Primero fué un autito LandRover a escala 1:24, luego la posta ha sido seguida por varios juguetitos de plástico (especialmente animalitos) ansiosos por recorrer el Perú :D

domingo, diciembre 23, 2007

Navidad en las Montañas: Chocos 15 y 16 de Diciembre

Actividad organizada por AirePuro para el pueblo de Chocos y sus anexos (San José, San Miguel y Totorá) los cuales se ubican en la provincia de Yauyos, más hacia el lado que da a Cañete (Huancaya y Vilca están más hacia el lado que da a la región Junín).

El punto de reunión fué el terminal de la empresa Soyuz de donde salen buses hacia Cañete, Pisco, Chincha e Ica. Aquí nos encontramos con viejos amigos de aventuras: Auraluz, Paul y Oscar.
El grupo tomó los buses que pudo. Auraluz y mi dueña eligieron el más barato de los que salían a las 3:40 pm. En terminales con alta demanda, los buses salen cada diez o quince minutos aproximadamente.

Aún no había salido de la ciudad, y el bus se paraba en cada cuadra a recoger pasajeros. Avanzaba a un promedio de 30 metros por hora, y se paraba varios minutos a negociar con la gente que deseaba subir, mas una vez que dejamos la urbe, el bus avanzó a una velocidad más respetable.
Para ir a Cañete se debe tomar la carretera Panamericana sur, la cual pasa por el boulevar de Asia, bordeando las playas, gruzando el desierto. A pesar de todas las demoras, el viaje fué más breve de lo esperado: poco después de las seis de la tarde ya estábamos en la terminal de Soyuz en Cañete.
Allá ya nos esperaba la combi (sí, era una combi, pequeña, apretada, muy apretada) que nos llevaría a Chocos. Esperamos a que llegaran los que habían abordado los buses de las 5:45pm. Apenas media hora después, partíamos hacia Chocos.

Como íbamos de subida, la combi iba despacito. A las 7:45 de la noche pasábamos por Pacarán, e hicimos una breve (muy breve) parada junto a un pequeño restaurante, donde ya no tenían nada qué comer, para que la gente fuera al baño y comprara algo para el camino (éstos restaurantes son a la vez bodegas).

Eran las diez de la noche cuando llegamos a Chocos. Éste se ubica a 3500 msnm, más o menos la altura de San Mateo de Huanchor.
Pasaríamos la noche en el hospedaje municipal. Después de ayudar a guardar las donaciones y los regalos, se asignaron las habitaciones. Como no habían suficientes camas, algunos tendrían que dormir sobre colchones (mi dueña incluída). Las frazadas eran donaciones de los Estados Unidos según decían sus estampados.

Como hubo quienes no habían almorzado, algunos fueron a ver si encontraban dónde comprar comida. Mi dueña prefirió quedarse en su colchón bajo la frazada. No hubo quién vendiera nada, pero esa noche hubo una actividad para una promoción de primaria y les regalaron comida.

A la mañana siguiente nos despertaron a eso de las seis de la mañana.
Hacía un frío intenso, digno de 4500 msnm, no de apenas 3500. Había una espesa neblina que lo ocultaba todo, como si el paisaje se diluyera en leche aguada. Desayuno no hubo, cada cual comió lo que tenía. A las siete, ya saíamos del hospedaje rumbo a... bueno, podría ser el coliseo del pueblo, aunque era en realidad una cancha techada y cuyo suelo sufrió mucho durante el terremoto de Agosto. Allí había sido la actividad de la noche anterior (lo supimos por los letreros que quedaron).

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Aquí apreciando la neblina.

Acomodar las cosas, poner los globos y colgar carteles tomó sus buenas dos horas. Igual que en años anteriores, se harían juegos con los niños antes de repartir el chocolate caliente y el panetón, al final sería la repartición de regalos. Este año no habría obra teatral. A los niños se los dividiría en equipos llamados: azul, verde, amarillo, rojo y naranja.

A los niños de la sierra les encanta que les tomen fotos. Nos pasó en Huaraz, y nos pasó aquí también: dos chiquitos (un niño y una niña) no dejaban de rogar que les tomaran fotos, hasta a mi dueña, quien no suele ser muy afectuosa con los niños.
Sus fotos están akí, junto a todas las de la actividad :)

Antes de que empezaran los juegos, ya los del equipo azul ya jugaban matagente. Aquí dentro hacía más frío que en el exterior, y la neblina era igual de espesa, tanto que muchas de las fotos salieron oscuras y borrosas y terminaron siendo eliminadas.

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Preferí no acercarme demasiado, no vayan a pensar que era parte de las donaciones.


Los juegos duraron bastante, se les regalaron caramelos y yases a los niñitos. Era como si no sintieran frío.
Después se repartió el chocolate y el panetón. Alcanzó parar todos (niños y adultos) y hasta sobró. En un clima tan frío, sí tiene sentido la tradición del chocolate caliente por navidad.

Para la repartición de regalos, ya cada paquete tenía el nombre de un niño o niña asignado. Les gusta lo usual: muñecas, carritos y en especial pelotas. No habíamos terminado y ya los niños estaban jugando con las pelotas. Hubo uno, muy pequeño, feliz de haber recibido una pelota cuyo diámetro mediría lo mismo que él.

A la una y media de la tarde ya terminó la actividad y la neblina era menos espeza. Ya se podía ver el pueblo de Chocos y las montañas al frente, junto a su sistema de andenes. La neblina subía por la ladera de los cerros alejándose del pueblo. Casi no hubo tiempo de despedirse, después de llevar las donaciones que sobraron o que estaban destinadas a los añexos, al hospedaje municipal, trepamos a la combi (la misma) que nos llevaría de regreso y partimos hacia Cañete.

El camino de bajada es más rápido que el de subida. Se hizo una breve parada para cambiar la llanta (no a mí, a la combi) y otra junto a un grifo para comprar comida y permitir que la gente usara el baño. El grifo ya tenía puesto los adornitos de navidad y se notaba que era una construcción nueva. Ya para entonces, estábamos en la carretera, bordeada por chacras de choclo.

Llegamos a la terminal de Soyuz en Cañete antes de las cinco y media de la tarde. Aquí se compran los boletos y se abordan los buses a medida que éstos van saliendo, a diferencia del terminal de Lima, en el que se aborda el bus con la hora asignada. El boleto de Lima a Cañete costó 19 soles. El de Cañete a Lima sólo doce, aún no sabemoos porqué.

Antes de las ocho ya estábamos en Lima ciudad. En lugar de ir hasta la terminal de Soyuz que queda por la Av. México, Auraluz y Yelinna prefirieron bajar en la avenida Canadá, pues de allí era más fácil ir a sus casas. Mi dueña tuvo que ir hasta Javier Prado, pero el regreso a casa fué rápido y sin incidentes. A las ocho y media ya estábamos allí :D

Oscar nos envió videos!
http://youtube.com/watch?v=YygfqDH8rik

http://youtube.com/watch?v=mJW46-fH9bA

http://youtube.com/watch?v=e4E6sDQea-o

http://youtube.com/watch?v=9lEcEU-9e2s

http://youtube.com/watch?v=MmAHAuCDIQA

domingo, diciembre 09, 2007

Quebradas de Copa, Atacra y Pucullo (Domingo 2 de Diciembre)

Salida organizada por Bruno, nuestro guía, y líder de Brunotrek, quien realiza salidas todos los fines de semana. Se lo contacta por correo: brunotrekk@hotmail.com

Una parte del grupo nos reunimos el sábado a las cuatro de la tarde en el parque detrás del ex cine Orrantia, de donde salen colectivos hacia Chosica.

En total eran seis los caminantes: Bruno, Constante (Tano), Juan, Carlos, Samuel y Yelinna (mi dueña).

Durante el trayecto a San Mateo, Bruno nos contaba acerca del fenómeno "El Meganiño" que se da una vez cada milenio. Suele traer consigo lluvias, inundaciones inmensas y deslizamientos. Se dice que fué este fenómeno el que hizo desaparecer varias culturas pre-incas. Las inundaciones incluso llegarían a varios distritos de Lima capital.
Cuenta que aún hay huellas de esas inundaciones (las cuales los incas no llegaron a ver): inmensas rocas que están donde no deberían, rocas con cierto tipo de rosión, etc.

Pasamos la noche en San Mateo de Huanchor, la mitad en el hostal Las Américas, y la otra mitad (concretamente Bruno y mi dueña) en un Hostal ubicado frente al paradero de los micros que llegan a San Mateo. Mal lugar, pues había una discoteca cerca y casi no nos dejó dormir en toda la noche.
Estuvimos buen rato esperando a Tano, conocido también como Imhotep dado cierto aire a este personaje de la película (ya empezában a decir bromenado que, dado que el dios no se personificaba, no habían realziado los rituales de la forma correspondiente)

Salimos del hotel a las seis y media de la mañana y la gente aprovechó para tomar un vaso de quinua y maca en el puente sorbe el río Rímac. Cuesta apenas cincuenta céntimos :)

Tomamos transporte haica Río Blanco, donde estuvimos antes de las siete de la mañana. Tomamos el camino que lleva a la laguna Rapagna, el cual va por la quebrada Copa. Para llegar a Rapagna se va de frente, nosotros nos desviamos por la quebrada de Atacra. Según información dada por Bruno, el punto de inicio está a 3500 msnm.

Hacía sol, y dado que está empezando la temporada lluviosa, los cerros empiezan a verdear. Copa es una hermosa quebrada, a esta altura se llena de pastos y helechos.

Las fotos de la salida están akí.

Fué a eso de las diez de la mañana cuando nos encontramos con una curiosa casa donde exhibían la cornamenta de un venado y la cabeza de un zorro. Aquí el grupo aprovechó para descansar un rato y comer algo. A pesar del fuerte sol, corría un viento muy fuerte y helado. Más allá, cerca al camino, yacía una enorme roca blanca, muy distinta a los montes circundantes por lo que no creímos posible que fuera un simple desprendimiento ¿será que una antigua y gran corriente de agua la trajo hasta aquí?

En varias ocasiones vimos unas rocas formadas por cantos rodados. Los cantos rodados se forman cuando las piedras chocan entre sí en las corrientes de agua. Los sedimentos luego se petrificaron aprisionándolos.

Los Andes son las segundas montañas más jóvenes del mundo (las más jóvenes son las del Himalaya). Su origen se debe al choque entre las placas de Sudamérica y la de Nazca. En la cima de uno delos montes se veían unas placas o arrugas en la roca, Bruno dijo que eso se debía a la compresión (él es, lo que llamaríamos, un edafólogo autodidacta).

Ya en la quebrada de Atacra vimos más de esos famosos cantos rodados. A medida que ascendíamos la vegetación iba disminuyendo, hasta convertirse en pequeños grupos de pastos de colores inusuales (unos eran totalmente blancos) hasta plantas pequeñísimas con forma de rosas que crecían sorbe la tierra suelta, la cual una vez estuvo bajo nieve y hielo. Ya habíamos superado con creces los 4000 metros cuando nos encontramos con un grupo de llamas que se asustó al vernos. Había lo que parecían senderos que corrían entre los cerros, y creímos que por allí transitaban personas, mas Bruno nos aseguró que se trataban de pasos de vicuñas.

