcahuasi va incluso gente que no está aclimatada a la altura, por lo que se les hacía pesado subir incluso sin cargar nada. A mitad de camino nos enteramos que también se pueden alquilar caballos para quienes no desean hacer el camino a pie.

En San Pedro de Casta nos encontramos con Jean Sebastian, de Francia, que pasaba unos meses en Perú y visitaba Marcahuasi, solo y por su cuenta.

Llegamos a la cabaña de Daniel Ruzo a las cinco de la tarde. Aún faltaba buena parte del grupo así que quienes ya habían llegado aprovecharon para descansar y comer algo.

Daniel Ruzo fué un científico y explorador peruano que pasó 15 años de su vida en Marcahuasi, haciendo estudios. A primera vista las formas que se ven en las rocas parecen estar esculpidas, pero en realidad son el resultado de la erosión. Incluso la forma redondeada de muchas de ellas sugieren que fueron erosionadas por agua o hielo. Esto no es difícil de imaginar. Hace un par de siglos, en Huarochirí, se encontraba hielo y nieve a poco más de 3000 msnm cerca a California (sí, hay un sitio llamado California cerca a Chosica) en lo que ahora se llama Nieve-Nieve.
Se sabe que las rocas en Marcahuasi son lava y cuentan con algunos miles de años de antigüedad. El famoso Monumento a la Humanidad es toda una escultura para la imaginación: se dice que se pueden ver, desde distintos ángulos y a distintas horas, más de veinte rostros humanos.

Las fotos del viaje está akí.

Lo más lógico es que usáramos la cabaña de Ruzo para pasar la noche, pero el grupo prefirió acampar. Dado que había poco espacio, la carpa de mi dueña terminó siendo la más alejada del grupo :(


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Aquí se pueden ver las rocas y las formas que adoptan. El campamento estaba más abajo.

Las noches en Marcahuasi son muy despejadas, al menos en esta época del año. Se puede ver hasta la franja de luz conocida como la "Vía Láctea". Se dice que se ven OVNIS en este lugar, pero hacía tanto frío que preferimos permanecer dentro de las carpas a mirar las estrellas.
Será para la próxima :)

A la mañana siguiente Jean Sebastian se despidió de nosotros, y partimos rumbo a la meseta. A pesar de que despertamos a las siete de la mañana, recién partims a las diez. Tuvimos tiempo de secar la ropa y las carpas al sol y admirar el hermoso paisaje.

Caminamos durante poco menos de media hora, pasando por la planicie donde están las chulpas y las ruinas. Desde donde dejamos las cosas (las mochilas más pesada) se divisaba el Anfiteatro, y un poco más allá, estaban los precipicios famosos. Nos contaba Luis que la erosión ha borrado muchas de las formas que se veían hace más de diez años atrás. Por ejemplo, el Alquimista (una forma que recordaba a un hombre con turbante) ya no existe, y La Tortuga ya no está tan definida como antes. Debido al cambio climático de los últimos años la erosión ha sido más intensa. Las formas antiguas han desaparecido, y otras aparecerán en su lugar, pero ninguna será permanente.
Tomamos varias fotos de La Tortuga, con la intención de, si es posible, comparar las fotos de ahora con las que se tomen dentro de diez años, pues Luis no conserva fotos de la década de los ochentas.

Ahora, una foto de los precipicios (se ven más impresionantes en la vida real!):

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Tomamos rumbo hacia La Fortaleza, que es en realidad una formación rocosa situada en la cima de una pequeña montaña. Para llegar hasta allí pasamos por una laguna apenas con agua, la cual se llena durante la época de lluvias. Esta laguna está situada en medio de los lejanos muros de piedra que, en un principio, mi dueña confundió con La Fortaleza. Estos muros rodean una planicie donde está situada la laguna, aquí encontramos varias vacas pastando.
Por momentos se escuchaban truenos lejanos. Luis nos dijo que no eran de tormentas con lluvia, sino de tormentas eléctricas. No me hubiera sorprendido si hubiera llvido, aunque estemos en la temporada seca.
En el camino nos encontramos con un grupo de estudiantes del instituto Cenfotour, quienes nos dijeron que estaban haciendo puntos para un curso y que su profesor los acompañana. El grupo de Cenfotour era grande, más de 30 personas.

