Primero fué un autito LandRover a escala 1:24, luego la posta ha sido seguida por varios juguetitos de plástico (especialmente animalitos) ansiosos por recorrer el Perú :D

domingo, abril 19, 2009

Cordillera de la Viuda - Marcapomacocha - 9 al 12 de Abril del 2009

Marcapomacocha es un distrito ubicado en la provincia de Yauli, Región Junín. Concretamente fuimos al pueblo de Yantac (se pronuncia Yantaj) ubicado a 4600 msnm. Esta salida fué organizada por Brunotrek y narrada por Chenn :D

El punto de encuentro fué el parque detrás del cine Orrantia a las 6:45 de la mañana del jueves 9 de abril. El problema fue que muchas otras empresas de turismo y grupos de excursión habían escogido el mismo lugar para encontrarse, hasta el punto que parecía un paradero de buses, no un parque en una zona residencial. Bruno predice que la municipalidad terminará por prohibir que este parque sea punto de reunión. Ya ha pasado antes.

El grupo lo conformaban 12 personas en total. Nos encontramos nuevamente con Juanito, José "El Marrano", Erika y Anabella, y otra amiga a la que le decimos Pollito debido a su casacón amarillo enceguecedor. Y también se nos unió una familia completa: Patty y Álvaro con sus dos hijos: Ian y Adrian de 12 y 10 años.

Partimos a las siete y media hacia Canta. A las diez pasábamos por Santa Rosa de Quieves y a las diez y media nos deteníamos en Canta para almorzar.

Podría decirse que Canta ha adquirido un turismo desordenado. El comercio es informal, las calles aún necesitan muchos arreglos y no están hechas para demasiado tránsito de personas con sus vehículos. Al igual que Huancayo, Canta es más un lugar para aprovisionarse o descansar antes de continuar el recorrido.

A las once y media partíamos hacia Yantac. Allá llegamos después de la una y media de la tarde, recibiéndonos una ligera lluvia.
Hacía mucho frío. Una señora nos vendió el almuerzo, pero en porciones chiquititas y a un precio demasiado alto para porciones tan chiquititas (valga la redundancia). Como el clima estaba tan malo ya no decidimos alquilar acémilas e ir acampando día tras día, sino hacer el "campamento base" en dos cuartos que abarcaban dos segundos pisos que nos alquilaron en el pueblo y con vista a la plaza. Seis personas irían a cada cuarto.

Uno de los cuartos tenía camas, pero era también el más frío. En realidad, es preferible dormir en el suelo y en un sitio más abrigado que en una cama en un lugar helado. Pero quienes se habían acomodado en las camas ya no tenían ganas de mudarse, eso al menos era lo que parecía.

Esa tarde llovió mucho. Todo el mundo tuvo soroche y frío. Si no recuerdo mal, fue José "El Marrano" quien dijo que en este tipo de excursiones, la mitad del grupo deserta después de la primera noche.
Lo bueno es que teníamos comida en abundancia: sopa, puré de papas, leche, café, té, azúcar, pan, galletas, manzanas, fideos, mantequilla, chocolate, nuggets de pollo, frutas secas y barritas de cereal. Si la altura no quitara el hambre, habría(mos) arrasado con todo.
(Hay que recordar que Bruno es todo un gourmet).

Dentro del cuarto donde no había camas, sólo hizo falta sacar las bolsas de dormir para pasar la noche, no hubo que armar carpas. Ahí adentro no hacía tanto frío.

Fotos de todo el viaje hay aquí.

Viernes 10:

Despertamos antes de las siete de la mañana, pero con todos los arreglos matutinos, y pocas ganas de dejar la comodidad de las bolsas de dormir, recién desayunamos a las ocho, y con todos los arreglos pasa salir, recién se inició la excursión a las diez de la mañana. Ese día Álvaro decidió volver a Lima con sus hijos. El resto, salimos a caminar :D

La caminata fue bastante breve. Subimos a un cerro para admirar el nevado La Viuda y de paso ver la cordillera de la Corte (parte de ella) al fondo.

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Detrás: Cordillera de la Corte. Obsérvese la neblina que avanzaba, queriendo ocultar los nevados.

El clima no era nada bueno. Casi no hizo sol, ni siquiera al mediodía, la hora en la que se supone hace más calor.

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Nótense las amenazantes nubes a lo lejos en el cielo.


Caminamos apenas unas pocas horas. Antes de las dos de la tarde ya estábamos de regreso en Yantac.

Un detalle de todos estos pueblitos ubicados en lo profundo de los Andes es que pareciera que allí no viviera nadie. Ha pasado tanto en Vilca como en San Mateo de Otao. Lo que sucede esque la gente pasa la mayor parte del día en el campo, con sus animales, y a veces duermen allá, en estancias, en lugar de regresar al pueblo. Luego pudimos saber que el frío en Yantac hacía que los niños se quedaran en casa, sin salir.


Sábado 11:

Este día salimos más temprano, a las ocho de la mañana, y fuimos con rumbo al nevado Alcoy (todos menos Willy, Patty, Erika y Anabella). La idea era recorrer un poco el glaciar. El problema es que desde temprano no hizo muy buen tiempo.