Llegamos al abra Yurcomachay a eso de las dos de la tarde. Para entonces Carlos e Imhotep ya habían desistido por culpa de la altura. Desde el abra es posible ver uno de los nevados de la Cordillera Central, a muchos muchos kilómetros de distancia según nos dijo Juan (Juanito). A 400 kilómetros hacia el norte, en dirección opuesta, se va a Huaraz. Uno de los nevados conservaba su nieve gracias a la protección de las montañas que lo rodeaban, cuyas sombrar lo protegían en parte de los rayos del sol.
Corría un viento despiadado por lo que nos quedamos apenas un momento, pero del otro lado los cerros bloqueaban el viento y ya casi no se sentía. Como ya atardecía, Bruno consideró regresar por el mismo camino, pero calculando la hora, dijo que podíamos estar en Choccna a las cuatro de la tarde... si la gente se apuraba.
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Detrás está el abra y el punto más alto: 4940 msnm. A esta altura apenas hay vegetación.

Fuimos en búsqueda de la laguna Jeulla (para ir a la laguna Ahuascocha ya no había tiempo), pero no encontramos laguna ya que ésta sólo se llena con las lluvias y aún no hay suficientes lluvias :(

En este punto tomamos la quebrada de Pucullo, la cual va descendiendo y se llena de pastos nuevamente. Es un paisaje hermoso: un horizonte inmenso, las montañas a lo lejos (y no tan lejos), cubiertos de verde, bajo el sol del atardecer. Mi dueña se puso un tanto eufórica y empezó a correr por el estrecho sendero que descendía suavemente.
La mejor parte fué cuando llegamos al cañón que forma el Río Blanco. Éste río, a diferencia del Perené, no depende de las lluvias para mantener su causal, por lo que tanto en la temporada seca como en la lluviosa sus aguas fluyen casi sin variación. Pasamos junto a paredes de roca que desafían la gravedad e inmensas rocas desprendidas que yacían sobre el río, quizás producto del terremoto de agosto.

Choccna quedaba al otro lado del río, y ya nos preguntábamos cómo íbamos a cruzarlo cuando vimos un puende, el cual se mecía tnato bajo nuestro peso como un puente colgante de varios metros de longitud (éste no tendría más de tres o cuatro metros de largo).

Llegamos a Choccna casi a las seis de la tarde. El pueblo parecía desierto, pero encontramos a alguien que nos dijo que el siguiente transporte hacia San Mateo llegaría en unos minutos y, sorprendentemente, así fué. Desde San Mateo (a donde estuvimos antes del anochecer) se encuentran varios micros que van hacia Chosica.
A Lima llegamos a eso de las nueve de la noche.

En contra de los pronósticos, no llovió, ni nevó, ni granizó. El recorrido total fue de 20 kilómetros, el punto más alto está a 4940 msnm y el más bajo (sin incluir el inicio) está a 3800 msnm.

Dado el desnivel y la distancia, creo que esta "Ruta de las Tres Quebradas" merece un nivel 4+.

jueves, noviembre 08, 2007

Nevado Anticona - 28 de Octubre

Anticona es (o mejor dicho: era) uno de los nevados de más fácil acceso cerca a Lima.
Esta salida fué organizada por el grupo Andex y nuestro guía fué Germán.

El punto de reunión fué el Museo de Arte de Lima a las 3pm del sábado. De allí tomamos carro hacia Chosica, y de allí a San Mateo de Huanchor.
Tuvimos que esperar casi dos horas hasta que apareció un carro que nos pudiera llevar a todos. Por ahí dijeron que había una fiesta patronal más arriba, que todo el mundo estaba allá, y por eso no bajaban carros :(

Ya eran más de las seis de la tarde cuando partimos hacia San Mateo.

Pasamos la noche en el Hostal Patrón. La gente dicidió ir a cenar al hostal Américas, el cual queda un poco más abajo, junto a la carretera. Frente al hostal han abierto un minimarket llamado "Maná" donde venden todas las cosas que se venden en los minimarkets en Lima, además de cosillas como alfajores y manjarblanco de tarma de distintos sabores: tradicional, lúcuma, fresa y chocolate. Mi dueña recomienda mucho el de lúcuma :D

Al día siguiente, después de desayunar, pudimos escuchar un poco acerca del comercio de queso en San Mateo: su precio suele variar según la temorada. En época de lluvias, cuando el pasto es abundante, las vacas dan más leche y esto hace que el precio del queso baje. En el mes de mayo es posible comprarlo a seis soles. En cambio en octubre ya ha subido a siete, pues ya es avanzada la temporada seca y aún faltan dos meses para que vuelvan las lluvias.

Partimos de San Mateo a eso de las ocho de la mañana. Nuestro destino fué el paradero de camiones en Ticlio, a 4810 msnm a donde llegamos después de menos de una hora de viaje en couster. Hacía frío, auqnue Guillermo nos aseguró que cuando sale el sol llega a hacer mucho calor allá, pero aún era muy temprano y estaba muy nublado.

Hace diez años, Anticona estaba cubierto de nieve y todo se veía blanco. Ahora, debido al calentamiento global, sólo quedan algunos montículos de nieve y hielo, los cuales no siempre se pueden encontrar, esta vez tuvimos suerte.
Apenas vió la nieve, mi dueña regresó a su edad mental de 5 años y se puso a jugar y a hacer bolitas. Es cierto lo que dicen en los libros: al caminar sobre la nieve ésta cruje.
A medida que avanzaba la mañana el cielo se iba despejando y empezaba a hacer calor. Se veía vapor levantarse del suelo, o quizás era la nieve sublimándose, no pudimos comprobarlo.

A eso de las diez de la mañana el cielo empezó a despejarse, por momentos, mientras brillaba el sol, empezaba a granizar.

Y aquí estoy yo en la nieve:

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Y esta es una foto del mismo sitio pero desde una perpectiva más realista:

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Y aquí otra más, imaginando que recorremos senderos congelados:

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Aquí Yelinna hizo su primer muñeco de nieve. No medía más de 15 centímetros, pero es algo (al regreso ya se estaba derritiendo así que lo eutanizaron de una patada).

Las fotos de la salida están akí :D

Después de jugar en la nieve, caminar sobre ella y comprobar su profundidad (y de que la nieve cruje al pisarla), y tomarnos muchas fotos, fuimos cuesta arriba hasta una parte en que la ladera se hacía más escarpada y había que trepar, no todos pudieron porque los guías no lo permitieron, era algo arriesgado. Mi dueña, junto con un grupito más, llegaron hasta la mitad del ascenso. Cuenta Germán que más arriba ya era difícil subir, y no había más espacio que los tres que lograron ascender. Germán llevó una cuerda para escalar, pero nunca la usamos.
Ya arriba el cielo se nubló y empezó a nevar. Hacía frío, pero no tanto como para recordar que estábamos a más de 5000 msnm.
El descenso siempre es más difícil, se tiene que bajar de forma casi sentada, agarrándose de la pared de roca al lado. Se ve más difícil de lo que en realidad es.

A la una nos dimos un tiempo para comery para que Germán nos diera un pequeño curso de orientación. Se necesita un mapa con información topográfica, una brújula y una "curva", pequeño instrumento para medir distancias en un mapa. El mapa se alinea con la brújula hacia el norte, y según las características del lugar, puntos conocidos, etc. se puede saber la ubicación en el mapa. La "curva" posee una pequeña rueda la cual va registrando el equivalente sobre el mapa de la distancia recorrida. El verdadero nombre de este instrumento es "curvímetro".

Para saber más sobre orientación:
http://www.conquismania.cl/especial/hechas/orientacion.htm
http://www.lospatos4x4.com/consejos/orientacion.htm

Iniciamos el descenso bajo el sol. Esta caminata fué bastante breve. A las dos de la tarde ya estábamos de regreso en el paradero de camiones de Ticlio.
Aquí nos encontramos con que estaban trasquilando llamas en el interior de una casa. El procedimiento es el mismo que con las ovejas.
Esperamos una media hora hasta que la movilidad contratada vino por nosotros. Antes de las cuatro, ya estábamos frente al restuarant Las Américas. Después de usar los baños disponibles al lado del Minimarket, arreglar las cosas y descansar un poco, fuimos al restaurante a comer algo.

Aquí nos enfrascamos con los guías en una larga conversación acerca de las rutas de trekking que existen en Perú, mientras la movilidad iba a hacer unas cosas a San Mateo, para luego regresar con nosotros.
El camino Inca se ha vuelto una ruta muy especial. Es cara, y para ingresar se necesita hacerlo por agencia, y reservar un lugar en la lista de ingreso con anticipación, pues sólo se permiten 500 personas por día. En las agencias te da todo lo que necesitas para el viaje, sólo debes llevar tu ropa. Para los extranjeros, la mayoría más comodones, hay paquetes, más costosos, que incluyen son sólo al guía, la carpa, la bolsa de dormir, la comida y los porteadores, sino todo un buffet para escoger, mesas y sillas con toldo para almorzar, cenar o desayunar. Cada agencia tiene sus clientes y se encargan de ellos. Ir al Camino Inca es para gastarse no menos de 300 dólares, si es con todas las comdidades la cifra puede ser diez veces mayor. Incluso contaron de paquetes turísticos para extranjeros en los que la agencia contratada los espera en el aeropuerto, ellos mismos los llevan al hotel, los sacan, los llevan a los lugares programados y los devuelven al final al avión. Así el turista no ha tenido más contacto que sus guías y lo que ellos le han mostrado. Aparte de todas las comodidades.

Sí, aquí aún nos estamos preguntando cuál es la gracia!!!

Ya estaban cerrando elr estaurante y aún no llegaba nuestra movilidad. Ya nos estaban botando y aún no llegaba (rogamos por que nos dejaran quedarnos). Ya se habían ido todos los demás clientes y aún no llegaba. Ya nos estaban mirando mal y aún no llegaba. Ya estaban cerrando ventanas y puertas y aún no llegaba. Ya estaban por encender las luces cuando, ya después de las cinco de la tarde, nuestra movilidad por fin llegó y la señora del restaurante pudo librarse de nosotros.

Con la movilidad acordamos que nos llevaría hasta el cine Orrantia, por lo que el viaje fué muy cómodo, Yelinna no tuvo a nadie en el asiento de al lado y pudo literalmente viajar acostada.
Ojalá siemrpe fuera así, especialmente en los viajes de doce horas a la selva!!

viernes, noviembre 02, 2007

Más fotos

Guillermo nos ha enviado más fotos de Marcahuasi. Akí está el link :D

domingo, octubre 14, 2007

Marcahuasi: 6, 7 y 8 de Octubre

Salida organizada por el grupo Andex, nuestro guía fué Luis Zavala.

Marcahuasi es una mesete ubicada en la provincia de Huarochirí, a 4000 msnm, y destino usual para quienes desean ir a acampar por el fin de semana.

Para llegar hasta allá se toman los carros que salen desde Chosica al pueblo de San Pedro de Casta, a un par de horas de viaje.

El punto de reunión fué a las siete de la mañana en la puerta del Museo de Arte de Lima y partíamos hacia Chosica 45 minutos después. Ya allí tomamos el micro que nos llevaría a San Pedro de Casta. Para llegar allá pasamos por Huinco, donde no encontramos a la señora que suele vender papa rellena, una pena.
A San Pedro de Casta llegamos después del mediodía.

En el micro nos encontramos con un grupito de estudiantes de la universidad San Martín, de la facultad de turismo, quienes contaron que dentro de esa facultad se suelen organizar salidas para los estudiantes.

Desde San Pedro de Casta a Marcahuasi son tres horas más. Aquí existe la posibilidad de alquilar burros para que lleven el equipaje. En realidad la gente que los alquila realmente se esfuerza por convencer a la gente para que alquilen sus animales, hasta incluso desaniman a quien insiste en cargar sus propias cosas. Mi dueña, que se obstinó en cargar su propia mochila de 40 litros, tuvo que oír comentarios como "el camino es empinado" (lo cual no es cierto, ya que si va de subida, la pendiente es bastante suave).
Hacía calor, mucho sol y la ruta asciende por una trocha polvorienta. A Marcahuasi va incluso gente que no está aclimatada a la altura, por lo que se les hacía pesado subir incluso sin cargar nada. A mitad de camino nos enteramos que también se pueden alquilar caballos para quienes no desean hacer el camino a pie.