Descansamos una media hora antes de volver a donde el grupo había dejado las cosas al cuidado de un chico de la zona. AL regresar allí aprovechamos para almorzar (ya era más de la una de la tarde).
Pasamos por el Anfiteatro, el lugar preferido para acampar, de camino hacia Chaucca, el pueblo fantasma.
Durante este trayecto, de las diecisiete personas que era el grupo original (quince mas los dos guías), cinco desistieron y fueron a buscar una ruta más cómoda para regresar a Lima. El camino era largo y se tenía que subir y bajar colinas de, felizmente, poca pendiente (más o menos).
En esta parte ya no había arrieros para contratar. Seguía haciendo mucho calor, aunque por momentos el sol parecía querer ocultarse.

Llegamos al pueblo Fantasma poco antes del anochecer. Acampamos al lado de la Iglesia de Chaucca. Todos los demás lugares eran muy pequeños, o no estaban limpios ya que éste pueblo no está abandonado del todo, al menos una familia vivía allí en el momento en que llegamos y tenían un burro en lo que parecía un corral y varios perros que nos ladraban al acercarnos a las casas que quedan detrás de la Iglesia.
El suelo se dividió en "lotes" donde iría cada carpa. Mi dueña bromeaba diciendoq ue se parecía a cómo los españoles, al fundar una ciudad, repartían los solares y los terrenos. Los demás, en broma, decían dónde debía ir "la plaza mayor". Como "trabajo comunitario" la gente se dedicó a limpiar un poco más el suelo y quitar las piedras.

Después de cenar y conversar un rato fuimos a dormir. Yelinna creyó que los grillos no la dejarían dormir, pero éstos no fueron nada comparada a la bulla que metió el burro en dos ocasiones durante la noche y los perros que le ladraban. La tercera fué al amanecer por lo que ya no volvimos a dormir.

Durante el desayuno, Luis comentó que no le gustaba acampar cerca a una iglesia "Es un lugar donde se descargan muchas emociones" dijo. Pero ni yo ni mi dueña sentimos nada especial.

El pueblo incluía una comodidad adicional: un caño con su lavadero :D :D

Abandonamos Chaucca después de las diez de la mañana del lunes. Una hora después alcanábamos el abra, desde donde el camino empezaba a descender. A partir de aquí debíamos ascender 300 metros y descender 1000 por entre los cerros.

Al Potrero llegamos después del mediodía. Aquí encontramos varios caballos, grandes y hermosos, incluso uno estaba tan gordo que creímos que sería una yegua preñada. Un joven lo montaba, acompañado por su burro, y nos adelantaron casi de inmediato.
El descenso fué bastante empinado, especialmente porque, para acortar camino en algunos tramos, no seguíamos la carretera, sino el camino de herradura lleno de piedras y que descendía con mayor rapidez. Nos encontramos con gente llevando a sus burros llenos de carga.
Aún así el camino fué corto, aunque pesado por el polvo, en cantidades impresionante, y las piedras. Llegamos a Canchacalla poco antes de las 2:30 pm. Aquí la gente aprovechó para lavarse, comprar la gaseosa por la que tanto suplicaban (desde el desayuno!) y descansar. Esperábamos el micro que nos llevaría a Chosica. Éste tardó más de lo previsto. Recién se puso en marcha a las 4:30pm e iba a la velocidad de las placas tectónicas. Se detenía en cada caserío, hasta media hora, llamando pasajeros, aunque el carro ya estaba más que lleno. Fué un viaje bastante incómodo, especialmente para la gente que estaba de pie. Estuvimos en Chosica antes de las ocho de la noche, cuando lo habitual es que el viaje desde Canchacalla no lleve más de tres horas.

Ya desde Chosica, es fácil hallar transporte a Lima.

Y ahora, con una mezcla de historia y esoterismo, más información sobre Daniel Ruzo:
http://legadocosmico.com/marcahuasi.html
http://sergioluna.com/net/portal/marcahuasi.htm

Más datos sobre Marcahuasi:
http://nomadex.blogspot.com/2007/04/marcahuasi-se-encuentra-ubicado-en-el.html