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Si de este lado había sol, por allá se acercaba una tormenta.


Al salir de Yantac pasamos por las lagunas (en orden) Chacrán, Yurajchupa, Quiulacocha y las lagunas Parionacocha. En realdiad hay montones de lagunas por todas partes, no se debe caminar mucho para encontrarse con una o dos.

Ya era alrededor del mediodía (tal vez un poco más) y ya estábamos casi por llegar al nevado cuando unas nubes de tormeta amenazantes se iban acercando. Bruno y Marrano decidieron volver, para evitar el mal tiempo.

Pero, (oh!, mala suerte!) ya estábamos de regreso y demasiado lejos para volver cuando el tiempo mejoró y el nevado se despejó. Sólo pudimos tomarle fotos de lejos.

PhotobucketAlineación al centro
Aquí Kurt, que también nos acompañó, le dedica un adiós al nevado Alcoy.

El punto más alto que alcanzamos fueron 4800 msnm y la distancia recorrida fue de 17 kilómetros en total.

En el camino de regreso nos cogió la tormenta. Descargo lluvia, algo de granizo y muvha más lluvia. El camino que ya estaba húmedo se volvió de barro. Los impermeables de la gente goteaban y todos terminaron con los pantalones mojados. A medida que la tarde iba avanzando, iba haciendo más frío, y todo el mundo sólo quería regresar a cambiarse y calentarse un poco.
Regresamos a Yantac después de las cuatro de la tarde.

Ya nos habíamos cambiado la ropa, cuando uno de los pobladores nos dijo quie habría procesión a las siete de la noche. Incluso junto a la entrada de la iglesia habían armado una alfombra de flores y una cruz de más de dos metros de altura, todo hecho con flores y plantas de los alrededores. Lo malo es que luego llovió y nevó. Aún así la cruz aguantó la inclemencia de la noche, pero al final no hubo ninguna procesión. nadie estaba en el pueblo para sistir, por un desperfecto eléctrico la iglesia se quedó sin luz y hacía mucho mucho frío. Incluso uno de los señores se quejó que ya los jóvenes no siguen las viejas costumbres.

Esa noche el termómetro de Willy marcó diez grados bajo cero (menos cinco grados dentro del cuarto donde estaban las camas) y cayó una fuerte nevada. Pronto los techos, los carros estacionados y parte de la calle se cubrieron de blanco. En estas condiciones hay que tener terquedad de veras para lavar las ollas a la intemperie y con agua helada.

Pero la cena estuvo bastante buena en el cuarto de quienes dormían en sus bolsas: fideos canutos con mantequilla, nuggets de pollo con puré de papas y té caliente con azúcar :D


Domingo 12:

Esta mañana amaneció muy soleada. Justamente nuestro último día era el único que tenía buen tiempo. El carro nos recogería a la una, así que esa mañana aprovechamos para lavarnos, ordenar las cosas e ir un ratito a la laguna Yantac, a las afueras del pueblo (el nevado Mishipañahuin está hacia el sureste). Luego todos sacaron sus cosas de los cuartos, esperaríamos en la plaza a que vinieran por nosotrs. A eso del mediodía llovió unos pocos minutos nada más, posiblemente fue una nube que pasaba y dejó caer su lluvia, pero fue suficiente como para dejar todo mojado. El sol se asomaba tímidamente por ratos. Ya había dejado de llover cuando el carro que nos llevaría a Lima apareció.

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Kurt posando frente a la laguna Yantac.

Ya al salir de Yantac el tiempo mejoró mucho. Pasamos por la represa de Marca, camino hacia el pueblo de Marcapomacocha, a orillas de la laguna del mismo nombre. En el trayecto nos cruzamos con manadas de llamas que pastaban en la pampa, junto a la carretera.

Bruno explicaba cómo es fácil confundirse de ruta si nos e conoce la zona, ya que no hay señalización. Hay caminos que llevan a Huayllay, otros de regreso a Canta, otros a Cerro de Pasco. Nosotros íbamos con rumbo a Marcapomacocha.

Cuando pasamos por el Rajuntay, el cielo se despejó y tuvimos una vista magnífica del nevado. El sol nos acompañó buen rato, hasta que el cielo empezó a nublarse ya después del mediodía.

Desde la carretera, tuvimos una hermosa vista de la pampa de Junín.

A medida que se va bajando, se puede ver el cambio en la vegetación y en la temperatura. Hicimos una parada en San Mateo de Huanchor, al equivalente de dos cuadras del Minimarket Maná, para comer algo, entr dos hostales y un restaurante llamado "El Tronco", donde permitían que vendieran comida afuera, junto a la entrada, de modo que había más gente comiendo fuera del restaurante que dentro.

El día estaba muy nublado. La comida para escoger era choclo con queso, humitas, camote, mazamorra de calabaza, etc. no parecerá mucho, pero es suficiente para llenar el estómago hasta la llegada a casa.

Llegamos a Lima, al mismo parque del comienzo, a las cuatro y media de la tarde.

2 comentarios:

Gigi76 dijo...

Hola!!
Me encanta las fotos q sacas con tus jugueticos!! muy agradable fue compartir la caminata contigo.

Saludos!

Anónimo dijo...

INTERESANTE AVENTURA!!!