En San Pedro de Casta nos encontramos con Jean Sebastian, de Francia, que pasaba unos meses en Perú y visitaba Marcahuasi, solo y por su cuenta.

Llegamos a la cabaña de Daniel Ruzo a las cinco de la tarde. Aún faltaba buena parte del grupo así que quienes ya habían llegado aprovecharon para descansar y comer algo.

Daniel Ruzo fué un científico y explorador peruano que pasó 15 años de su vida en Marcahuasi, haciendo estudios. A primera vista las formas que se ven en las rocas parecen estar esculpidas, pero en realidad son el resultado de la erosión. Incluso la forma redondeada de muchas de ellas sugieren que fueron erosionadas por agua o hielo. Esto no es difícil de imaginar. Hace un par de siglos, en Huarochirí, se encontraba hielo y nieve a poco más de 3000 msnm cerca a California (sí, hay un sitio llamado California cerca a Chosica) en lo que ahora se llama Nieve-Nieve.
Se sabe que las rocas en Marcahuasi son lava y cuentan con algunos miles de años de antigüedad. El famoso Monumento a la Humanidad es toda una escultura para la imaginación: se dice que se pueden ver, desde distintos ángulos y a distintas horas, más de veinte rostros humanos.

Las fotos del viaje está akí.

Lo más lógico es que usáramos la cabaña de Ruzo para pasar la noche, pero el grupo prefirió acampar. Dado que había poco espacio, la carpa de mi dueña terminó siendo la más alejada del grupo :(


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Aquí se pueden ver las rocas y las formas que adoptan. El campamento estaba más abajo.

Las noches en Marcahuasi son muy despejadas, al menos en esta época del año. Se puede ver hasta la franja de luz conocida como la "Vía Láctea". Se dice que se ven OVNIS en este lugar, pero hacía tanto frío que preferimos permanecer dentro de las carpas a mirar las estrellas.
Será para la próxima :)

A la mañana siguiente Jean Sebastian se despidió de nosotros, y partimos rumbo a la meseta. A pesar de que despertamos a las siete de la mañana, recién partims a las diez. Tuvimos tiempo de secar la ropa y las carpas al sol y admirar el hermoso paisaje.

Caminamos durante poco menos de media hora, pasando por la planicie donde están las chulpas y las ruinas. Desde donde dejamos las cosas (las mochilas más pesada) se divisaba el Anfiteatro, y un poco más allá, estaban los precipicios famosos. Nos contaba Luis que la erosión ha borrado muchas de las formas que se veían hace más de diez años atrás. Por ejemplo, el Alquimista (una forma que recordaba a un hombre con turbante) ya no existe, y La Tortuga ya no está tan definida como antes. Debido al cambio climático de los últimos años la erosión ha sido más intensa. Las formas antiguas han desaparecido, y otras aparecerán en su lugar, pero ninguna será permanente.
Tomamos varias fotos de La Tortuga, con la intención de, si es posible, comparar las fotos de ahora con las que se tomen dentro de diez años, pues Luis no conserva fotos de la década de los ochentas.

Ahora, una foto de los precipicios (se ven más impresionantes en la vida real!):

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Tomamos rumbo hacia La Fortaleza, que es en realidad una formación rocosa situada en la cima de una pequeña montaña. Para llegar hasta allí pasamos por una laguna apenas con agua, la cual se llena durante la época de lluvias. Esta laguna está situada en medio de los lejanos muros de piedra que, en un principio, mi dueña confundió con La Fortaleza. Estos muros rodean una planicie donde está situada la laguna, aquí encontramos varias vacas pastando.
Por momentos se escuchaban truenos lejanos. Luis nos dijo que no eran de tormentas con lluvia, sino de tormentas eléctricas. No me hubiera sorprendido si hubiera llvido, aunque estemos en la temporada seca.
En el camino nos encontramos con un grupo de estudiantes del instituto Cenfotour, quienes nos dijeron que estaban haciendo puntos para un curso y que su profesor los acompañana. El grupo de Cenfotour era grande, más de 30 personas.

Descansamos una media hora antes de volver a donde el grupo había dejado las cosas al cuidado de un chico de la zona. AL regresar allí aprovechamos para almorzar (ya era más de la una de la tarde).
Pasamos por el Anfiteatro, el lugar preferido para acampar, de camino hacia Chaucca, el pueblo fantasma.
Durante este trayecto, de las diecisiete personas que era el grupo original (quince mas los dos guías), cinco desistieron y fueron a buscar una ruta más cómoda para regresar a Lima. El camino era largo y se tenía que subir y bajar colinas de, felizmente, poca pendiente (más o menos).
En esta parte ya no había arrieros para contratar. Seguía haciendo mucho calor, aunque por momentos el sol parecía querer ocultarse.

Llegamos al pueblo Fantasma poco antes del anochecer. Acampamos al lado de la Iglesia de Chaucca. Todos los demás lugares eran muy pequeños, o no estaban limpios ya que éste pueblo no está abandonado del todo, al menos una familia vivía allí en el momento en que llegamos y tenían un burro en lo que parecía un corral y varios perros que nos ladraban al acercarnos a las casas que quedan detrás de la Iglesia.
El suelo se dividió en "lotes" donde iría cada carpa. Mi dueña bromeaba diciendoq ue se parecía a cómo los españoles, al fundar una ciudad, repartían los solares y los terrenos. Los demás, en broma, decían dónde debía ir "la plaza mayor". Como "trabajo comunitario" la gente se dedicó a limpiar un poco más el suelo y quitar las piedras.

Después de cenar y conversar un rato fuimos a dormir. Yelinna creyó que los grillos no la dejarían dormir, pero éstos no fueron nada comparada a la bulla que metió el burro en dos ocasiones durante la noche y los perros que le ladraban. La tercera fué al amanecer por lo que ya no volvimos a dormir.

Durante el desayuno, Luis comentó que no le gustaba acampar cerca a una iglesia "Es un lugar donde se descargan muchas emociones" dijo. Pero ni yo ni mi dueña sentimos nada especial.

El pueblo incluía una comodidad adicional: un caño con su lavadero :D :D

Abandonamos Chaucca después de las diez de la mañana del lunes. Una hora después alcanábamos el abra, desde donde el camino empezaba a descender. A partir de aquí debíamos ascender 300 metros y descender 1000 por entre los cerros.

Al Potrero llegamos después del mediodía. Aquí encontramos varios caballos, grandes y hermosos, incluso uno estaba tan gordo que creímos que sería una yegua preñada. Un joven lo montaba, acompañado por su burro, y nos adelantaron casi de inmediato.
El descenso fué bastante empinado, especialmente porque, para acortar camino en algunos tramos, no seguíamos la carretera, sino el camino de herradura lleno de piedras y que descendía con mayor rapidez. Nos encontramos con gente llevando a sus burros llenos de carga.
Aún así el camino fué corto, aunque pesado por el polvo, en cantidades impresionante, y las piedras. Llegamos a Canchacalla poco antes de las 2:30 pm. Aquí la gente aprovechó para lavarse, comprar la gaseosa por la que tanto suplicaban (desde el desayuno!) y descansar. Esperábamos el micro que nos llevaría a Chosica. Éste tardó más de lo previsto. Recién se puso en marcha a las 4:30pm e iba a la velocidad de las placas tectónicas. Se detenía en cada caserío, hasta media hora, llamando pasajeros, aunque el carro ya estaba más que lleno. Fué un viaje bastante incómodo, especialmente para la gente que estaba de pie. Estuvimos en Chosica antes de las ocho de la noche, cuando lo habitual es que el viaje desde Canchacalla no lleve más de tres horas.

Ya desde Chosica, es fácil hallar transporte a Lima.

Y ahora, con una mezcla de historia y esoterismo, más información sobre Daniel Ruzo:
http://legadocosmico.com/marcahuasi.html
http://sergioluna.com/net/portal/marcahuasi.htm

Más datos sobre Marcahuasi:
http://nomadex.blogspot.com/2007/04/marcahuasi-se-encuentra-ubicado-en-el.html

sábado, setiembre 15, 2007

Choccna - Laguna Puchus (9 de Setiembre 2007)

Salida organizada por AirePuro. El sábado 8 nos reunimos a las siete de la noche en el paradero de San Mateo en Chosica para partir hacia San Mateo de Huanchor. Allí nos encontramos con Richi, el guía, quien esperaba a Ricardo, quien había participado del Apu Raid en el 2001 y ganado :) Él nos contaba luego que viene de un pueblo en Illinois llamado, curiosamente, Perú, fundado en 1821 en honor a la independencia del Perú. Además dijo que son varios los pueblos que se llaman "Perú", y que cuando oyen ese nombre no suelen pensar en este país sino en sus poblados.

Pasamos la noche en San Mateo de Huanchor a donde llegamos a las diez. Aquí nos encontramos nuevamente con Auraluz y David Ojeda (quien nos acompañó en Yauyos) que además contaba que no ha salido en cuatro meses, por lo que no está en su mejor condición, pero eso se puede arreglar.

Lo recomendable es comprar qué comer la noche anterior, ya que al día siguiente no hubo tiempo de desayunar. Dejamos el hostal Patrón a las seis y media. Para entonces las camionetas que nos llevarían a Choccna ya nos estaban esperando. Partimos a las siete y cuarto y llegamos a Choccna media hora después.

A pesar de que ya no es época de lluvias (de Diciembre a Marzo) el cuelo se veía oscuro y con muchas nubes. El paisaje está un tanto seco, pero hay mucha vegetación mayormente compuesta por plantas espinosas y cactus. también encontramos una planta de flores azules cuyas semillas crecen en vainas.

Akí hay fotos!

A medida que pasaban las horas el sol se fué asomando entre las nubes. El camino iba de subida y era empinado. El abra estaba más o menos a la mitad del recorrido. Aquí nos encontramos con unas rocas que recordaban a las de Huayllay:


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Las curiosas rocas están allá al fondo :)

El abra se ubica a 4300 msnm. De lejos estas rocas podrían confundirse con ruinas.

Llega un momento en que el camino desaparece y hay que saltar entre las rocas e ir ascendiendo por donde dirigen los guías. La laguna Puchus no estan conocida como Rapagna o Nevería, pero como se puede ver en estas fotos no tiene nada qué envidiarles, incluso a diferencia de Rapagna o Neveeía, es posible darle un rodeo y verla desde distintos ángulos. Desde el otro extremo refleja el cielo y las montañas como un espejo.


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Aquí desde e lado menos interesante de la laguna y el que se ve primero al llegar.

A la laguna llegamos después del mediodía y permanecimos hasta las dos de la tarde. Hubo tiempo para descansar, comer y dormir un rato. Hacía sol y al tumbarse bajo sus rayos se sentía calor. A lo lejos habían algunas aves que parecían estar en pleno cortejo. Cuando alguien se acercaba demasiado, una de ellas lanzaba fuertes ¿graznidos? Por ahí alguien dijo que eran patos, pero a mí no me parecieron patos, aunque estaban bastante lejos para identificarlos.
Ya nos alistábamos para irnos cuando se puso nublado nuevamente y cayó una ligerísima nevada (eso creemos que era, pues el hielo que caía del cielo era muy delicado para ser granizo).

Regresamos por el mismo camino. De bajada se sentía aú más empinado, y había que descender con cuidado. A pesar de todas las precauciones no faltaron resbalones y algunas caídas, nada grave felizmente. Richi dijo que incluso se pudo ver un cóndor. Mi dueña y yo nos lo perdimos :(

Después del abra, y un poco más allá, ya era posible ver Choccna, pero aún estaba muy lejos. Por momentos el camino parecía alejarse, incluso ascender, rodear los cerros y perderse, pero Richi nos aseguró que ñése era el camino correcto. La tarde avanzaba con rapidez. Todo el cielo se llenó de nubes más oscuras.

Descender una ladera de montaña es fastidioso, la gravedad intenta hacer ir más rápido, incluyendo una buena caída entre/sobre los arbustos y los cactus. Las plantas de la sierra se especializan en cubrirse de afiladas espinas.

Ya eran las cinco de la tarde y ya estábamos casi en Choccna cuando, ignorando en qué estación estamos, empezó a llover. Primero fué una llovizna como las de Lima (un poco más fuerte) para luego convertirse en una lluvia de sierra (aunque no llegó a ser un aguacero). Felizmente ya habíamos llegado y la gente se refugió en las camionetas, que ya nos esperaban. Una suerte, porque mi dueña no llevó ropa impermeable (¡No es época de lluvias, repito!!).

Llovió y llovió, mas cuando llegamos a San Mateo de Huanchor ya había parado de llover. Las calles estaban mojadas, e hicimos una parada en el Hostal Patrón para arreglar las cosas y que la gente pudiera suar el baño y cambiarse de ropa. Aquí Yelinna quiere agradecer a David que le haya prestado su bastón de trekkin y promete comprarse uno para antes de Octubre (o al menos hará lo posible).

Desde San Mateo de Huanchor tomamos un micro a Chosica y de aquí de regreso a Lima a donde estuvimos antes de las diez de la noche (mi dueña y yo no nos detuvimos en la casa de Chaclacayo donde la abuela porque mi dueña debía estar en la facultad temprano el lunes).

lunes, agosto 06, 2007

28 - 30 de Julio: La Merced - Satipo - Pichanaki (Provincia de Chanchamayo - Junín)

Viaje organizado por Mario López, uno de los guías de Andex y con quien fuimos a las Islas Palomino en Febrero, pero de forma aparte al club Andex.

Salimos la noche del viernes 27 de Julio desde el terminal de buses de la empresa La Merced, a las 9:45 pm, y pasamos por:

11:00 pm: Chosica
11:30 pm: peaje de Corcona. Hubo un embotellamiento endemoniado debido al pesaje de vehículos.
1:00 am: Matucana
1:45 am: San Mateo
3:30 am: La Oroya
4:40 am: Tarma
6:15 am: San Ramón
6:45 am: La Merced

En el terminal de La Merced esperamos a los carros que nos llevarían a Pichanaki. Después de que Mario comprara los pasajes de regreso, partimos a eso de las siete de la mañana.
Pichanaki está a 700 msnm. Toda la parte de la Selva que está por encima de los 500 o incluso 300 msnm se considera selva alta. Aquí no hace tanto calor, a lo mucho como el verano en Lima. Normalmente amanece soleado, pero este año ha ocurrido un "friaje" inusual, las mañanas son un tanto frías y nubladas. Luego nos contaron que este frío arruinó la cosecha de mangos :(

Una hora después llegamos al puente Quimiri el cual está sobre el río Chanchamayo y ya tiene más de cien años. Los primeros españoles que llegaron a esta región, allá por el siglo XVI, se asentaron primero donde está este puente, pero debido a la hostilidad de los nativos que poblaban esta parte de la selva, tuvieron que irse a donde ahora está San Ramón.

El puente lleva hacia otro camino que conduce hacia donde hay chacras y una mina de zinc. Antes por los relaves el río solía estar más contaminado, ahora ha disminuido un tanto, pero no del todo. El mismo problema con las minas hemos visto en Pasco.

A la entrada del puente se pueden comprar jugo de frutas: carambola o cocona, también naranja.

Fuimos a un restaurante llamado El Tinku a desayunar, justo en el sitio donde el río Chanchamayo y el Paucartambo se unen formando el Perené, el cual ya es navegable (el lugar donde se unen dos ríos se conoce como el tingo). Estos meses son época seca en la selva, pero cuando caen las lluvias los ríos aumentan muchísimo su caudal, ahora están apenas con agua.

Todo esto ya es la cuenca del Amazonas. El Chanchamayo se forma con la unión de los ríos Tarma y Tulumayo. El río Perené se une con el Ene para formar el Tambo, el cual va hacia la región de Ucayali. Allá el Tambo se une con el Urubamba para formar el río Ucayali, ya en la Selva Baja, el cual va hacia la región Loreto. Allá se une con el Río Marañón para formar el Amazonas. Así, con suficientes días, se puede navegar desde el Perené, cerca a Mazamari, ir por el Tambo, tomar el río Ucayali, pasar por la ciudad de Pucallpa, navegar por el Amazonas y llegar hasta Iquitos (hay embarcaciones que hacen la travesías de 4 días Pucallpa-Iquitos por río). Mario contó que siguiendo el Amazonas, fácilmente se puede ir a Brasil.

Es más fácil ubicarse con el mapa.

A eso de las once de la mañana, fuimos al Jardín Botánico, el cual tiene unas 2000 variedades de plantas, desde la del ayahuasca 8conocida como "lazo de la muerte" porque es una enredadera) con la que se prepara un alucinógeno, hasta la uña de gato, que es otra enredadera, ambas muy gruesas. A la uña de gato se la reconoce por sus espinas, pero lo que se usa en realidad es la corteza. En realidad hay varias especies de uña de gato, la que se usa por sus propiedades medicinales es la variedad Uncaria Tomentosa.

Luego fuimos a la comunidad nativa de Pampa Michi. Allí, los nativos, para recibir a los visitantes, les hacen ponerse tus trajes típicos y escuchar la historia de la comunidad contada por su jefe.
Los indios Ashaninkas usan arco y flecha para cazar animales en la selva. Imitan el canto de las crías de las aves para atraerlas y atraparlas. Este canto es muy parecido al de las palomas.
Sus antepasados vinieron desde una región de la Selva Baja conocida actualmente como El Gran Pajatén, hace unos mil años. Se cuenta que mucho tiempo después llegaron hasta aquí un español, un italiano y un francés. El español se llamaba Michael, pero com los nativos entonces no hablaban español sólo podían pronunciar "Michi", por lo que este lugar pasó a llamarse Pampa Michi.
Los nativos que habitan hoy en la zona son la tercera generación de aquellos que llamaban "Michi" a Michael, y todos son bilingües: hablan el idioma asháninka y el español por igual.

Luego de un baile en el que hacen bailar también a los visitantes, pasan a conducirlos a los puestos donde venden sus artesanías: collares, pulseras, arcos y flechas, colgantes, ropa, bolsos...

Desùés de comprar algunas cosas, fuimos a las cascadas de Bayoz y Velo de la Novia. Un camino lleva a una bifurcación que dice lleva por un lado a la de Bayoz (a 350 metros) y por otro a la del velo de la Novia (a 300 metros). Para ingresar hay que pagar un sol para cada cascada, este dinero se destina a su mantenimiento y limpieza. A pesar de que la del Velo es más impresionante, la de Bayos es mejor porque se puede nadar en las varias piscinas naturales que posee la cascada. En el camino que lleva hacia ambas hay una pequeña feria donde venden comida, incluso uno de los puestos (un pequeño restaurante) tenía un tigrillo de mascota en el techo. Para llegar a las cascadas hay que subir por un camino húmedo, con escalones y barandas para evitar que la gente se mate al resbalar en el lodo. Hay mucha gente pues, como mario nos explicó, este es el equivalente a la playa para la gente que vive en esta zona, y es fácil comprobarlo: casi no se ven turistas.
Aquí también venden choclo con queso, el mismo que se puede encontrar en la sierra.

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Estuvimos de regreso en Pichanaki a eso de las cinco y media de la tarde y el almuerzo-cena fué al anochecer. Se podía pedir carnes de distintos tipos: pescado, venado, zamaño, cerdo, ya fuera en chicharrón o bisteck, acompañado de papas, arroz y plátano frito. Los licores eran de café, crema de cacao o uña de gato. También se podía pedir cerveza y gaseosa.
Aquí la luna brilla con una luz purísima, y se ve más grande y nítida que en la costa. Estábamos en las afueras de Pichanaki, en donde sólo hay unas cuantas casas lejanas entre las plantas y las chacras. Había varios restaurantes para turistas cerca unos de otros, pero la zona es solitaria, y al anochecer, muy oscura. Desde allí, estábamos a pocos minutos del hospedaje.

El hospedaje nos recordó, a mi dueña y a mí, a los hospedajes de San Mateo de Huanchor, con al diferencia de que allá suelen meter tantas camas como sea posible a los cuartos, mientras que aquí mi dueña tuvo una habitación para ella sola :D :D :D No tenía baño, éste estaba en el pasillo, igual que en San Mateo de Huanchor, pero son tantas las veces que hemos pasado la noche en San Mateo que esto ya ni se siente y menos se considera una molestia. En cambio tener una habitación propia es todo un lujo :D :D :D

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Domingo 29

Eran las ocho de la mañana cuando partimos hacia Satipo, y llegamos una hora después. Pichanaki tiene algo que hace recordar la parte de Chosica donde está el mercado donde venden fuegos artificiales por Año Nuevo y Navidad.
En realidad todas las ciudades y pueblos del Perú tienen algo en común: todos poseen una plaza o parque principal, a su alrededor hay varios comercios y tiendas, y también la Iglesia Principal. La Plaza Mayor de Lima se ubica en el distrito de Cercado de Lima, por ejemplo, pero esta ciudad es tan grande que prácticamente cada distrito tiene su parque principal, en cuyo alrededor también hay muchos comercios, restaurantes y tiendas. Así la plaza principal de Huancayo se parecía mucho al parque de Jesús Maria en Lima y la parte de su mercado por la avenida Garzón.

En el parque de Satipo crecen unos árboles que a primera vista confundimos con pacae, ya que de sus ramas colgaban unas vainas semejantes. Mario nos dijo que no eran pacae, éstos árboles tiene las hojas compuestas, y el pacae las tiene grandes. Éstos árboles, llamados Ponciano, también hay en Lima, pero no florecen ni dan vainas a causa del frío.

Para el desayuno había mucho para elegir: pollo, doncella (el pescado de río que más se consume por estos lares), tacacho y cecina... Yelinna pidió simplemente Tacacho, que es una bola de plátano y arroz, acompañada por un poco de ensalada de cebolla muy picante. Se suele servir con cecina, que es carne de cerdo.

Nos acompañaron un español: Jose, y una española: Lorena. Ella es de la región de Galicia, y nos contó de dónde el origen de los chistes de gallegos:
"Hace muchos años, Galicia era una región pobre. La gente emigraba hacia otras partes de España, incluso llegaron hasta Argentina. Como eran personas de escasa educación, los chistes que originalmente se conocían como "Chistes de Lepe", empezaron a llamarse "chistes de gallegos", hasta el punto que ya no tenían nada que ver con la cultura gallega.
Como ejemplo, está la "internetmente" famosa "Carta de una Madre Gallega".

El café de Satipo es diferente al de la costa. Una de las señoras se quejó que olía a comino, pero es que el café de esta región es así. Tiene un color diferente también, como si estuviera mezclado con chocolate, pero deben creerle a mi dueña: es riquísimo. Ella hubiera querido comprarse un poco para llevar a casa, pero como era Doming la mayoría de las tiendas estaban cerradas.

Chanchamayo es zona de cultivo de café. También se cultivan carambola, cocona, plátano, piña, aguaje y naranjas.

Algo que se debe recordar al comer en un restaurante en provincia es que el servicio tiende a ser bastante lento, suelen tomarse su tiempo para preparar la comida. Sólo debo decir que eran las once y media cuando se terminó de desayunar.

Fuimos camino hacia la cascada de Tsomonnari, cerca a Río Negro. Nos detuvimos un momento a la orilla del Perené, donde hacían paseos en bote, sólo duraban unos minutos, pero nos llevaron hasta una pequeña playa de cantos rodados en medio del río, la cual queda bajo el agua cuando el Perené aumenta su caudal.

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El paisaje desde aquí es hermoso. Hacía mucho sol y calor, y el río parecía brillar. Nadia intentaba hacer que las piedritas que lanzaba rebotaran sobre el agua, pro el único que logró hacerlo fué Jose.

En la cascada Tsomonnari existe una pequeña poza de poca profundidad donde se puede nadar, y más abajo, una piscina que se llena de la misma agua que viene desde la cascada. "Aquí no se siente el olor a cloro" afirma Mario, y después Nadia aseguró que aquella agua deja la piel más suave.
Sucedió que junto a la piscina, un periquito se voló de sus dueños y cayó a la piscina. Cuando lo notamos, Mario lo tenía en su dedo, al sol, para que se secara. Él nos contaba cómo a las aves no les gusta el agua, y que antes de que llueva, se esconden y ya no se las ve.
Mario incluso dijo que es más fácil ver loros en la ciudad de Lima que en muchos lugares de la selva. Lima tiene una población nada despreciable de loros. Todo empezó cuando algunos se escaparon de los vendedores de pájaros y del Parque de las Leyendas hace ya casi veinte años (la primera vez que mi dueña los escuchó fué en 1990). Estos loros fugitivos se juntaron, anidaron en las palmeras, se alimentaron de las bolitas rojas que crecen en los árboles, y su población aumentó. Desafían el frío, el smog, y vuelan descaradamente sobre las combis de la Av. Abancay, sobre los árboles de Pueblo Libre y La Molina, sobre el Ex Cine Orrantia en la avenida Javier Prado... se los ha visto y escuchado por toda la ciudad. Y no son loros cualquiera: son grandes, de cabeza roja y vuelan gritando. Al posarse sobre los árboles se confunden con el follaje y desafían a los cernícalos que devoran palomas bajo este cielo gris...

Tanto en Lima como en La Merced hay golondrinas. Las de la capital tienen las alas negras y el pecho blanco y se las ve sobre todo en La Molina y en Chaclacayo, cuando no hace frío, preferiblemente hacia fines del verano. En el 2005 y parte del 2006 era difícil no verlas volando como saetas casi al ras del suelo en la Facultad de Ingeniería de la Universidad San Martín, pues la mayor parte de esta facultad es un descampado cubierto de pasto que es una lástima. Pero a las golondrinas les encanta. En cambio las de la Merced son más pequeñas, totalmente negras, y vuelan muy alto, entre las palmeras.
Otra diferencia son los gallinazos: los de Lima son negros, un cruce entre buitre y cuervo, y viven mayormente a las orillas del Río Rímac, pero también se los ha visto volando en círculos en La Molina. Los gallinazos de La Merced tiene mejor aspecto: vuelan por la selva, y los bordes de sus alas son amarillos.

Sí, Yelinna es una observadora de fauna urbana: en Lima hay mucho qué observar: picaflores, gorriones, palomas de todas clases, chihuillos, murciélagos, libélulas (si hay suerte), grillos, arañas, polillas (algunas tan grandes como pájaros), mariposas... no hay que ir muy lejos para hallar detalles interesantes :)

En la Merced es fácil encontrar árboles con nidos del paucar. Cuelgan de las ramas como sacos y generalmente son nidos abandonados. El Paucar es un pájaro amarillo con las alas negras. Una historia cuenta que se trataba de un niño que vestía de amarillo y negro y que le gustaba molestar a los campesinos con sus chismorreos, entonces como castigo a sus travesuras, un hada lo convirtió en ave, por ello el canto del Paucar imita a los silbidos de la gente.

Volviendo al periquito que cayó en la piscina, él se encuentra bien. Se encariñó con Yelinna, una vez pasó a su dedo, no quiso soltarla ni aún cuando su dueña, una niñita de cinco o seis años, lo reclamaba. ¿habrá sido porque Yelinna no dejó de acariciarlo e intentar darle de besitos?

Una parada obligatoria es donde está "Chanchamayo Highlands Coffe". Llegamos allá cuando el cielo empezaba a oscurecer. Es una tienda y a la vez una exposición. Allí, el mismo dueño recibe a los visitantes y les cuenta un poco la historia de la empresa.
Allá por los ochentas y los noventas, la empresa decayó a causa del terrorismo, a la vez que en norteamérica no deseaban comprar el café peruano debido a que decían que se explotaba a los trabajadores. Así que se les ocurrió poner el nombre en inglés. Cuando los norteamericanos supieron que el café que iban a comprar era peruano ya era demasiado tarde para decir que No. Los contratos y las rutas de comercio ya estaban listas.

El grano de café es rojo cuando está maduro. Se le saca la cáscara y se lo lava 48 horas. El agua del lavado y las cáscaras se usan como fertilizante por su alto contenido de potasio y otros minerales. Los granos de café se secan 40 horas más antes de tostarse.
Las características de un buen café, como decía el dueño, eran el color, la textura, el aroma y el sabor. Mientras va explicando, varias jovencitas traen bandejas con degustaciones de cada bebida que se vende allí: Crema de cacao, licor de naranja, licor de uña de gato, nectar de carambola o cocona, café gourmet, licor de café, el licor conocido como 7 Raíces, que es una mezcla de uña de gato con otras 6 raíces medicinales.
También venden caramelos de uña de gato y maca, harina de coca (un energizante), distintos tipos de café, polos y llaveritos. Después de comprar, regresamos a La Merced, ya de noche.

A las siete nos detuvimos en el parque de La Merced a comer algo y, como sobraba tiempo, dar una vuelta por los puestos de artesanías y el parque. Algo que no se debe olvidar comprar es la miel de Chanchamayo. Tiene algo que la hace diferente a la miel que normalmente se vende en las ferias Artesaales (que generalmente viene de la sierra). No es que sea mejor o peor, es diferente, tiene muy buen sabor y vale la pena llevarse un poco. El frasco de un cuarto suele venderse a ocho soles, pero hay puestos donde está a siete.

El bus de regreso a Lima salía a las nueve por lo que estuvimos en la terminal media hora antes.
En realidad salió a las nueve y media. Pasamos por:
11:30pm: Tarma
12:40 am: La Oroya
2:10 - 2:30 am: parada en Chicla.
A partir de aquí el bus fué a velocidad de vértigo, hacia las cuatro de la mañana ya estábamos en Chaclacayo, y a las 5:30 am en el terminal de la Av. Javier Prado.

Una mala noticia: Yahoo Photos va a ser cancelado así que estamos por migrar las fotos a Flickr. Una lástima, Yelinna tenía cientos de fotos en yahoo.

Por ello las fotos de todo este viaje están akí :)

viernes, julio 06, 2007

29 de Junio - 1 de Julio : Rúpac - Huaral

Salida organizada por AirePuro.

El punto de encuentro era el terminal de la empresa Soyuz en la cuadra 2 de la Av. México. El problema es que hay dos terminales allí, frente a frente. para evitar confusiones, diré que sólo una de ellas sale hacia Huaral. Sólo basta preguntar :)

Aquí nos encontramos con una vieja amiga de aventuras: Auraluz :D

Las fotos del viaje están akí.

El bus salió a las 8:00 am y llegamos a la ciudad de Huaral dos horas después. De allí tomamos una de las cousters que salen hasta el poblado de Huayopampa, ya era mediodía para entonces. A la una, hicimos una parada de media hora para almorzar cerca al puente Vilca. Allí a varios de los viajeros les regalaron de esos pepinos redondos, amarillos y con rayas. Tan grandes que cuatro de ellos fácilmente harían un kilo. Mi dueña prefirió no ir a donde los regalaban, ya que sabía que cargar frutas tan grandes y frágiles no iba a ser muy confortable (especialmente considerando que volvía a cargar su mochilaza de 15 kilos de peso).
En Huayopampa estuvimos a eso de las tres de la tarde, pero la couster continuó camino hasta otro pueblito de nombre Pallac, nuestro verdadero destino. Eso ahorró la caminata desde Huayopampa a Pallac. Allí estuvimos a las cuatro de la tarde.

Huayopampa es la capital del distrito de Atavills Bajo y está sobre la planicie del río Añasmayo.

En Pallac había fiesta en honor a San Pedro. Ya desde tan temprano la gente estaba tomando y además, daban comida gratis: pachamanca y/o patasca, según el gusto del comensal. La preparación de la patasca es bastante interesante: según nos contaron, se hierve la cabeza del carnero y luego se le echa mote.

La caminata empezó exactamente a las 5:15 pm (creo que después de leer un poco este blog se notará cierta obsesión de mi dueña por los tiempos y las horas :P). El destino: la ciudadela de Rúpac, que, junto a Añay y Chiprac, son los restos mejor conservados de la cultura pre-inca de los Atavillos. Esta cultura se desarrolló en buena parte de lo que ahora es la región Lima.
Desde arriba donde estábamos, aún podíamos oír a la banda del pueblo de Pallac tocar. Incluyeron esa canción tan bonita que dice: Si es que el amor viene así, de esta manera, uno no tiene la culpa....

A pesar de que nos asignaron un guía, no teníamos cuándo llegar a Rúpac. La noche nos alcanzó, pero felizmente hubo luna llena y se podía ver el camino, aunque no tan claramente, así que fué necesario sacar las linternas. Se habían estimado tres horas de camino, mas dieron las nueve de la noche y no había cuándo llegar. El grupo se estaba separando, el camino se volvía menos marcado, y las luces de un par de casas lejanas se confundían con las de las linternas, por lo que había peligro de que alguien se desviara.
Eran las diez de la noche cuando los guías (Jeff, Alex y Erick) ordenaron alto.

Acamparíamos entre los pastizales. El campamento se dividió en tres grupos, pues el terreno era inclinado y no había espacio en un solo lugar para todas las tiendas. Incluso hubo que pisotear un poco las plantas para hacer sitio. Yelinna compartió la suya con Moyra, quien momentos antes había estado buscando "a la otra chica que le prometió compartir su tienda con ella":
Moyra:- ¿dónde está la otra chica...?
Yelinna:- Aquí estoy, yo soy "la otra" (je je je).

Sábado 30:

Al día siguiente la gente se despertó tarde, se tomó su tiempo para desayunar y para desarmar el campamento. Ese desayuno fué todo un buffet que ingluyó jamón, queso, pan, leche, avena... Generalmente una caminata se empieza muy tamprano, pero ese día la empezamos a las diez y media de la mañana.

La ruta era bastante soportable durante las primeras dos horas... pero después del descanso del mediodía, fuimos trepando por la ladera de la montaña, entre plantas llenas de espinas, ramas bajas, ortigas, tierra resbalosa y pasto seco. Las plantas azotaban a los viajeros sin misericordia, y todos, aboslutamente todos (bueno, quienes llevaron polos de mangas cortas) terminaron con los brazos llenos de raspones. Encima el sol era fuerte y hacía calor. En varias ocasiones hubo que arrastrarse por el suelo para pasar debajo de las ramas, las que muchas veces se engancharon en las mochilas (los aislantes, que suelen ir en la parte superior de la mochila, terminaron razgados, y el de mi dueña perdió incluso una esquina. Ella no deja de lamentarse).

Es apenas el fin de la primavera en la sierra y hay flores por todos lados, especialmente esas tan bonitas conocidas como "zapatitos". Con las flores también aparecen multitudes de insectos: abejorros gigantescos, tábanos, abejas... no hacen daño, pero mi dueña no pudo evitar sufrir el acoso de un abejorro esa mañana, mientras desarmaban el campamento.

De lejos, la montaña se ve apacible, hermosa. Los cerros lejanos estaban secos y desérticos, pero esta parte está aún cubierta de vegetación. El sol brilla y el cielo está muy azul, las pocas nubes son blanquísimas y el aire es tan tranquilo...

Bueno, esto es de lejos. Ya de cerca la historia es otra: el camino tiene una pendiente muy pronunciada, hay que trepar por las piedras y entre las plantas hostiles, espantar a las decenas de insectos que hay por todos lados, evitar las espinas y las telarañas, abrirse paso por donde hace falta un buen machete y evitar las ramas que golpean y las piedras sueltas. Aquí Yelinna quiere agradecer a Angélica el que haya limpiado la sangre que corría de su brazo (una herida menor).

No hubo tiempo para almorzar. La gente comía (o engullía) lo que podía en el camino. En este punto los famosos pepinos se hicieron presentes: son pesados de cargar, así que quienes los recibieron se pusieron a repartirlos. Mi dueña recobió uno de un tamaño descomunal. Y ahora quisiera que se recordara esos documentales en los que se ven monos comiendo frutas jugosas; ahora basta reemplazar al mono en cuestión por mi dueña, y se tendrá una idea bastante exacta de la clase de modales que tiene ella al comer este tipo de pepinos cuando no tiene un cuchillo decente a la mano.

Felizmente llega un momento en que el camino ya deja de ser de subida, se vuelve llano y empieza a descender. Es entonces que se puede ver Rúpac a lo lejos.
Después de un recorrido tan duro, ver Rúpac es como llegar a la Tierra Prometida. La ciudadela está muy bien conservada, varias de las casas aún poseen sus techos, y aunque los senderos dentro de Rúpac ya no existen, es posible recorrerla hasta la parte alta.

Llegamos allí a las seis de la tarde y acampamos a unos metros de Rúpac. Dentro de la ciudadela, había otro campamento: un grupo de estudiantes de arqueología habían llegado allí desde Pampas, la cua está a unas dos o tres horas de caminata.


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Akí estoy al lado de uno de los muros de una casa de Rúpac.

Los estudiantes de arqueología (alguien dijo por ahí que eran de la San Marcos) nos recomendaron mucho, pero mucho, no seguir hasta Pampas, pues ya era casi de noche y la ruta es demasiado accidentada como para que sea seguro recorrerla en la oscuridad. Así que permanecimos en las afueras de Rúpac. Lo malo: a la gente se le estaba acabando el agua y había que cocinar, y el punto más cercano donde obtenerla estaba a hora y media de distancia. Para evitarles el viaje (y aligerar la mochila de paso) mi dueña, después de un cuidadoso cálculo:
- Sin(x*t)+y^2-0.5/cos(2*pi*z/N)+e^(-3*i)-tanh(x*i)...
Descubrió que le sobraba alrededor de un litro del preciado líquido, el cual regaló de muy buena gana. En realidad, de entre todas las cosas que se pueden cargar, la más pesada es el agua.

Esa noche mi dueña no durmió tan bien como la anterior. No fueron los legendarios ronquidos de Erick, sino que el viento azotaba las carpas, y además hacía frío. Rúpac está a una altura de 3500 msnm, casi el mismo nivel que la ciudad del Cusco.

Y ahora: Algunos datos sobre el Reino de los Atavillos:
Se desarrolló entre los años 900 y 1400 en las alturas del actual Huaral, en la etapa histórica de "La Edad del Bronce". Esta cultura se origina en las cercanías del Lago Titicaca y se estima que llegó hasta Huaral debido a la expansión de la cultura Tiahuanaco.
Adoraban al sol (Huillca) y a la luna (Pasac). Sus rituales estaban muy unidos con el culto a los muertos y antepasados ("achachillas" o "abuelos"). El fardo funerario se llamaba "mallqui". El cerro mango es el Apu o cerro tutelar. Sus guardianes son los "muquis" o duendes.
Los jefes de los ayllus (grupos familiares) llamados curacas, tenían como jefe principal al Curic. El asentamiento más antiguo es Chiprac.
Los Atavillos fueron conquistados por el Inca Pachacutec alrededor del año 1400.


Domingo 1:

Esta vez sí la gente se despertó temprano: seis de la mañana. Oscar (conocido también como "Pollito") puso la alarma de su celular, la cual tenía grabada el canto de un gallo.

Los guías decidieron que no iríamos a Añay ni a Chiprac. Más que nada por la falta de tiempo, ya que debíamos estar de vuelta en Huaral ya que los buses de regreso a Lima salen sólo hasta cierta hora.

El grupo de los estudiantes de arqueología partío hacia Pampas a las ocho de la mañana. Media hora después, nosotros seguíamos sus pasos.

El camino que une Rúpac con Pampas está afirmado, es llano y va de bajada. Bordea las montañas en las que el sol daba de lleno por nuestro lado. El paisaje es bellísimo. Desde esta parte se domina toda la quebrada, en donde los cerros aún conservan algo de verdor.

Nos tomó poco más de dos horas llegar hasta Pampas.

Pampas es un pueblo abandonado. Las casas aún están en pie y están bien conservadas, pero allí no vive nadie. Lo único que recibe mantenimiento (limpieza y pintura) es la iglesia y una caseta una cuadra más allá, posiblemente baños para los visitantes.
Se puede subir hasta donde está la campana, a un costado del frente principal, de la iglesia trepando por una estrecha escalera de piedra interior.

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Detrás se pueden ver alguans casas de Pampas, aquí estábamos en lo que se podría decir que es la plaza principal.

Desde Pampas, a dos horas trepando por el cerro, se puede llegar a Chiprac. Pero no fuimos porque el tiempo apremiaba. Antes del mediodía, partimos hacia el pueblo de La Florida.

Esta parte del recorrido es de bajada, pero más pronunciada que el que parte de Rúpac hacia Pampas, y más accidentada. Aquí fué cuando la rodilla derecha de Yelinna empezó a molestarle. Al principio parecía no ser nada, pero con el paso de los minutos se volvió una verdadera molestia. Yelinna esto la enojó tanto que, perdiendo un poco la prudencia, la compostura y entre otras cosas, ya no se fijaba las piedras por las que saltaba o la velocidad con la que bajaba... a pesar de las recomendaciones de Auraluz. Es una suerte que Auraluz apareciera, fué un gran apoyo durante buena parte del trayecto, incluso le dijo a Jeff que le prestara uno de sus palos de trekking.
Nos tomó más de una hora llegar a la Florida, ya para entonces mi dueña estaba cojeando. Sé que en un momento llegó a lamentarse el cargar una 4x4 que no puede cargar a su dueña (ejem...).

En los pueblos pequeños suele haber el inconveniente de no hallar transporte. Generalmente se toma lo que se encuentra: una couster, una camioneta, o un camión.

Los guías lograron convencer a un chofer que llevara a una parte del grupo, a diez soles por cabeza, hasta la ciudad de Huaral, encima de su cargamento de choclos (unas cinco toneladas como indicaba la carga neta del camión). El resto del grupo iría hasta Macona, donde hallar transporte es más fácil.

Yelinna se apuntó inmediatamente, más por lo inusual de viajar sobre un camión cargado de choclos que por su rodilla, que no dejaba de quejarse, pero procuraba no darle importancia llamándolo una "pequeña avería en los amortiguadores y la suspensión. Mientras no sea la cabeza ni la columna, todo tiene arreglo".

Un dato: muy recientemente nos enteramos que en los supermercados de Lima se puede adquirir comida enlatada como pollo deshilachado o comida criolla, todo listo para consumir :O

Al principio el olr de los choclos es muy fuerte, pero después de un rato deja de sentirse. El viaje en el camión de choclos duró cuatro horas, las dos primeras bajo el fuerte sol. Por alguna razón mi dueña le agarró cariño a todos los gusanitos que se les trepaban encima y estaba pendiente que no los aplastaran, cogiéndolos y poniéndolos en un lugar más o menos seguro entre los choclos. Mientras no tengan aguijones, chupen sangre o vivan entre la basura, a Yelinna le gustan todos los bichos :)

El camión nos dejó cruzando la pista, frente a la terminal de Soyuz, en la que había una alrga cola de gente queriendo abordar los buses. Pudimos tomar el de las ocho de la noche.
Parte del camino de regreso estuvo cubierto de una espesa neblina. Pasamos por Ancón y Zapallal, luego los distritos de Los Olivos y San Martín de Porres.
El viaje de regreso, duró menos de dos horas.

Más fotos akí y akí.

domingo, junio 17, 2007

Fun at the Articraft Fair

En la entrada anterior mencioné que las ferias artesanales son algo común en Lima, y es cierto. Ayer, mi dueña y Nikolai, nuestro corresponsal para The Traveling Picture Show, fueron a la que se organiza al costado del Hospital del Seguro, a unas cuadras del Campo de Marte, donde hay otra feria artesanal que dura hasta el 20 de junio.

las fotos, muchas fotos en realidad, están siguiendo este link :)

Un Saludo
El Autito

domingo, junio 10, 2007

Tendencia Ecológica

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Los juguetes de madera son fáciles de encontrar en los mercados de artesanías: rompecabezas que recuerdan un poco al tetris, guitarras pequeñas, carritos, flautas, boleras, trompos, yo-yos... Suelen ser unos soles más caros que sus contrapartes de plástico, pero, sólo con observar a mis dos compañeros, se sabe que vale la pena pagar un poquito más :)

Y ahora: Nikolai, nuestro corresponsal para The Traveling Picture Show, hace un tiempo se dejó fotografias con las golosinas que suelen encontrarse en las ferias artesanales.

Para quien desee asistir a una, éstas suelen organizarse con cierta frecuencia en el Campo de Marte en Lima. Además las hay de carácter permanente cerca a la plaza junto a la Av. Luzuriaga en Huaraz, la Avenida La Marina en Lima, cerca al puente Catapalla en Lunahuaná, famosa también es la calle San Blas en el Cusco y la que se arma todas las noches los fines de semana en el parque Kennedy en Miraflores (también hay más mercados artesanales por esa zona, sólo hace falta preguntar).

Ahora, un secreto que mi dueña ha decidido revelar, el retoque con Adobe Photoshop que le ha hecho a muchas de las fotos que aparecen en este blog. Esta foto fué tomada hoy en un típico día de invierno limeño: oscuro y con el cielo gris.
La original es ésta:

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La diferencia es notoria: sólo bastó subir el brillo, el contraste, cambiar el equilibrio de color, borrar con el tampón de clonar la basurilla del "suelo" (en realidad es un techo de madera) y de seleccionar el cielo para hacerlo más brillante y azul. Así una fea mañana de invierno puede convertirse en un día ligeramente soleado.

Viva el retoque por computadora :D :D :D

sábado, mayo 12, 2007

Vicas: 6 de Mayo del 2007

Jornada de Solidaridad organizada por la gente de Andex. Llegaron muchas donaciones, sobretodo ropa, recolectadas durante las semanas anteriores. La idea era hacer donativos exclusivamente para la escuela dado que el año escolar apenas está empezando. Pero lo que más hubo, aparte de bolsas llenas de libros, fué ropa... mucha ropa. Justo lo que más se necesita en las alturas.

El punto de reunión fué el Museo de Arte a las ocho de la mañana. De allí a Chosica nos tomó unas dos horas, donde debíamos tomar otra couster que nos llevaría directamente a Vicas, en la parte alta de Santa Eulalia, y no tan cerca como pensaba mi dueña. Vicas está a unos 3000 msnm, aunque por ahí decían que en realidad son 2800 msnm. Más allá de los restaurantes campestres donde ahcen pachamanca y cobran por bajar al río >:(
La época de lluvias en la sierra recién está terminando y los cerros aún están cubiertos de verde, ya para Julio los pastos volverán a secarse... hasta la siguiente temporada de lluvias, la cual empieza alrededor de Diciembre.

A eso del mediodía nos detuvimos en un pueblo llamado Huinco, donde la gente aprovechó para comer algo porque era probable que no hubiera dónde almorzar más adelante. Aparte de gaseosas y golosinas, no faltaron señoras con sus canastas vendiendo papa rellena y chirimoyas :D

En Vicas estuvimos a eso de la 1:30 de la tarde. El cielo estaba nublado y parecía que quisiera llover. Primero nos acomodamos en el colegio que recién tenía construido el primer piso, para luego trasladarnos al centro comuna, donda había más espacio. Allí, mientras se acomodaban las cosas y se clasificaban las montañas de ropa, llamaron a tod@s al comedor: la gente del pueblo había preparado un pequeño almuerzo para los visitantes :)

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Aquí, una vista desde el segundo piso del colegio, aún en construcción
(pareciera que estoy sobre un camino, pero en realidad es un muro)


La entrada: papas con queso, el cual dijeron por ahí, estaba hecho con leche de vaca, no de cabra. Las papas estaban suaves y mi dueña, a quien no suelen entusiasmarle mucho en realidad, las encontró riqísimas (especialmente si se les añadían pedacitos diminutos de queso).
Luego sirvieron sopa de fideos y zanahoria, y al final: mate de menta, el cual estaba muy dulce. Un detalle curioso: el comedor aún conservaba las decoraciones de Fiestas Patrias.

Después de comer se volvió al trabajo. Mientras se acomodaban las montañas de ropa, Vanessa jugaba con los niños, a la que luego se le unieron Tulio y Mercedes, vestidos de payasos (Mercedes es especialmente graciosa, se apareció en medio del almuerzo con su traje de payaso e hizo reír a todos). Es admirable la habilidad que tuvo Vanessa para manejar a tantos niños inquietos, y de los payasos para hacerlos reírse.
Luego que pasaban a recibir ropa, los niños se acercaban a la pequeña mesa donde estaban los juguetes. Allí, Jessica, su hijito de cinco años: Sergio, y Yelinna se encargaron de repartirlos.

Hubieron muchas cosas para la escuela (toda una biblioteca entera prácticamente) pero pocos juguetes por lo que se hizo un poco difícil repartirlos, las niñitas especialmente pedían muñecas, de las que no habían más que tres o cuatro, y casi no había juguetes para bebés, salvo algunos muñecos de peluche. Muchas de las señoras no tenían a sus hij@s allí en ese momento, sino como nos dijeron, estaban en las alturas, lo más probable cuidando su ganado.

La repartición duró más de lo esperado: fué a las 5:40 pm que ya no quedó nada. Antes que nos retiráramos, el presidente de los comuneros y el alcalde del pueblo nos agradecieron el haber ido hasta allí a ahcer donativos. Como ellos mismos dijeron, son gente humilde, de gran corazón, que saben agradecer lo que se hace por ellos.
Después de despedirnos, abordamos la couster que nos llevaría de regreso a Chosica y partimos de inmediato por temor a una posible lluvia que felizmente jamás llegó.
En Chosica hicimos transbordo a la couster que nos llevaría hasta la puerta del Museo de Arte en Lima, allá estuvimos a eso de las nueve de la noche.
las fotos están akí.

Y ahora, contado por Kike: La Ruta de la Nieve

Más arriba de Vicas está lo que se conoce como "La Ruta de la Nieve". Partiendo desde lo que fué el Nevado Antacocha (llamado así por la existencia de una laguna), desde siglos pasados hasta hace unos cien años, había nieve hasta esta zona. En verano, cuando hacía calor en Lima y la gente quería refrescarse, solían comprar helados, el hielo para hacerlos se llevaba a la capital en burro y luego en camión envuelto en yute para que no se derritiera durante los dos días que duraba el trayecto (antes de que exitiera la carretera Central). Como no había aún modo de hacer hielo, y debido a la demanda, se creó un "Estanco del Hielo". Estancos eran los productos que se gravaban con impuestos (también exitieron estancos de la sal, y si no reucerdo mal,t ambién para el tabaco). Incluso toda esa zona de Santa Eulalia llegó a tributar con hielo.
Era la época en que Quilcamachay (ahora un pueblo fantasma y el cual se ubica a unas horas más arriba de Vicas) estaba habitado, y una de sus actividades económicas era la comercialización de hielo. Actualmente se cuenta que de noche, se puede oír penar en Quilcamachay, por eso también se le llama "El Pueblo del Diablo".
Incluso cuando nació la empresa de helados D'Onofrio a principios del siglo XX, sus primeros helados eran hechos con hielo de la Ruta de la Nieve.
El hielo dejó de traerse de las alturas a la ciudad de Lima cuando empezó a operar la primera fábrica de hielo.

Actualmente la marca D'Onofrio aún existe, pero hace varios años que la empresa fué comprada por Nestlé.

domingo, abril 15, 2007

Reserva paisajística de Yauyos - 5 al 8 de Abril

La reserva Paisajística de Yauyos abarca parte de la provincia de Yauyos (región Lima) y la región Junín. En ella están los nevados Pariacaca, Turicho, el río Cañete y el Pachacayo, los pueblos de Tanta, Vilca, Huancaya, Vitis, Miraflores, así como varias lagunas.

Recorrido total de la caminata: 60 Km hasta el pueblo de Huancaya.

El punto de reunión fué a las 10 de la noche el miércoles 4 de Abril con la gente de AirePuro :D
Habían contratado una couster la cual partiría desde la puerta principal de la Universidad Católica. Aquí nos encontramos con varios viejos amigos: Nancy, Jimmy, David, Alex...
Íbamos a tomar la ruta que pasa por la carretera central y sube hasta Ticlio.

11:15 pm: Partida (¡Por fin!)

Jueves 5:

12.45 am: Chaclacayo
1.20 am: Peaje de Corcona y un embotellamiento impresionante. Aquí un guardia nos avisa que vayamos con cuidado pues más adelante se han volcado dos trilers.
2.35am: Matucana
3:15 am: San mateo de Huanchor
5:35 am: Peaje de la Oroya
6:00 am: Ciudad de la Oroya
6:20 am: Parada por gasolina y oportunidad de tomar fotos. Yelinna casi se sube a la couster equivocada (ella pide humildemente que dejen de reírse)
7:30 am: Pachacayo (la gente empieza a morir de hambre, todas las cosas y la comida están en el techo de la couster!)
12.15 pm: Pasamos por el nevado Pariacaca.
Se suceden luego varias subidas y bajadas de los pasajeros de la couster, la que a duras penas avanza. Toda la gente muere de hambre y nadie quiere moverse de sus asientos.
2:00 pm: Dada la mala condición del camino debido a las lluvias, hasta aquí llega la couster. Estamos en medio de la nada, pero todos aprovechan para descargar las cosas, encender las cocinas y almorzar.

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David (IPod Man) no dejó de preguntar por mí :D

Empezamos la caminata una hora después. Tras 45 minutos de reocrrido alcanzamos el abra a 4736 msnm. He aquí una foto del camino que nos esperaba:


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Sí, recuerda un poco a Huayllay :)

Horas más tarde empezó a llover y luego a granizar. Y ambas cosas al mismo tiempo. Caminamos hasta el anochecer y ya para entonces habíamos alcanzado los 4800 msnm y hacía un frío terrible. Aún así hubo quienes se animaron a cocinar. (Y aquí Yelinna quiere hacer notar que los fideos Ramen puedne comerse crudos, je je).

Mi dueña compartío su carpa con Erika, una de las guías de AirePuro. Cuentan que esa primera noche mucha gente se sintió mal por lo que tuvieron que estar repartiendo pastillas por casi todas las carpas.
Yelinna debe confesar que sintió náuseas en la madrugada, pero ella suele cargar su propio arsenal químico de emergencia :)

Viernes 6:
En teoría se debía empezar la caminata a las 7 de la mañana, pero el frío hizo que la gente se tomara su tiempo para salir de las carpas. Es la primera vez que mi dueña y yo veíamos hielo junto a su tienda y montoncitos de nieve sobre la tierra.
¿Fué Jimmy el que se atrevió a sacar su cámara con semejante frío?

Volvió a nevar, ligeramente. Silvia tenía una cocina y Yelinna pudo hervir un poco de leche con chocolate para quien quisiera, debajo del plástico que compró en Huayllay y que sirve para todo: impermeable, cubremochila, techo, etc. No sabemos quién nos pretó los fósforos pero se los agradecemos mucho :)

De aquí en adelante el camino era descendente. Después de ayudarse unos a otros a desarmar las tiendas, empezamos la caminata recién a las nueve de la mañana.

Las fotos del viaje están akí, mi dueña recién se animó a sacar la cámara cuando el hielo se estaba derritiendo y el campamento desarmándose.
Este día, Erika amablemente llevó la tienda de Yelinna.

Debíamos seguir la quebrada del río Cañete. Felizmente unas horas después salió el sol. Había uqe caminar sobre resbalosas rocas en las que siempre corría agua. Después de una caída sentada, mi dueña comprendió lo útiles que son los palos de trekking.

A eso de las dos de la tarde llegamos a una de las lagunas que forma el río. En esta parte los que iban más adelante se separaron de lo que iban en el medio y ya no los veíamos. Yelinna procuró ir con Nancy para no perderse, pero llegó un momento en el que estábamos por encima de la laguna, en el que ella tampoco sabía por dónde ir dado que el sendero desaparecía y/o se bifurcaba por tramos. Esperamos a la gente que iba atrás y a medida que nos alcanzaban resultaba que nadie sabía por dónde ir. Tuvimos que espera a los guías que siempre van al final para poder continuar. Claro que durante la espera la gente se dió un descanso y aprovechó para admirar la laguna y comer alguito.

Esa tarde volvió a llover. La tierra se comvirtió en un pantano. Mi dueña no dejaba de pensar que Yauyos parecía una mezcla entre Huayllay con su suelo blandito y húmedo, y Songos, con sus corrientes de agua y sus rocas resbalosas. Era imposible no terminar con los zapatos mojados o con un par de caídas sobre el suelo o las piedras.

Ya era avanzada la tarde cunado llegó el momento de cruzar el rí usando esta cosa. Memorable es el "¿¿Qué es esoo??" que exclamó mi dueña al verlo, pues le entraba miedo cruzar el río de esa manera, mas no había otra forma. Su siguiente frase fué: "Prefiero cruzar de una vez antes de que me entre más miedo".

El recorrido duró hasta después del anochecer. Los de atrás se guiaban por las luces de las linternas de los de adelante, quienes ya habían empezado a armar el campamento.
Acampamos a un lado del camino que lleva a Vilca en un sitio llamado Tragadero. Esa noche volvió a llover. En la madrugada se podían escuchar las gotas de lluvia golpear la tienda.

Sábado 7:

Amaneció soleado lo que permitió poner a secar las cosas. La ropa y los zapatos no se secaron del todo pero sí las tiendas y las mochilas. Yelinna y Erika olvidaron cerrar la entrada de la carpa durante la noche por lo que muchas de sus cosas se mojaron. Aún ignoramos cómo las pilas sobrevivieron a tanta agua.

Partimos a las nueve de la mañana. De aquí en adelante Yelinna cargaría su carpa. El trayecto no parecía dificil pues sólo debíamos seguir el camino... al menos eso era lo que creíamos ¡y cómo nos equivocamos!

Era alrededor del mediodía cuando llegamos a un punto donde un grupo de becerritos nos miraba sospechosamente y en el que se podían seguir dos rutas, una que era siguiendo el camino por la margen derecha del río, y la otra que subía y bajaba por los cerros en la margen izquierda.
Los que se quedaron rezagados tendrían que ir por la derecha, pero quienes iban más adelante tenían la opción de elegir por dónde irían.
Siguiendo a un impulso de último minuto, Yelinna eligió ir por la izquierda.

Primero tuvimos que trepar un poco por las rocas para después ascender hasta lo alto. Jimmy dirigía al grupo que se fué por la derecha, muy adelante, por lo que ya no lo vimos. A quien sí vimos fué a Nancy, quien se había caído tres veces el día anterior, se había lastimado, y por eso había elegido ir por la derecha. David se unió a los de la derecha al parecer en el último punto en el que ambas rutas se unían. Y aquí es necesario recalcar algo:
1. Yelinna tiene muchas dificultades en recordar las caras de la gente (el día anterior, con todo el mundo bajo sus impermeables, no podía distinguir a nadie).
2. Yelinna carece por completo de sentido de la orientación. Ella sola, es capaz de terminar en Bolivia intentando llegar a Lima (es en serio).
Así que lo único que puede hacer es seguir a quien tiene delante, sea quien sea. Resultó ser Erika, quien, junto con el resto de los guías del grupo y algunos expertos trekkeros (después nos enteramos que incluso había algunos que hacían andinismo) tomaron la ruta más difícil de todas, la que pasaba por rebaños de ovejas que balaban apenas veían a la gente, cruzaba el río (fué necesario quitarse zapatos y medias, el agua llegaba por encima de las rodillas, y a pesar de que le prestaron los palos de trekking, Yelinna estuvo a punto de caerse), pasaba por una zona pantanosa (nuevo préstamo de palos, mi dueña ha jurado comprarse al menos uno para antes de Julio), pasaba por donde vacas y toros pastaban (resultaron asustarse más de mi dueña, que ella de ellos) y ascendía hasta donde el sendero desaparecía, entre las piedras y el ichu. Conducida por Alex,Yelinna acabó en un estrecho sendero en un risco a 200? metros por encima del río.

Cuentan los del grupo del lado derecho que les sorprendió ver a mi dueña prendida del risco a tal altura y a tal distancia. Alex había regresado por quienes venían atras, de modo que ella estaba completamente sola agarrada del ichu. Los del grupo que iba adelante (entre ellos Erika) ya habían desaparecido, y además eran casi las cinco de la tarde y amenazaba lluvia. Creo que está demás decir que no tenemos fotos de tan sublimes momentos porque Yelinna estaba demasiado ocupada calculando cada paso para no matarse. Si este es un camino que un trekker experto, acompañado, pasa con relativa facilidad, también es uno de esos caminos en los que si te equivocas en poner un pie, te caes y te mueres, no hay quien te salve o se anime a recoger tu cadáver del fondo de la quebrada. Mi dueña ya tenía bastante con buscar de dónde agarrarse (ya fuera roca, ichu, tierra, etc). Incluso cuando ya había pasado el risco tenía que trepar la ladera de la montaña, la cual tendría unos 60 grados de pendiente (exagerando un poco quizás), además que fué cuando cayeron unas pocas gotas de lluvia. Para quien está hundiendo las uñas en la tierra para no resbalar es para preocuparse.

Como escribe mi dueña en otro foro:

"Quien sufre de vértigo o pánico jamás debería intentar caminar por semejante pendiente. Y quien lo intenta por primera vez debe ir acompañad@.

Claro, yo no tenía esa opción.

Es cierto, me asusté. Pero lo suficiente y necesario para ir con cuidado, clavar mis unas en las rocas, fijarme dónde ponía los pies y seguir la saliente hasta llegar a la ladera de la montaña. Es increíble la adrenalina, ya no sientes frío ni dolor, ya no sentí el peso de la mochila, toda mi concentración estaba en el control que tenía sobre mi cuerpo (...)"

Felizmente no llovió y fué un alivio llegar a terreno seguro. Aún no se veía a los que iban delante y Yelinna se desvió un poco, por lo que anduvo perdida varios minutos sin estar muy segura de por dónde ir, hasta que Alex volvió a buscarla.

Vilca aún estaba lejos. El camino zigzagueaba entre los cerros y en varias partes era difícil ver por dónde había que ir. Yelinna prefirió esperar e ir en compañía de Oscar, el guía que iba atrás (siempre hay un guía que va al último, cerrando el grupo). Eran las seis de la tarde cuando alcanzamos las rocas que sirven de mirador de la quebrada y donde la gente se detenía a descansar unos minutos. Desde allí dijeron que serían unos veinte minutos hasta Vilca, lo cual resultó ser mentira, el camino que faltaba era mucho más largo. Ya estaba oscureciendo y aunque ya habíamos descendido del cerro, aún no veíamos cuándo llegar al pueblo. Ya en el último tramo, cuando ya era de noche y casi no se podía ver nada, Oscar y Yelinna se encontraron con Jimmy, quién había vuelto, tras dejar sus cosas en Vilca, para buscarlos y guiarlos.
Ya eran las siete de la noche y eran los últimos que faltaban.

Los del grupo del camino de la derecha habían llegado dos horas antes y ya habían comido. No faltaron los comentarios de asombro por haber visto a mi dueña prendida de aquel risco.
Vilca está a unos 3900msnm.

Después de pedir algo qué comer y qué tomar, la gente se puso de acuerdo para pasar la noche. Algunos, entre ellos mi dueña, alquilaron camas, considerando que al día siguiente debían salir a als seis de la mañana y armar y desarmar un campamento toma mucho tiempo. No fueron los únicos, al final nadie acampó aunque algunos tuvieron que dormir en sus bolsas de dormir, pero bajo un techo acogedor

La habitación estaba subiendo una empinada escalera de madera, ya bastante complicada de subir con las mochilas. Allá fueron mi dueña, Oscar, Guillermo, Luis Miguel y Fernando. En realidad era parte de la casa de la señora del restaurante, la que había sido adaptada para improvisar un cuarto más en el que habían colocado varias camas.
Un dato curioso: en lugar de baño, el cuarto tenía bacinillas bajo las camas ¡muy conveniente!

Y ahora, un detallado dibujo que hizo Yelinna donde se ve claramente cómo fué el camino de la margen izquierda:

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Domingo 8:

5:30 am: Despertamos sin necesidad de las alarmas de los relojes y antes que se escuchara a los gallos cantar. El desayuno se preparó sobre una enclenque silla, usando lo que quedaba de cocoa y leche. A estas alturas y con este frío es muy recomendable mezclarlos con cereal de chocolate, según Yelinna da mucha energía :D

Para lavar las cosas (y lavarse los dientes), al no haber baño mi dueña usó la ventana que daba a un jardincito descuidado al que no creo que le molestara que le arrojaran agua desde una ventana.

El punto de reunión era la plaza de Vilca, en teoría a las seis, en la práctica media hora después. A esa hora se inició la caminata a Huancaya, donde nos esperaría la misma couster para retornar a Lima.

El sol salió temprano y esta vez era sólo cuestión de seguir la carretera afirmada que une ambos pueblos. Lo malo. esta carretera dobla y tuerce en cada cerro, tiene subidas y bajadas y parece no terminar nunca. En teoría el camino era de unas cuatro horas, pero ya pasaban de las diez y Huancaya no se veía por ninguna parte.

En contra de su costumbre, Yelinna se quedó atrás por culpa de varias piedrecillas en el zapato (Juan Carlos es testigo) y el deseo de tomar fotos, pues los dos día anteriores la caminata había sido fuerte y no había tenido oportunidad de sacarme y tomarme fotos :( Así que ésta es la única foto que tengo del camino hacia Huancaya:

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Desde aquí se ve la piscigranja.

Lo que pasó medio minuto después es memorable: mi dueña ya había recogido sus cosas cuando una camioneta se detiene atrás a pocos metros y algunos de los trekkeros que venían atrás estaban subiendo. Una de ellas la llama y ¡todos no fuimos en la camioneta!

Por el camino encontramos a más gente que, al ya no haber más espacio, pedían que les lleváramos las mochilas, Janeth decidió bajar, dejar su mochila en la camioneta y seguir caminando (¡por el honor!), su lugar (junto al techo de la camioneta) lo ocupó mi dueña, y el lugar que quedó libre lo ocupó una mochila. Así, hicimos a toda velocidad los últimos 2 o 3 kilómetros que llevaban hasta Huancaya.

La carretera era terrible, a cada instante la camioneta viraba y saltaba, y a mi dueña ya le dolían los brazos por evitar caerse. Algunas paradas para sacar fotos y un tremendo salto sobre un hueco despúes, llegamos a Huancaya después de quienes encabezaban el grupo, je je, gracias a esta pequeña trampa (sino llegábamos casi al último!).
Jimmy los vió llegar en la camioneta y dijo que eso era trampa, Yelinna le dió la razón exclamando:
- ¡La deshonra! ¡La indignidad!

En Huancaya la gente pudo ir al baño, comprar golosinas y gaseosas, incluso Yelinna halló, en una pequeña tienda en una casa a la esquina de la plaza, una señora que vendía libros acerca de la historia de Huancaya. No hace falta decir que se compró uno.

Eran las once de la mañana y había que esperar a los que venían detrás. David aprovechó para subir al techo de la couster y sacar de su mochila una novedad: arroz con pollo en lata.

Nos esperaba un largo camino de regreso y había que abastecerse!

Era la una de la tarde cuando partimos de Huancaya. El mal estado del camino hizo que la gente tuviera que bajar de la couster, esperar a que ésta pasara por los trechos difíciles, y volver a subir. Nuevamente nadie quería moverse pues ya se sentía el dolor de la caminata y todos andaban como viejitos (mi dueña incluída!).

Esta vez tomamos el camino que pasaría por Lunahuaná.

5:00 pm: Allauca. Descubrimos que en Yauyos también se cultivan manzanas delicia.
6.10pm: Catahuasi
7.10 pm: Zuñiga: empieza la búsqueda de un llantero.
7:50 om: Lunahuaná.
Tuvimos que regresar buscando un llantero porque las llantas de la couster no saban más. Encontramos uno a la entrada de Lunahuaná. Como dijeron que se demorarían media hora, un grupito quiso ir a comer algo decente a un restaurante. Apenas tuvieron tiempo.
9:00 pm: Salida de Lunahuaná.
9:30 pm: Imperial
10:00 pm: Cerro Azul
10.30 pm: Asia
11.15 pm: Límite Cañete Lima.
Medianoche: Puerta de la Universidad Católica.

Fué memorable partir, y algunos días después, volver al mismo exacto lugar. Media hora después ya estábamos en casa, auqnue mi dueña afirma que sus tendones siguieron quejándose durante dáis, especialmente porque nunca se tiene verdadero descanso en realidad, mi dueña tiene que casi correr durante cuadras y cuadras sólo para poder tomar el micro que la lleva a la universidad (esto no ayuda). Una de las guías de AirePuro mencionó que no sabía cómo iba a ponerse sus tacos nueve ese lunes, es algo que mi dueña aún no cree humanamente posible.
!!!

Más fotos, las de Alex y Jimmy, Akí y Akí :D

Pd: a su regreso a Lima, Yelinna puso su mochila sobre la balanza.
Marcó 15 kilogramos (justo en el límite recomendado de que no se debe cargar más del 30% del peso corporal).